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Tecnología

Crean piel artificial que transmite la sensación de presión al cerebro

Ingenieros de Stanford crean piel artificial que transmite la sensación de presión al cerebro.

16 octubre, 2015 09:45

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Ingenieros de Stanford crean piel artificial que transmite la sensación de presión al cerebro.

La Universidad de Stanford ha creado un material plástico parecido a la piel que puede detectar niveles de presión y enviarlos en una especie de código Morse directamente a células de un cerebro vivo. Esta hazaña supone un paso enorme en pos de conseguir prótesis sintéticas con un completo sentido del tacto.

Este sistema permitirá entre otras cosas diferenciar la presión ejercida sobre un objeto concreto o un firme apretón de manos de uno más suave y relajado.

La profesora de ingeniería química Zhenan Bao, lleva una década tratando de desarrollar un material que imite la flexibilidad y capacidad de curación de nuestra piel, además de tener servir como sensor para enviar la sensación de tacto, temperatura y dolor directamente al cerebro. En última instancia, Bao quiere crear un tejido artificial capaz de replicar gran parte de las funciones sensoras de nuestra piel.

Digitalizando el tacto con piel artificial

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La clave de esta tecnología pasa por un par de pliegues o capas de plástico que funcionan de la siguiente manera: La capa superior crea la señal de presión mientras que la inferior actúa como transmisora de la señal eléctrica y la convierte en un estímulo biomecanico compatible con las células nerviosas del cerebro. Así, la capa superior consta de un sensor capaz de detectar el mismo rango de grados de presión que la piel humana, desde un ligero roce con un dedo hasta un firme apretón de manos.

Anteriormente, Bao y su equipo fueron pioneros en usar plásticos y gomas como sensores de presión midiendo la elasticidad natural de sus estructuras moleculares. Para explotar esta capacidad, colocaron millones de nanotubos de carbono a través de una estructura concreta de plástico, de esta manera, la presión ejercida en el plástico contrae los nantoubos acercándolos entre sí para hacerlos conductores de electricidad. Finalmente, para detectar el nivel de presión, solo tienen que medir la cantidad de electricidad que fluye por el sistema.

“Tenemos mucho trabajo por delante para llevar esta tecnología a su aplicación práctica” afirma Bao, “pero tras emplear varios años en este desarrollo, ahora veo el camino que nos abrirá la puerta a utilizar piel artificial“.

Más detalles | Stanford News