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El asombroso mundo de los extremófilos

12 febrero, 2016 20:27

En la lava de un volcán, bajo las aguas gélidas de la Antártida, en la férrica corriente de las minas de Rio Tinto e incluso en la desolada Chernobyl. Los límites del habitat natural del ser humano se colocan en torno a condiciones tan extremas que acabarían con nosotros, altas o bajas temperaturas, poco oxígeno disponible, radiación… Y lo mismo ocurriría con el resto de seres vivos, sino fuese por un grupo de microorganismos capaces de tolerar circunstancias tan adversas como podrían ser los 80ºC de temperatura: Los extremófilos.

¿Qué hacen estos microorganismos para sobrevivir? ¿por qué es tan interesante su estudio? En Medciencia iremos resolviendo estas dudas para que conozcáis un poco mejor estos peculiares microorganismos y su papel en la ciencia.

Los extremófilos más populares

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Una paradoja de los extremófilos, es que viven extremadamente cerca y lejos de nosotros, desde nuestro cuerpo a los más recónditos lugares del planeta. Aquí van algunos de los extremófilos más conocidos:

  • Lactobacillus acidophilus: es normal que os suene de algo este extremófilo, pues es el responsable de la formación del yogurt. Lo curioso, es que esta bacteria se encuentra también en nuestro cuerpo, concretamente en los intestinos, en la boca e incluso en la vagina. Su función es protegernos de otros microorganismos, gracias a su capacidad para vivir en ambientes con pH muy bajo (ácidos).
  • Thermococcus gammatolerans: uno de mis favoritos. Si ya pensábamos que las cucarachas podrían resistir una guerra nuclear, os sorprenderéis cuando sepáis que este extremófilo es capaz de campar a sus anchas en condiciones de elevada radioactividad, y aguanta una irradiación de 30 KGy de rayos gamma, mientras que el ser humano con 10 Gy ya está más que frito. Su estudio nos ha ayudado a comprender un poco más el envejecimiento al poseer unas enzimas especialidades en la reparación del ADN.
  • Polaromonas vacuolata: perteneciente al grupo de los psicrófilos, este microorganismo vive en una temperatura de 0ºC. También se le conoce como criófilos (amantes del hielo) y nos han ayudado a entender mejor como se descompone la comida en los refrigeradores.
  • Thermus aquaticus: vive entre temperaturas de 50 a 80ºC, y su importancia en la ingeniería genética es fundamental. Gracias a ella, y concretamente a sus enzimas de replicación del ADN, que son las que hoy en día utilizamos para poder llevar a cabo las PCR, técnica clave en la genética.
  • Haloferax volcanii: estos microorganismos viven en entornos dónde nuestras células normalmente se desecarían por la gran cantidad de sales que existen en el medio. Haloferax volcanii se encuentra en el Mar Muerto, y ha servido como proyecto de simulación de la supervivencia de algas halófilas en Marte.

 Houston, tenemos un extremófilos

La colonización de otros planetas nos parecía descabelleada hace unos pocos años. Fuera de las novelas de ficción, se ha convertido en un objetivo para entidades como la NASA y paralelamente existen diferentes estudios que prueban el efecto de las condiciones de factores como la gravedad, la concentración de oxígeno y el agua a la vida y fisiología del ser humano.

Los extremófilos nos enseñan como un organismo es capaz de adaptarse a las condiciones más adversas, y el entendimiento de los procesos que llevan a cabo para sobrevivir encierra la clave para hacer de los viajes espaciales y la colonización algo realmente posible.

Fuente | Science direct: 10th International Congress on Extremophiles