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¿A qué se debe el sonido de canicas rebotando en el piso de arriba?

9 febrero, 2016 19:22

En todas las comunidades de vecinos existen una serie de personas cuya presencia da vidilla a la convivencia, evitando que nuestra existencia se vuelva monótona. Por un lado está la vecina que decide probar la resistencia del parqué al contacto con los tacones a altas horas de la madrugada. Suele haber una en cada planta, excepto en la baja, salvo que en el sótano haya viviendas. En ese caso también habrá una en la baja, pero nunca en el sótano.

Otro de los vecinos típicos es el matrimonio con tres hijos y un perro. Ni uno más, ni uno menos. Suelen pasar poco tiempo en casa, pero cuando lo hacen se encargan de que te enteres bien , para que no te preocupes por ellos. Otro clásico es la pareja enamorada que se empeña en demostrar sus arrebatos de pasión principalmente las noches de fin de semana, aunque también algunos días sueltos entre semana, especialmente si a la mañana siguiente tienes que madrugar. Y, por último, no puede faltar el vecino que guarda en un armario un saco lleno de canicas y, de vez en cuando, las desparrama por el suelo para recordar su infancia. Pero, ¿qué pasa si os digo que éste no existe? El ruido de canicas no se debe a ningún vecino melancólico de su niñez, sino a otra causa muy diferente, de la que os voy a hablar en este artículo.

El golpe de ariete

Como os decía, la culpa de ese sonido no la tiene el vecino de arriba, ni siquiera un fantasma matando el aburrimiento, sino las tuberías que se encuentran en el interior de los muros del edificio.  Todo se debe a un efecto físico, conocido como golpe de ariete o pulso Zhukowski, que se produce cuando una válvula de las cañerías se cierra bruscamente. Esto podría ocurrir cuando una lavadora deja de tomar agua o al cerrar un grifo.  En ese momento, las partículas del fluido que se han detenido de golpe, son empujadas por las que vienen detrás y que aún conservan movimiento, dando lugar a un vacío en la parte posterior. De este modo, cuando todas estas partículas chocan con el cierre, rebotan bruscamente hacia atrás, provocando que el aire que había quedado ahí contenido tenga que expandirse hasta los bordes de la tubería, haciéndolas temblar y emitiendo ese sonido  característico. Como se van produciendo sacudidas hacia delante y hacia detrás, mientras pierde energía, el ruido se repetirá como lo harían unas canicas que rebotan.

Ahora ya podéis vivir tranquilos, sabiendo que no hay fantasmas en el piso de arriba y sin mirar mal al vecino cuando os lo encontréis en el rellano, pero si veis que el sonido se repite mucho y durante mucho tiempo, no estaría mal que la comunidad llamara a un fontanero, pues este efecto puede dañar el sistema de tuberías.

Es posible que en algún programa de sucesos paranormales le hubiesen encontrado una explicación más fascinante al asunto, pero la física también es muy chula, ¿no creéis?

Vía ABC Europa Press