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Tecnología

La estación de tu nacimiento se queda grabada en tu cerebro

8 marzo, 2014 20:03

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Aunque al principio suene raro, se han establecido algunas correlaciones entre la estación del año en la que nacemos y el aumento de riesgo de sufrir algunos tipos de enfermedades. Por ejemplo, se sabe que los bebes que nacen en primavera son más propensos a padecer esquizofrenia (lo cual no quiere decir que estén predestinados a ello porque si, cuidado); o que los bebés que nacen en verano tienden a la búsqueda de nuevas sensaciones. Se sabe que existen estas relaciones, pero el por qué sigue siendo desconocido, aunque algunos científicos piensan que podría deberse a la exposición de virus en la temporada invernal, la exposición a una cantidad mayor o menor de luz, u otros factores que alteren la expresión genética durante el desarrollo temprano. Ahora se ha ido un poco más allá, y parece que se ha descubierto como llega a afectar la estación del año al crecimiento de nuestro cerebro.

Según Spiro Pantazatos, neurocientífico del Centro Medico de la Universidad de Columbia, afirma que los vínculos entre la temporada del año y la propensión a padecer algunos trastornos psiquiátricos u diferentes comportamientos a lo largo de nuestra vida pueden afectar a nuestro cerebro, incluso dejando huella en él.

Identificando nuestro nacimiento observando el cerebro

Por lo que comenta en su estudio, tras analizar imágenes de resonancia magnética de 550 hombres y mujeres sanos de diversos hospitales de Londres, la temporada del año en que nacemos se puede identificar según la morfología de nuestro cerebro. Pantazatos dividió las temporadas de la siguiente manera: Invierno (del 23 de diciembre al 19 de marzo), Primavera (del 22 de marzo al 19 de junio), Verano (del 22 de junio al 21 de septiembre) y otoño (del 24 de septiembre al 20 de diciembre).

En el caso de los hombres, aquellos que habían nacido en otoño o invierno tenían más materia gris en el surco temporal superior izquierdo (STG) que los nacidos en primavera o verano. Los que habían nacido a finales de diciembre eran los que tenían más materia gris tenían en esta zona, y los nacidos a finales de junio los que menos.

Es curioso haber encontrado tal relación, pues la disminución de materia gris en esta región cerebral se había relacionado anteriormente con la esquizofrenia.

“Los resultados actuales sugieren que las interacciones entre los genes y el ambiente, posiblemente a través de los efectos de los fotoperíodos perinatales en el ritmo circadiano, han llegado a afectar a los genes del núcleo supraquiasmático y a otros lugares, influyendo en el desarrollo de la matería gris e induciendo cambios morfológicos en esta región”

De todas formas, estos resultados no pueden aplicarse solo a hombres, pues podría llegarse a pensar que han sido pura casualidad y el estudio tendría poca validez. Así que Pantazatos lo tuvo en cuenta, y también estudió a las mujeres, aunque los resultados fueron contrarios: Las mujeres nacidas en verano tenían más materia gris que las nacidas en invierno. Es totalmente al revés en comparación a los hombres, pero concuerda con anteriores investigaciones donde se afirmaba que las estaciones del año afectaban de manera diferente a hombres y mujeres.

Finalmente, Pantazatos comprobó si es posible adivinar en que estación del año nació una persona con tan solo observar su cerebro. Lo curioso es que descubrió que si era posible adivinarlo en mujeres, por su cantidad de materia gris, pero no en hombres. Midió la cantidad de materia cerebral en la corteza del lóbulo frontal, lóbulo parietal y el cerebelo, y fue capaz de clasificar la temporada de nacimiento de las mujeres con una precisión del 35% (no es muy preciso, pero algo es algo).  Una de los obstáculos del estudio es que no había datos sobre la procedencia de nacimiento de los participantes, un dato importante por la existencia de los dos hemisferios terrestres.

De momento esto es un estudio aislado, pero sus resultados pueden ser un paso más para conocer mejor nuestro cerebro y dar pie a investigaciones con muchos más participantes, donde podrá medirse y comprenderse mejor la relación entre el ambiente, la genética y la posibilidad de padecer trastornos psiquiátricos con el tiempo.

Vía | Wired.