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Tecnología

Este es el marcapasos más pequeño del mundo, y se implanta sin cirugía

La empresa Medtronic ha desarrollado el marcapasos más pequeño del mundo. Un dispositivo revolucionario que se implanta con una simple inyección.

8 abril, 2016 09:00

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Una de las consecuencias del aumento de la esperanza de vida y el estilo de vida predominante en los países desarrollados, es la mayor necesidad de implantar marcapasos para controlar el ritmo del corazón en personas con problemas cardiovasculares.

Aunque la cirugía necesaria para esta implantación resulta bastante sencilla para alguien experimentado, no deja de conllevar los riesgos típicos de una operación, por lo que sería un gran alivio para estos enfermos poder prescindir de tal incordio.

Además, la necesidad de cableado puede implicar un gran número de complicaciones, por lo que la reciente aprobación por parte de la FDA de un marcapasos diminuto e inyectable ha despertado la alegría y la admiración tanto de pacientes como de cardiólogos.

¿Cómo funcionan los marcapasos convencionales?

marcapasos

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Un marcapasos es un dispositivo electrónico que se implanta a través de una incisión debajo de la clavícula y, desde allí,  envía impulsos al corazón para que mantenga un ritmo normal. Una vez generados esos impulsos, necesitan ser trasladados a través de un cable, que se une al ventrículo derecho del corazón a través de una vena.

Este sistema de cableado precisamente es el principal responsable de los efectos negativos del marcapasos; ya que, en ocasiones, pueden causar infecciones en el tejido circundante, haciendo necesaria la retirada y sustitución del dispositivo.

¿Cómo funciona el marcapasos más pequeño del mundo?

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Este marcapasos, recientemente aprobado, ha sido el resultado de un ensayo clínico llevado a cabo en 719 pacientes, de los cuáles el 98% presentaron una gran mejoría en su ritmo cardíaco seis meses después.

Desarrollado por Medtronic, las dimensiones de este dispositivo se corresponden con una décima parte del tamaño de los marcapasos convencionales, por lo que resulta muchísimo más cómodo y menos aparatoso.

Su implantación se lleva a cabo en el interior de un tubo de 41 pulgadas de largo, que se inyecta en la ingle del paciente, desde donde se adentra en el torrente sanguíneo y viaja hasta el ventrículo derecho del corazón. Una vez allí, se aferra al órgano con unos pequeños ganchos y comienza a producir los impulsos eléctricos para que éste lata con regularidad.

Sólo funciona sobre la cámara inferior del corazón, por lo que no resulta de utilidad en pacientes que necesiten estimulación también en la superior. Además, posee algunas otras contraindicaciones, ya que no se recomienda su uso en pacientes a los que ya se han implantado otros dispositivos y tampoco a obesos ni intolerantes a los materiales del dispositivo o a la heparina. 

Sin embargo, más allá de esos pequeños obstáculos, puede dar buenos resultados en personas con fibrilación auricular y otros tipos de arritmias peligrosas.

Aunque aún no se le haya dado mucho uso, está claro que este dispositivo, libre de plomo, será sin duda un gran sustituto de los marcapasos convencionales. Y es que para que algo ayude al funcionamiento del corazón, no es necesario que sea aparatoso.