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Y el Premio Nobel de Medicina 2014 es para... ¿un "GPS"?

7 octubre, 2014 20:23

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Este año el Nobel de Medicina se lo han llevado investigadores pioneros en neurociencia. Uno por descubrir la zona del cerebro que nos ayuda a identificar “dónde estamos” y otros dos por descubrir otra región que nos ayuda a “orientarnos”. En todos los medios que se han hecho eco de la noticia han definido este premio como el galardón a los descubridores del “GPS cerebral”, es decir, el sistema de posicionamiento en el cerebro (como lo denominó uno de los investigadores). Los galardonados compartirán como premio la nada despreciable cifra de 879.000 euros.

El primer premiado, John O´Keefe, investigador en la University College de Londres, comenzó su andadura allá por la década de 1960, cuando comenzó a investigar en ratones. Aproximadamente 10 años después descubrió que, cuando una rata se encontraba en un lugar determinado de una sala, siempre se activaba un tipo de célula en el hipocampo, una de las principales áreas del cerebro humano y de otros mamíferos. Cuando la misma rata se encontraba en otro lugar, se activaban otras células. Y volvían a activarse las primeras cuando la rata volvía al lugar inicial. De este modo descubrió lo que sería el primer componente del “GPS cerebral” que ha sido premiado.

De ahí surgió su idea de que estas “células de posicionamiento”, tal y como las denominó, no sólo registraban n impulso visual, sino que podían formar una especie de mapa de la habitación, es decir, que la memoria de un entorno puede almacenarse como una combinación específica de la actividad colectiva de las células activadas en diferentes lugares. O sea, que de lo individual se crea un mapa global.

Dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos

Más de tres décadas después, en 2005, el matrimonio formado por May-Britt y Edvard Moser, los otros galardonados, descubrió otro componente clave del sistema de posicionamiento del cerebro, del GPS. Ella es directora del Centro de Computación Neural y él, director del Instituto Kavli de Neurociencia de Sistemas, ambos en Trondheim (Noruega).

La pareja identificó otro tipo de célula nerviosa, a la que llamaron grid (en inglés) o rejilla, que genera un sistema de coordenadas y permite un posicionamiento preciso y la búsqueda de caminos. Investigaciones posteriores mostraron cómo las células de posicionamiento y de rejilla determinan la posición y la navegación. En otras palabras, estas células nos indicarían no sólo dónde nos encontramos, sino también hacia dónde dirigirnos.

Los descubrimientos de O’Keefe y el matrimonio Moser resolvieron el problema que ha sembrado el interés de científicos y filósofos como Kant durante siglos: ¿cómo crea el cerebro un mapa del espacio que le rodea y puede así transitar a través de él?

Avance en seres humanos

Todos estos estudios se han llevado a cabo sobre todo en ratones. No obstante, estudios recientes con pacientes sometidos a técnicas neuroquirúrgicas han permitido constatar que el ser humano también dispone de esta compleja interconexión neuronal entre las células de lugar y las células de red, que le permite relacionarse y moverse a través de un espacio físico.

Por lo tanto, el conocimiento del sistema de posicionamiento cerebral podría ayudar, por ejemplo, a entender los mecanismos que subyacen en la pérdida de la memoria espacial que ocurre en los enfermos de Alzheimer. De todos modos, como los mismos investigadores indican en la nota de prensa emitida por el Instituto Karolinska, no se trata de un mecanismo de la enfermedad, sino que servirá para avanzar en su conocimiento y en su comprensión, de modo que no se puede hablar de aplicaciones clínicas a corto o medio plazo.

Fuente | Plataforma Sinc

Ilustración | Mattias Karlén