Tecnología

Impresión 3D para producir cuero y carne

29 octubre, 2015 18:42

 

Desde hace siglos, el ser humano se ha servido de los animales para la obtención de productos de diversa clase y aplicación, en especial en el sector alimentario. También en la industria textil las materias primas animales han constituido un requisito fundamental durante décadas. No obstante, a pesar de la aparición de nuevas técnicas para perfeccionar los productos que se comercializan hoy en día, la forma de extracción de las materias primas no ha evolucionado de la misma manera. De hecho, no difiere prácticamente en nada del proceso de obtención que siempre se ha llevado a cabo: el sacrificio de animales. Por suerte, la impresión 3D nos ofrece una opción alternativa que garantiza el bienestar ambiental y que promete ser eficiente.

Un método innovador y muy necesario

En Modern Meadow, una empresa dedicada a la tecnología de impresión en 3D, se cultivan tejidos y órganos humanos a partir de una única célula. Esto ha supuesto toda una revolución en el sector de la medicina, ya que se han conseguido implantar con éxito en pacientes cuerpos sofisticados y complejos como orejas, tráqueas o piel. A su vez, este fenómeno ha dado lugar a diferentes cuestiones sobre los campos en los que podría tener cabida la técnica, en vista de los favorables resultados obtenidos. Fue así como Andras Forgacs, cofundador de la compañía, comenzó a interesarse por la elaboración de productos de origen animal, como la carne o el cuero, de manera totalmente novedosa.

Unos 60 mil millones de animales forman actualmente el rebaño mundial del que nos beneficiamos en términos alimenticios y textiles, una cifra que corre el riesgo de duplicarse en los próximos años. El abastecimiento y mantenimiento de este ganado desmesuradamente numeroso supone elevados gastos económicos, y lleva a un modo de actuación en el que los animales son considerados como meros medios para conseguir aquello que nos interese, no como los seres vivos que son. Los productos de origen animal no son más que colecciones de tejidos, por lo que para su fabricación sería más lógico, en lugar de trabajar con seres complejos y sensibles, hacerlo a partir de una unidad de dimensiones más pequeñas, la unidad básica para la vida: la célula.

Unidades más simples para obtener mejores resultados

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Modern Meadow ha decidido encabezar la iniciativa reemplazando el cuero tradicional por un novedoso “biocuero” que resulta técnicamente más fácil de cultivar y que sirve como puerta de enlace a otros productos que se obtendrán en el futuro. Si la población está satisfecha al probar este nuevo material, mostrará una mayor predisposición a la hora de degustar, por ejemplo, una hamburguesa obtenida por el mismo procedimiento, ya que modificar la dieta a menudo suele ser difícil, y más aún si se tienen ideas preconcebidas sobre los alimentos producidos en un laboratorio.

El procedimiento es relativamente sencillo. A partir de una biopsia simple (que no implica ningún daño), se extraen células procedente de vaca, de las cuales aislaremos las epiteliales. Estas células se multiplicarán en un medio de cultivo y generarán tejido conectivo entre ellas, en el que se halla un compuesto natural conocido como colágeno. Las células y el colágeno se van apilando en láminas, éstas en múltiples capas y así sucesivamente hasta tener una piel bien estratificada que tras someterse a un corto proceso de curtido químico, se transforma en cuero.

Este material de partida presenta las mismas características que el cuero convencional (puesto que procede de las mismas células), e incluso ciertas ventajas frente a éste, ya que no existen cicatrices, pelos o picaduras de insectos que suelen estar presente en la piel del animal. Además, como el cuero es elaborado desde el principio, podemos controlar sus propiedades de elasticidad, transpirabilidad, suavidad o elasticidad, dando una amplia gama productos únicos.

A pesar de emplear un método científico artificial, la impresión 3D para la obtención de productos de origen animal podría considerarse como una evolución natural en el modo de fabricación aceptado por toda la humanidad desde hace años. Nos incita a pensar en un futuro más eficiente, civilizado y responsable con el medio ambiente, un futuro que ya es posible el día de hoy.

Fuente | Nature