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El caso de la señora que esperaba a su amante imaginario

5 enero, 2014 19:01

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Gertie C. se encuentra en su solitaria casa esperando la llegada de su invitado. Desde que empezó su tratamiento para su enfermedad de Parkinson, conoció a un amante que la visitaba cada noche a la misma hora y le hacía pasar una velada llena de romanticismo y cariño, algo que echaba de menos desde que se quedó viuda. No le importaba que su amante fuera invisible para el resto y que sólo existiera dentro de su imaginación.

Este es uno de los casos clínicos que cuenta el neurólogo Oliver Sacks en su reciente libro Alucinaciones, en el que recopila diferentes tipos de alucinaciones y cómo la gente aprende a convivir con ellas. A pesar de que las alucinaciones sean popularmente asociadas a la locura, en muchos casos son efectos secundarios de alguna enfermedad neurológica o simplemente fallos que nuestro cerebro puede cometer de forma habitual. En encuestas realizadas a grandes grupos de población se observó que un 27% de la gente encuestada admitía haber sufrido algún tipo de alucinación, sin tener ningún problema psicológico ni neurológico aparente.

La alucinación de Gertie está asociada a la enfermedad de Parkinson y al tratamiento con L-Dopa. Los principales síntomas asociados al Parkinson afectan al movimiento (temblor y parálisis) y no encaja con la aparición de alucinaciones, sin embargo, se ha comprobado que cuando los pacientes son tratados con el medicamento L-Dopa la probabilidad de sufrir alguna alucinación aumenta. Esto no significa que el medicamento sea el causante de la alucinación, ya que este se usa en otras enfermedades sin que aparezca este efecto secundario. De hecho, el principal efecto secundario del L-Dopa más que las alucinaciones es el aumento de sueños y pesadillas durante la noche.

No se sabe cómo el L-Dopa se combina con los síntomas de Parkinson para provocar alucinaciones complejas. Una teoría es que se produce un estado similar al sueño, pero con la persona despierta, superponiendo al sueño con la realidad y mostrando ambas. Por eso las alucinaciones parkinsonianas no son simples líneas o figuras geométricas, sino personas o animales interaccionando con el paciente de forma recurrente. Sin embargo, el paciente normalmente puede distinguir la alucinación de la realidad.

A pesar de estos efectos secundarios, la L-Dopa sigue siendo el mejor medicamento contra el Parkinson: disminuye los síntomas y evita que los pacientes sufran la parálisis en la que se verían atrapados si no lo tomaran. Las alucinaciones solo han sido tomadas en cuenta recientemente, ya que los pacientes evitan hablar de ello por miedo a estar perdiendo el juicio, cuando lo único que hacen es soñar despiertos.

Aunque Gertie sabía que estaba sufriendo una alucinación, se había acostumbrado a vivir con ella. Sabia sobre qué hora se produciría (a partir de las 8 de la tarde) y que siempre vendría acompañada de la llegada de su amante, un caballero extranjero. Aprendió a evitar las visitas a partir de esa hora y entregarse a su sueño. Lo considera un premio por la enfermedad que debe soportar.