Si creías que las tablets y smartphones que usas diariamente son algo novedoso, será mejor que te quites esa idea de la mente. Tarde o temprano descubrimos que todo está inventado, incluso la idea de un dispositivo con el que podemos leer toda nuestra biblioteca.

El concepto del Kindle no es nuevo

En efecto, todo el drama que estamos viviendo sobre los libros electrónicos en realidad es mas viejo que los propios lectores de libros electrónicos. Así lo revela un invento de 1935 publicado por la revista Everyday Science and Mechanics; el artilugio se aprovecharía de la moda de los microfilmes, que permitían guardar fotografías en un pequeño formato. Muchos periódicos aprovecharon la tecnología para hacer fotografías de sus ediciones y tenerlas fácilmente accesibles usando lectores, en vez de tener que tener que guardar papel con los problemas que aquello acarreaba.

Esta idea llevaba ese tipo de lectores a nuestra casa para leer libros sentados en nuestro sofá; con los controles a mano podríamos pasar de página y enfocar la imagen dependiendo de nuestra postura y la distancia con el proyector. Muy aparatoso, pero eran los años 30 ¿qué esperabas?

kindle-1930-2

No fue la única idea similar, ya que en los años 50 también se llegó a hablar de una “biblioteca electrónica” que proyectaría los libros guardados en microfilmes directamente en el techo. Quién sabe, tal vez en una dimensión alternativa esa es la manera en la que la mayoría lee.