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Reparto de gratificaciones de 600.000 Euros entre altos cargos en el CSIC, que intenta evitar el colapso

25 julio, 2013 12:16

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Nuestro compañero Ricardo Gómez escribió hace una semana sobre el futuro de la Ciencia en España y sobre el Centro Superior de Investigaciones Científicas, al que le faltaban un centenar de millones de euros para poder mantener las investigaciones abiertas.

En ese artículo, nos comentaba como el CSIC estaba al borde del colapso. Con las continuadas bajadas en los presupuestos para la investigación en España, el organismo ya no podía más e iniciaría en breve el cierro progresivo de laboratorios y proyectos (para intentar evitar esto, podéis firmar aquí).

Pero a pesar de la millonada que necesita para mantener las investigaciones, durante esta misma semana se ha confirmado algo que se había anunciado: Durante este año se han repartido 600.000 euros a 129 personas de forma arbitraria, todos altos cargos de la institución. Estas gratificaciones se conocen con el nombre de “bufandas” y son legales (no se por qué, pero lo son) y se han repartido a personas que en su mayor parte no serán investigadores o no participarán en investigaciones.

Aunque esta personas hayan recibido este dinero de forma legal, muchos científicos se han manifestados en contra ya que no son moralmente aceptables tal y como está la institución. Cabe pensar si alguna de estas 129 personas se ha pensado devolver el dinero para seguir con las investigaciones. Quizá se puede pensar que 600.000 euros no es nada comparado con lo que necesita el CSIC para salvarse, que no cambiaría nada. Sin embargo hay que decir que con 600.000 euros se puede comprar:

  • 150 Autoclaves (Dispositivo para esterilizar en el laboratorio).
  • 300 Sueldos de Investigadores.
  • 600 Ordenadores.
  • 1.000 Microscopios ópticos.
  • 42.000 Probetas.
  • 60.000 Botes de Sal (Cloruro Sódico) de laboratorio.
  • 400.000 Placas de Petri.

Sin embargo, no parece que eso importe, y los 600.000 euros han ido para personas que ya tienen su propio sueldo y que no se dedican a la investigación, si no más bien a la administración.

Resulta lamentablemente triste, pero por fin, parece claro que en este país no se tiene en cuenta ni la investigación, ni a la ciencia. Se prefiere pagar 600.000 euros en gratifiaciones o “bufandas” que invertirlo en las investigaciones, investigaciones que están a punto de desaparecer.