Un nuevo proyecto pretende aprovechar las cabinas de teléfono como oficinas en las que podríamos trabajar tranquilamente.

Niños, sentaos al lado de la chimenea, que os voy a contar una historia. En mis tiempos no existían esas cosas que llamáis “smartphones”, y no podíamos hablar con cualquier persona sólo con un toque.

Si tenías dinero y contactos, podías conseguir un teléfono en casa, pero si no, tenías que conseguir unas monedas sueltas y buscar la cabina de teléfono más cercana, que podía estar a varios kilómetros dependiendo de dónde vivías, rezando mientras tanto porque la máquina no se tragase el dinero suelto que llevabas encima.

Las cabinas, un legado de otra época que sigue presente en nuestras vidas

Ejem, a lo que quiero llegar es que las cabinas telefónicas son algo del pasado. Sí, aún pueden encontrarse en muchos lugares, pero su utilidad es cada vez más dudosa con la popularización de los móviles. La pregunta es, por lo tanto, qué hacer con todas esas cabinas desperdigadas por el país.

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Podríamos simplemente retirarlas, como han hecho varias ciudades, o también podríamos aprovecharlas para el ciudadano del siglo XXI. Aquí entra el proyecto Pod Works, que convertirá cabinas telefónicas del Reino Unido en oficinas completamente equipadas.

La idea está orientada al trabajador y emprendedor de hoy en día, que tiene que moverse de un lado a otro constantemente, y que en cualquier momento puede recibir la “inspiración”; aunque los smartphones y las tablets nos dan las herramientas necesarias para trabajar en cualquier sitio, no es muy apetecible hacerlo en un banco en mitad del parque.

La oficina para aprovechar las cabinas de teléfono

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Estas oficinas nos ofrecerían un cierto grado de intimidad, además de todo tipo de accesorios y dispositivos que nos pueden ayudar. Las cabinas contarán con su propia red Wi-Fi para conectarnos a Internet, una impresora con escáner para imprimir nuestros documentos en el lugar, una pantalla de 25 pulgadas para conectar nuestro portátil y trabajar sin dejarnos los ojos, un ratón inalámbrico, una regleta para enchufar nuestros dispositivos, y hasta una máquina de bebidas calientes.

Sí, son muchas cosas en el interior de una cabina; además, las cabinas usadas son las K6, que son mucho más pequeñas que las tradicionales cabinas K2 que seguro que has visto en las películas. Pod Works no es el único proyecto que está haciendo uso de estas cabinas.

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La mayoría de las cabinas fueron vendidas por BT, que en su momento fuera la compañía telefónica nacional, a Red Kiosk Company, que a su vez las ha vendido a empresas que son capaces de aprovechar un espacio tan diminuto. Por ejemplo, hay negocios que venden café caliente a los transeúntes con las máquinas instaladas en el interior de las cabinas, pero esta es la primera vez que a alguien se le ocurre usarlas para trabajar.

Para usar las cabinas de Pod Works tendremos que pagar unas 20 libras (25 €) al mes, e instalar una app en nuestro dispositivo que se conectará con el sistema de seguridad de la cabina y nos permitirá entrar. La primera cabina se abrirá al público en Londres el próximo julio, y a partir de ahí se espera que se abran 14 más en 5 ciudades diferentes.

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¿Serías capaz de trabajar en una cabina? ¿O tendrías miedo de quedarte encerrado como ocurre en La Cabina?