El cáncer toma numerosas identidades diferentes para hacer presencia en nuestro organismo. Un cúmulo de factores permiten al cáncer evadir nuestro sistema inmune que mantiene en equilibrio el proceso de proliferación celular e inflamación y se desarrolla lo que podemos temer como un posible tumor agresivo.

Los investigadores de la Universidad de Oxford han realizado un seguimiento de la actividad de PAD4, una proteína que juega un papel fundamental en el desarrollo de enfermedades inflamatorias como la artritis. Tras conocer que esta proteína aparecía en algunos tipos de cánceres, han realizado un estudio exhaustivo para conocer su papel en la aparición y extensión de esta enfermedad, identificando la proteína que provoca el cáncer.

Rastreando al culpable

El equipo encontró que la proteína enzimática PAD4 tiene cierta afinidad por otra proteína llamada E2F-1, cuya función es regular diferentes actividades célula-célula. Y ya os imagináis que actividad podría estar relacionada con esta última proteína: La proliferación del cáncer.

Nuestro organismo es un complejo sistema regulado por señales, que mantienen el orden y el equilibrio en los procesos metabólicos. Para que el cáncer pueda llevar a cabo su naturaleza agresiva en nuestro organismo, debe evadir el sistema inmune, y hacer que todas las células a su paso compartan su voluntad cancerígena. De esta forma, se envían una serie de señales a las células adyacentes para que se vuelvan también agresivas y proliferen sin control.

Usando la proteína a nuestro favor

Los investigadores no cesaron su estudio en este punto, pues comenzaron a indagar si existía alguna otra participación en la proliferación del cáncer que involucrara a PAD4 y que pudiésemos controlar. ¡Eureka! Encontraron otra proteína llamada BRD4, de la que sentía afinidad PAD4, y que nos permitía cambiar a E2F-1 de forma que en vez de promover la proliferación, promoviese la inflamación.

Pero, la inflamación tampoco nos interesa, pues aunque sea un mecanismo de defensa de nuestro organismo, de forma extensa y no selectiva puede volverse totalmente peligrosa, por no decir que está infinitamente relacionada con una gran variedad de cánceres. El equipo probó si la supresión de ambas proteínas tenía los efectos esperados en ratones con artritis, y efectivamente, encontraron que la inactivación de ambas proteínas reducía considerablemente los síntomas de artritis y productos inflamatorios.

La inflamación juega un papel fundamental en una gran variedad de enfermedades. La artritis es una de ellas, pero también podríamos hablar del cáncer de intestino. Conociendo los mecanismos involucrados en este tipo de enfermedades y la inflamación, estaremos un paso más cerca de elaborar un tratamiento para poner fin a estas enfermedades.

Fuente | Universidad de Oxford