No siempre lo transgénico es malo: hay una creencia muy extendida de que todo lo transgénico debe de evitarse, sobretodo hablando de alimentación, pero la realidad es que modificar genéticamente organismos va a estar a la orden del día durante mucho tiempo.

En este caso no toca hablar sobre alimentos transgénicos, sino animales transgénicos: han nacido con éxito los primeros primates con genoma modificado. Para ser concretos estamos hablando de macacos, y el lugar donde se han llevado a cabo los experimentos es en Kunming, China.

Esto ha sido posible gracias a un nuevo método de ingeniería del ADN conocido como Crispr, un método que nos permitiría insertar, reescribir o borrar una secuencia de ADN en un punto concreto del genoma. Para ser exactos, los investigadores chinos inyectaron ARN en embriones de una célula de macaco para iniciar la edición del genoma. Se modificaron tres genes: uno que regula el metabolismo, otro que regula el desarrollo de las células del sistema inmunitario, y otro que controla las células madre y el sexo.

Crispr: puertas recién abiertas en la modificación del genoma

De momento los macacos son demasiado pequeños para saber a ciencia cierta si estos cambios genéticos suponen un efecto real sobre la fisiología o el comportamiento, pero su existencia demuestra que es posible editar el genoma de primates escogiendo genes específicos. Esto supondría una gigantesca vía de investigación abierta a los científicos que estudian enfermedades complejas. Hasta ahora se venían usando ratones, los cuales han sido de muchísima utilidad, pero las diferencias entre el cerebro de un primate y el de un ratón son considerables, además de que el cerebro del primate es más próximo al humano que el de un ratón.

Es más, ya hay científicos que están poniendo el punto de mira en el ser humano, y esperan impacientes que sistemas como Crispr se utilicen para modificar el genoma humano. De momento ya existe una startup estadounidense que espera desarrollar curas para enfermedades genéticas utilizando tecnología de edición del genoma como Crispr, pero siempre estarán en medio de estos proyectos la moral de si es correcto o no jugar a ser dioses. ¿Vosotros que opináis?

Fuente | MIT Technology Review en Español