¿Os cantaban de pequeños la canción de Lorenzo y Catalina? “El Sol se llama Lorenzo, la Luna Catalina…“. No la voy a seguir porque no estamos aquí para recordar el cancionero popular, aunque os recomiendo buscarla si queréis un ataque de nostalgia. El caso es que yo desde entonces cada vez que escucho esos nombres pienso en los dos astros, soy incapaz de asociarlos con otra cosa. ¡Y cuál fue mis sorpresa al enterarme que Catalina viene  a la Tierra de visita! Pero resulta que no es la Luna, sino un cometa. Desconozco si lo han llamado así por la canción, pero a mí me ha dado el pie perfecto para esta introducción.

¿De dónde viene el cometa Catalina?

El cometa Catalina viene de la nube de Oort, un grupo de cometas presente en el sistema solar exterior, aproximadamente a un año luz del Sol.  Como todos los cometas provenientes de dicha nube, es una roca de hielo y polvo que en algún momento fue desestabilizada de su órbita por una colisión,  produciéndose su atracción hacia el interior del Sistema Solar.

¿Por qué es tan importante el cometa Catalina?

Estudiar los cometas es importante, ya que se les considera piezas fósiles del sistema solar, de modo que nos pueden dar datos muy importantes sobre sus primeros momentos. Además, Catalina es un cometa muy nuevo (fue liberado hace poco), de modo que no ha sufrido mucho deterioro y  el nivel de información que nos puede aportar es mucho más grande que el de otros cometas más antiguos.

¿Cómo podemos ver el cometa Catalina?

Aunque fue descubierto en octubre de 2013,  hace muy poco que nos ha dado el privilegio de visitarnos. Desde diciembre de 2015 se puede ver de madrugada en el Hemisferio Norte, pero no ha sido hasta este 10 de enero cuando, debido a la disminución del brillo lunar causada por la Luna Nueva,  hemos podido verlo con más claridad. Se puede observar desde la media noche hasta el anochecer y es necesario disponer de una carta celeste como ésta para localizarlo. Aunque la zona central del cometa se puede ver a simple vista, es aconsejable usar unos prismáticos para observarlo con más claridad.

Por lo tanto, esta misma noche podéis proceder a su observación, aunque el momento en que más cerca se encontrará de la Tierra será el 17 de enero. Eso sí, si queréis verlo no lo dejéis pasar mucho más, pues  se calcula que su órbita es hiperbólica, de modo que sólo nos visitará una vez.  Y ya que nos visita, no vamos a hacerle el feo de no verlo, ¿no? ¡Apuntadlo en la agenda!

Fuente: Instituto de Astrofísica de Canarias