En sus mas de diez años de vida el Opportunity nos ha dado algunas de las mejores fotografías que hemos visto de Marte y nos ha presentado misterios misteriosos que luego no lo son tanto. Pero todo ese duro trabajo tiene sus consecuencias en un entorno tan difícil como el del planeta rojo.

Marte no tiene piedad

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Por ejemplo, no es casualidad que no hace mucho hablásemos del formateo que la NASA planeó para evitar los bloques de memoria defectuosos que se habían dañado después de una década de radiación, temporales y polvo. Y hablando de polvo, ese es el gran enemigo de sondas como el Opportunity o el Curiosity. No solo porque se mete en los mecanismos, sino sobre todo porque bloquea la fuente de energía de la que dependen, el Sol.

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En las imágenes vemos la diferencia entre cómo estaba el Opportunity en los primeros días de su misión en 2004, y cómo está en la actualidad. Una capa de polvo rojizo cubre los paneles solares limitando la cantidad de rayos que llegan a las celdas. Pese a todo el Opportunity sigue funcionando a duras penas, habiendo batido en Julio el récord de haber recorrido la mayor distancia en otro planeta, aunque su misión inicial ya hace años que haya terminado.