El casco le salvó la vida y, viendo en el estado que quedó, a este curiosamente estudiante de diseño se le ocurrió idear un nuevo diseño más eficaz para este tipo de cascos.

Poliestireno por papel

Papel, este fue el material con el que Anirudha decidió sustituir el convencional poliestireno que formaban los cascos tradicionales. Pero, ¿cómo algo aparentemente frágil y sin ningún tipo de consistencia puede crear cascos más seguros? El principal reto era conseguir que, en un accidente, el casco absorbiera la mayor parte del impacto, evitando que el cerebro chocará con las paredes del cráneo al intentar seguir la dirección a la que iba el sujeto, por la inercia.

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Esto es lo que principalmente causa las graves lesiones, e incluso la muerte, al dañar el tejido cerebral y pudiendo romperse vasos sanguíneos.

La estructura perfecta en la naturaleza

Así, la idea era conseguir un casco con una cierta capacidad de deformación para absorber la energía del impacto, algo similar como sucede en los coches. De esta forma, la deceleración para el cerebro no sería tan brusca como en los cascos convencionales, donde simplemente protegen el cráneo de golpes.

Si dejamos a un lado la ciencia de los materiales, hay veces que la solución más simple nos la da la naturaleza. Así fue como este estudiante tomo nota del pájaro carpintero: capaz de picotear la madera más de 10 veces por segundo, una energía equivalente a la de sufrir un accidente a unas 50 millas por hora.

Para absorber tal energía, el cráneo de este pájaro es independiente del pico, estando unidos únicamente por un grueso cartílago capaz de absorber el impacto.

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Si a eso le sumamos la estructura resistente de los panales de abeja, ya tenemos un casco mucho más seguro que los de poliestireno o fibra de carbono actuales, capaces de absorber el impacto sin romperse.

El diseño final

Esta estructura tendría cavidades con pequeñas bolsas de aire a lo largo del casco, que se encargarían de absorber la energía del impacto. De tal forma, que este no se rompería y la energía se transmitiría del principio al final de la estructura. Toda la estructura tendría un peso de unos 250 gramos.

Un caso práctico: si tenemos un accidente a 15 km/h con un casco normal, nuestro cráneo se vería sometido a 220 Gs; mientras que con este nuevo diseño, tan solo llegaría a los 70 Gs.

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Siguiendo los estándares europeos, el cráneo puede soportar hasta 300 G (para evitar un daño cerebral grave) y, tras haber realizado tests con el casco de papel, los resultados son asombrosos, mucho mejores que los ya realizados con poliestireno y fibra de carbono.

Ahora es cuando nos damos cuenta el por qué llevamos décadas utilizando cajas de cartón en el embalaje de productos frágiles, por algo más que su económico precio.

Puedes ver todos los diseños de este tipo de cascos en la página oficial Kranium.

Fuente | BBC