La bisexualidad es un tema que genera bastante polémica. Todos, en mayor o menor medida, sabemos qué significa ser bisexual, pero nos cuesta entenderlo. Hay muchos mitos y prejuicios que siguen existiendo en torno a este tema y que, tal vez, nunca dejen de existir: son unos viciosos, están pasando por una fase, seguro que son infieles porque se fijan en todos, etc.

A veces, simplemente, basta con conocer un poquito mejor los temas que nos rodean para dejar de juzgarlos. Conocer a las personas que son bisexuales y saber qué sienten y cual es su discurso nos acerca un poco más a este mundo que todos creemos conocer.

¿Todos somos bisexuales?

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Viendo la escala de Kinsey, os propongo que intentéis situaros en algún grado de esta escala. Es algo personal, para vosotros, sin ser juzgados ¿os posicionáis en el 0 o en el 6 exclusivamente? Cada uno de nosotros sabemos, normalmente, en qué número nos posicionaríamos; nos conocemos, sabemos lo que nos gusta y lo que nos atrae. Puede que en ciertas ocasiones nos sorprendamos al darnos cuenta que sintiéndonos siempre un 0, de repente nos posicionamos en un 1 o incluso un 2, o considerándonos un 6, nos posicionemos en un 5, por ejemplo.

Es en estos casos cuando solemos oír “ahora se ha vuelto gay“, “de repente es lesbiana“o “pensaba que era totalmente gay/lesbiana“. No es que nos volvamos gays, lesbianas o heterosexuales de repente, sino que, como bien vemos en la escala, podemos ser personas que fluimos entre el 1 y el 5, nuestra sexualidad no es estática y nos dejamos llevar por algo más allá de los genitales de la otra persona.

Pero…¿qué pasa exactamente con el 3?

El paraguas de la bisexualidad

Cuando hablamos de bisexualidad hacemos referencia a personas que se sienten atraídas afectiva y/o sexualmente por hombres y mujeres, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera, al mismo nivel ni con la misma intensidad. Estas personas pueden tener relaciones sexuales con hombres y mujeres indistintamente, puede que sólo mantengan relaciones sexuales con hombres o con mujeres pero se sientan atraídos por ambos o incluso pueden sentirse atraídos afectivamente por hombres y mujeres y no mantener relaciones sexuales.

Ser y sentirse bisexual es una cuestión personal. Hay personas que pueden sentirse atraídas puntualmente por personas de su mismo sexo, o gays y lesbianas sentirse atraídos por personas de otro sexo y no por ello identificarse como bisexuales. En estos términos, es necesario hablar del paraguas bisexual.

Aunque parezca absurdo, el ser humano necesita ponerle nombre a absolutamente todo y en términos de sexualidad no nos quedamos atrás. Existen muchos términos para definir los diferentes tipos de bisexualidad, algunos de ellos no nos posicionan obligatoriamente en el número 3 de la escala, por eso necesitamos darle un significado. Como vemos en la imagen, existen muchísimos términos diferentes para hacer referencia a ello, algunos incluso en su definición a penas se diferencian entre ellos: pansexual (atracción hacia personas de cualquier sexo-género), demisexual (atracción sexual sólo hacia personas cercanas), skoliosexual (atracción hacia personas queer y personas que no se sientan hombre ni mujer), heteroflexible (atracción ocasional de personas del mismo sexo, considerándose predominantemente heterosexual)…y un sinfín más de definiciones que podemos ver debajo de ese paraguas.

Prejuicios sobre la bisexualidad

Son muchos los prejuicios que giran en torno a la bisexualidad, he aquí algunos que explicaremos para que podamos entender mejor:

– Son unos viciosos, les gustan todos y todas. Este argumento no tiene sentido, sigue existiendo la capacidad de elección y de atracción hacia determinadas personas y no hacia todas las personas con las que se relacionan. Como bien sabemos, ni todos los gays se sienten atraídos por todos los hombres, ni todas las lesbianas por todas las mujeres, así como los heterosexuales no se sienten atraídos por todos los hombres o mujeres.

– Son infieles por naturaleza. La infidelidad no está relacionada directamente con la orientación sexual, con lo cual no podemos afirmar esto. Ser fiel o infiel es decisión de cada uno, el hecho de que a las personas bisexuales les gusten hombres y mujeres no implica que se relacionen con varias personas a la vez o que no pudieran tener relaciones monógamas estables.

– Es una fase, en realidad son homosexuales. Las personas bisexuales, como cualquiera de otra orientación, saben qué les gusta y no tienen dudas, por tanto, no debemos poner en dudas sus gustos y preferencias. Este prejuicio se da porque algunas personas que finalmente sí han reconocido ser gays o lesbianas, han dicho ser bisexuales porque podría parecer menos impactante ya que viene implícito una parte heterosexual. Esto viene marcado por la necesidad imperante desde jóvenes por posicionarnos como heterosexuales u homosexuales, dejando de lado la opción de la bisexualidad y considerando a ésta como algo negativo y sin sentido.

– En su mayoría son mujeres. Parece ser que la bisexualidad es más aceptada y está mejor vista en mujeres, se dice que son más abiertas ante experiencias sexuales con otras mujeres, dejando en una minoría a los hombres bisexuales. Esto no tiene nada que ver, es una cuestión social que podría estar relacionada con la masculinidad del hombre y su virilidad. Existen igualmente hombres y mujeres bisexuales.

Como ya vemos, son muchos los temas y términos que envuelven a la bisexualidad y parece un poco complicado entenderlo y asimilarlo. Hablamos de que todos somos bisexuales pero a su vez creemos que no existe y es una fase hacia la homosexualidad. Vayamos más allá, al finy al cabo lo importante es saber uno mismo qué le gusta y cómo vive su sexualidad sin tener que dar explicaciones. Dejemos los prejuicios a un lado y aprendamos a disfrutar, somos personas que nos sentimos atraídas por otras personas.

Fuente: Ben Amics, El príncipe Lila, La radical bi

Imagen: Wikipedia, Lille Skvat