¿Quien de vosotros no ha tenido nunca la necesidad de mostrar un sueño a alguien nada más lo hemos soñado? Podemos intentar explicarlo, pero probablemente la visión que la otra persona tenga de nuestra descripción varíe de lo que realmente hemos soñado.

Esto puede cambiar en el futuro, ya que un equipo de científicos de la Universidad de California ha conseguido encontrar una forma de construir imágenes de la actividad de un cerebro. Para ello han usado una máquina de resonancia magnética y diversos vídeos sacados de YouTube.

Usando Youtube para recordar

Para ello han pedido a los voluntarios que, mientras se analizaba su actividad cerebral en una máquina de resonancia magnética, vieran determinados vídeos sacados de YouTube. Gracias a esto, y basándose en los cambios de la corriente sanguínea del cerebro, el equipo de científicos pudo determinar si el voluntario estaba viendo la cara de un actor o un objeto inanimado como un avión. Y, a partir de este punto, los científicos escogieron vídeos de YouTube que se correspondieran con la actividad cerebral mostrada por el voluntario para superponer las escenas: el resultado de este proceso es un vídeo borroso y surrealista con figuras fantasmales y movimientos.

Directores de sueños

El siguiente paso a seguir por los investigadores es el de reconstruir sueños y memorias en forma de películas, que es la parte interesante porque estos existen independientemente de la realidad. Pero, si lo consiguen, no serían los primeros en hacerlo, porque a principios de 2013 otro equipo de investigadores consiguió analizar y grabar los elementos básicos de los sueños de los pacientes.

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En este estudio realizado en Kyoto se pedía a los participantes que durmieran durante bloques de tres horas dentro de una máquina de resonancia magnética, siendo despertados nada más caían dormidos para pedirles que describieran lo que habían visto en sus sueños. Los científicos, a partir de búsquedas de imágenes en linea, seleccionaban representaciones de las descripciones que había dado el participante, para entonces pedir al voluntario que volviera a dormir. Pero, a diferencia de la vez anterior, la máquina trataba de unir los sueños con una serie de imágenes.

El cerebro, la última frontera

El éxito que tuvo la máquina de ubicar objetos en la actividad cerebral fue del 60%, dejándonos con la simulación que podéis ver en el vídeo. El porcentaje de éxito conseguido por la máquina es mejor que si se hubiera realizado al azar, y el sistema es mejor detectando categorías mayores antes que categorías más específicas.

La última frontera es el cerebro humano: una vez consigamos dominar el funcionamiento de uno de los aspectos que nos diferencia del resto de animales, pocas cosas pueden quedar en el planeta que escapen a nuestro entendimiento. La pregunta es cuando seremos capaces de dominar su funcionamiento, aunque este momento parece más pronto que tarde gracias a los últimos avances como el que hoy os mostramos.

Fuente | Mental Floss, The Verge