Tecnología

La vestimenta influye en tu modo de trabajar

15 febrero, 2016 09:07

Algunas veces las normas de vestimenta de las empresas son excesivamente estrictas. No puedes llevar tatuajes, ni rastas, ni piercings, ni nada que se le parezca. Y, ¿vaqueros en la oficina? ¡Dónde se ha visto eso! Es cierto que algunas de esas cosas son absurdas.

Alguien no va a trabajar mejor por tener la piel sin agujerear y limpia de tatuajes, ni tampoco una persona va a ser mejor o peor profesional por tener el pelo lleno de rastas, en lugar de gomina, pero sí que es cierto que la ropa, inconscientemente, puede ayudarnos a tener mejores resultados en nuestro trabajo. Y lo dice la ciencia, así que no puede ser mentira.

¿Qué dice la ciencia sobre esto?

La causa principal por la que  las empresas exigen a sus trabajadores seguir cierto protocolo a la hora de vestir suelen ser las apariencias. Sin embargo, han sido muchos los científicos que han querido comprobar si hay alguna razón psicológica que haga que el rendimiento laboral sea mejor en función de la vestimenta elegida.  De momento, sólo se han llevado a cabo pequeños estudios de laboratorio, por lo que sería necesario extrapolarlos directamente al entorno laboral; pero, aún así, los resultados son bastante sorprendentes.

Uno de estos estudios, fue publicado en agosto de 2015 en la revista Social Psychological and Personal Science, y consistió en tomar  a un grupo de voluntarios y pedirles que realizaran una serie de pruebas, primero con traje y luego con ropa informal. Curiosamente, llevando traje aumentaron las capacidades relacionadas con la abstracción y la decisión de estrategias a largo plazo, todas ellas características muy importantes en los trabajos relacionados con los negocios. Se piensa que, aunque no seamos conscientes, llevar puesta la ropa “adecuada” nos hace sentir con el poder suficiente para llevar a cabo esta tareas. Es algo similar a lo que os contamos en el artículo sobre las connotaciones del color rojo. En éste, luchadores de taekwondo con puntuaciones similares, acababan desempatando en mayor grado si llevaban ropa roja, en comparación con si la llevaban azul. Es algo inconsciente, pero aporta la seguridad necesaria para vencer en una pelea igualada.

El año anterior, se había realizado un experimento similar a éste, en el que se tomó a una serie de hombres de negocios, que pactaran un trato con un  socio ficticio. La mitad de ellos vistieron como normalmente acudían a la oficina, mientras que el resto llevaron un chándal. Como resultado, el primer grupo consiguió negocios mucho más rentables que el segundo.

Pero, ¿ocurre esto sólo en el caso de los trajes y los hombres de negocios? Para comprobarlo, se han llevado a cabo otros experimentos, como uno publicado en 2012 en Journal of Experimental Social Psychology, que extrapolaba estos experimentos al campo de la medicina. Para ello, se solicitó a un grupo de profesionales que desarrollaran su trabajo con la bata blanca típica, mientras que otros cuantos hicieron lo propio con una bata de pintor. Los resultados fueron mucho mejores en los primeros; que, además, mostraron unos niveles de atención mucho mayores.

Sin embargo, muchas veces, percibimos la vestimenta de los demás de un modo totalmente diferente. Por ejemplo, según un estudio de 2014, la audiencia valoró muy positivamente a un profesor que daba una conferencia llevando unas zapatillas Converse de color rojo. Está claro que el color tuvo mucho que ver, pues, como os dije antes, infunde seguridad; pero, además, se considera que una persona capaz de dar una charla en zapatillas tiene la suficiente personalidad y confianza en sí mismo como para no tener en cuenta las convenciones sociales.

Por lo tanto, es posible que el hábito sí que haga un poco al monje, pero el mejor uniforme de trabajo es la confianza. Si somos capaces de confiar en nosotros mismos, la ropa es lo de menos. Como si queréis ir a trabajar en pijama.

Vía: Scientific american