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Tecnología

Oculus Rift, el fin de la ilusión

26 marzo, 2014 19:09

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Ayer Facebook nos volvió a sorprender con una compra multimillonaria, en este caso del fabricante de dispositivos de realidad virtual Oculus. Exactamente por qué la red social está interesada en la realidad virtual es un misterio que aún tardaremos años en resolver, pero en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que la decisión no ha sentado nada bien a los usuarios.

Una venta de activos y de ideales

Hay varios motivos por los que los aficionados no están saltando de alegría ante la noticia, y el mas obvio de todos ellos es que Facebook es una compañía completamente opuesta a lo que representaba Oculus. Recordemos que el Rift, el dispositivo que lo inició todo, consiguió financiarse gracias a Kickstarter, el servicio de crowdfunding. No faltan las voces que consideran que la compañía no solo ha vendido sus activos, sino también sus ideales.

El Oculus Rift era algo mas que un dispositivo aparatoso, era un proyecto independiente que prometía traer a nuestras casas el sueño de la realidad virtual sin tener que pasar por multinacionales; era un proyecto que fomentaba la creatividad, el desarrollo de nuevas aplicaciones y tecnologías que no solo evolucionasen la manera en la que jugamos, sino también otros aspectos de nuestras vidas.

 

Durante mucho tiempo, el Oculus ha representado una manera independiente de hacer las cosas, y por eso atrajo a desarrolladores como Markus Persson, mas conocido como Notch, que en cuanto supo la noticia anunció que la versión de Minecraft que estaba desarrollando para el Oculus Rift quedaba cancelada inmediatamente.

De desarrollo independiente a formar parte del “enemigo”

El Oculus Rift representaba una vuelta a la era de “los garajes”, esa época en la que proyectos con mas ilusión que dinero conseguían crear inventos revolucionarios, por y para los aficionados. En vez de eso, ahora Oculus es una mas de las miles de ramas de un gigante que solo está interesado en recopilar nuestros datos para mostrarnos publicidad.

 

Tal vez lo peor sea que Facebook es una compañía que tradicionalmente ha ignorado los videojuegos, y que en la nota de prensa inicial se centraba en otros aspectos y utilidades de la realidad virtual. El gran miedo ahora es que Oculus Rift pase a convertirse en un vehículo mas para entrar y usar la red social fomentado por detalles que ya se saben como que el primer rediseño del dispositivo contará con el logotipo de Facebook y una nueva interfaz. Actualizado: La fuente original que decía que se incluiría el logotipo, The New York Times, parece haberse equivocado y Facebook ha declarado que no lo hará.

Oculus intenta convencernos de que no pasa nada (sin éxito)

Y no es un miedo que haya que tomar a la ligera. Como prueba, el fundador de Oculus tuvo que salir al paso ante la gran cantidad de usuarios que se mostraron decepcionados, con un mensaje que repitió varias veces: “No cambiaremos”; es exactamente el mismo mensaje que los fundadores de Whatsapp dieron en su momento, aunque salpicado con algunas frases muy llamativas.

“Siento que estéis decepcionados. ¡Para ser sincero, si fuese vosotros probablemente hubiera tenido una impresión inicial similar!” Palmer Luckey, fundador de Oculus

Al mismo tiempo, asegura que la opinión de los usuarios cambiará durante este año, cuando vean que Facebook no quiere cambiar la compañía, sino simplemente darle los recursos que necesita para conseguir su visión de un futuro de realidad virtual. También ha negado que vaya a ser obligatoria una cuenta de Facebook para poder usar o desarrollar para el Oculus Rift.

Ni los usuarios ni la bolsa reaccionan bien

Pese a estas explicaciones se están produciendo una gran cantidad de cancelaciones de reservas del Oculus Rift, a través de la página que la compañía habilitó en su momento para ello. Curiosamente esta compra tampoco parece convencer en el lado de Facebook, ya que la compañía ha bajado un 5.8% en Wall Street desde que la anunció.

 

Lo que diga Luckey no importa nada en absoluto, y por supuesto no importa nada lo que diga Facebook. Porque la ilusión se ha roto. Los aficionados nos hemos despertado de un bonito sueño utópico de la peor manera posible, y muchos aún no lo han aceptado, rabiosos y con la mente nublada por lo que consideran poco menos que una traición.