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Mujeres científicas: Lise Meitner

9 febrero, 2016 11:21

Hoy, en nuestra sección de mujeres científicas, os hablamos de nuevo de una mujer sin la cual hubiese sido imposible que uno de sus compañeros ganara el premio Nobel.  Se trata de Lise Meitner.

Biografía de Lise Meitner

Lise nació en Viena, en noviembre de 1878, en el seno de una familia judía que finalmente se convertiría al cristianismo. Estudió en las Universidades de Viena y Berlín, recibiendo en esta última clases del mismísimo Max Planck. Tres décadas después, en 1938, salió de Alemania para unirse al personal de investigación atómica del Instituto Manne, en Estocolmo,  dónde llevó a cabo sus mayores descubrimientos científicos, aunque murió en 1968 sin recibir todo  el reconocimiento que éstos merecían.

Aportaciones a la ciencia de Lise Meitner

Aún en Berlín, comenzó justo a Otto Hahn, una investigación que duró más de treinta años y, fruto de ésta, descubrieron el protactinio. Después de esto, los dos científicos viajaron a Estocolmo para continuar con  sus experimentos junto a Fritz Strassman. De esta colaboración surgió el primer ejemplo de fisión nuclear, que fue publicado por Hahn en 1939. Sin embargo, fue Meitner la que explicó detalladamente el proceso en un artículo de la revista Nature.  Sorprendentemente (o puede que no tanto), cuando años después se le otorgó a Otto Hahn el premio Nobel de química por este descubrimiento, en ningún momento se la reconoció a ella como coautora, dando lugar a un nuevo caso de discriminación al trabajo de una científica por su condición de mujer. Al menos, aunque no gozara de este galardón, más tarde, en 1966, se le otorgó el premio Enrico Fermi. Además, se premió su contribución al desarrollo de la bomba atómica bautizando un elemento de la tabla periódica en base a su nombre: el meitnerio.

Por lo tanto, Lise Meitner fue otra de esas mujeres que dedicaron su vida a la ciencia para presenciar como espectadoras cómo un hombre recibía el Nobel por un trabajo en el que ella había desempeñado un papel muy importante. Al menos pudo ganar otros premios y quedar eternamente en el puesto 109 de la tabla periódica. Desde luego, algo es algo. Pero frente al Nobel y el trabajo de toda una vida, no sabemos si compensa.