La psicosis (en su versión más conocida la esquizofrenia), causa muchas pérdidas en el individuo, desde el desgaste tanto individual como social de las alucinaciones, a los cambios emocionales, las alteraciones en la conducta y la comunicación, etc… Pero hoy nos centramos en uno de los mayores problemas que ocurren con estos trastornos: las alteraciones cognitivas y más específicamente la pérdida de memoria.

¿Qué problemas presenta la gente con psicosis y qué causa estos problemas?

Los mayores problemas en estos sujetos se dan al tratar de crear relaciones o asociaciones entre ítems o conceptos, por ejemplo acordarnos de comprar huevos, leche y azúcar cuando compramos harina para hacer un postre.

¿El motivo? el estudio de hoy (descrito más abajo) nos muestra como esto se debe a una disfunción en el lóbulo frontal y temporal que inhabilita la capacidad para realizar conexiones asociativas. Existe pues un problema de codificación relacional. Además este problema se acompaña de una disfunción en el córtex prefrontal dorsolateral.

Otro problema es (aparte de almacenar) recuperar la información asociada ya que incluso cuando los sujetos recuerdan los ítems por separado pueden no recordar la conexión entre ellos. Este problema se asocia a un déficit en el hipocampo.

Resumidamente podemos decir que el problema general es recuperar información relacionada en un contexto, lo cual a la larga crea una progresiva pérdida de memoria que afecta al día a día.

Esta red de memoria relacional entre los lóbulos frontal y temporal debería ser el objetivo de cualquier nuevo tratamiento que pretenda mejorar el deterioro cognitivo en estos pacientes.

El estudio:

El artículo publicado en la revista JAMA Psychiatry y llevado a cabo por J. Daniel Ragland y Charan Ranganath (entre otros), fue un estudio con resonancia magnética funcional (fMRI) de 60 pacientes( hombres y mujeres) con esquizofrenia que fueron emparejados por edad con los sujetos control no afectados. Los participantes con psicosis se encontraban clínicamente estables, habían permanecido con la medicación durante un mes, y estaban experimentando síntomas leves.

Para el estudio, los participantes vieron una serie de fotografías de objetos cotidianos. Debían llevar a cabo o bien una decisión de codificación de artículo específico (si el objeto estaba vivo o no vivo), o bien tomar una decisión de codificación relacional acerca de si uno de los objetos podría caber dentro del otro mientras se les realizaba una exploración con resonancia magnética funcional.

Seguidamente se les presentó una tarea de reconocimiento de ítems que consistía en un grupo de objetos estudiados (previamente presentados) junto con objetos no estudiados. Los participantes tenían que evaluar si era un objeto antes visto o no. Los participantes también pasaron por una prueba de reconocimiento asociativo, debían elegir qué objetos se habían emparejado juntos durante la tarea de codificación relacional anterior.

En los participantes con diagnóstico de psicosis, la corteza prefrontal dorsolateral apareció entre un 28 y un 30 por ciento menos activa que en los participantes sanos de control.

Aunque los participantes con esquizofrenia activan la corteza prefrontal ventrolateral durante la tarea relacional versus la de ítem en cambio no pudieron activar el córtex prefrontal dorsolateral. Este hallazgo es consistente con estudios anteriores de atención y resolución de problemas en las personas con esquizofrenia. Además se vio que los controles sanos exhiben una mayor activación en el hipocampo, mientras que la activación se redujo significativamente en los participantes con psicosis para la recuperación del recuerdo posterior a la codificación mnésica relacional, pero no para la recuperación que seguía a la codificación por ítem.

Por lo tanto, el hipocampo se une a la corteza prefrontal dorsolateral para ayudar a explicar los déficits de memoria relacional desproporcionados que experimentan las personas con esquizofrenia.

El estudio concluye que para mejorar la memoria en personas con psicosis se deberá trabajar  en mejorar el funcionamiento de la corteza prefrontal dorsolateral. Y hay muchas maneras diferentes con las que podemos hacer eso, por ejemplo a través del entrenamiento cognitivo. Otra opción experimental es la llamada estimulación transcraneal de corriente directa que está diseñada para activar y mejorar la función de la región del cerebro.

Fuente: Medical News Today, JAMA Psychiatry.

Imagen: Flickr.