Linus Torvalds es una de esas personalidades del mundo del software que cada cierto tiempo aparece en los titulares de todas las páginas del sector, normalmente con aserciones clamorosas o insultos llamativos. Y, si no sabes nada mas de esta persona, seguramente pienses que no es mas que un maleducado frustrado con mucho ego. Pero, con que sepas un poco mas sobre informática, sabrás que gracias a él han sido posibles muchos de los avances que disfrutamos ahora. Aunque una cosa no quite la otra, claro.

Linus Torvalds es el creador de Linux, el núcleo del sistema operativo (también llamado kernel) que usan sistemas como Android. Linux también destaca en el terreno de los servidores, ya sea para uso web, empresarial, o de investigación, e incluso tiene un (pequeño comparado con Windows y Mac) porcentaje de usuarios que lo usan en el escritorio gracias a alguna distribución como Ubuntu, Linux Mint, o Fedora. Esa tarde de otoño en la que Linus mandó un mensaje a una lista de correo, explicando que había creado una versión preliminar de un nuevo sistema operativo, fue el inicio de algo muy grande, que traspasó fronteras y llegó a convertirse en la demostración empírica de que un sistema basado en la comunidad puede funcionar.

Pero Linus Torvalds es algo mas que eso. Tiene algo de showman, de persona que sabe lo que ha conseguido y no se avergüenza de ello. Su personalidad no deja indiferente: o te encanta la manera en la que no se muerde la lengua, o piensas que debería contenerse por respeto a los demás. Como él mismo dice, su trabajo consiste en ponerse una bata delante del ordenador, y toda esa necesidad de ser “profesional” es completamente extraña para él.

De ahí se entiende que, cuando va a una conferencia, mire a cámara y diga un sonoro “Nvidia Fuck you”, simplemente porque quiere y está enfadado con la compañía de las tarjetas gráficas por no ser mas colaborativa con sus drivers. O, en el caso mas reciente cuando, para insultar a los que habían aportado a la última actualización del kernel, decidió que el inglés era un idioma con pocos tacos y decidió soltar un “perkeleen vittupää”, que viene a ser uno de esos insultos en finlandés que no tienen traducción directa pero que se intuye que es fuerte.

Por supuesto, esto no sienta bien a muchos de sus colaboradores, que piden mas profesionalidad y respeto, pero, personalmente, pienso que hace falta mas gente como Linus Torvalds, y no me refiero a la vistosidad de sus insultos. Me refiero a esa honestidad, esa precisión a la hora de dar en el clavo, esa insistencia en hacer lo correcto sin importar a quién ofender. Puede que si tuviese como jefe a Torvalds, lo detestaría, pero al mismo tiempo me alegraría de tener alguien tan honesto conmigo, que no me regale palabras sino que me diga exactamente lo que está mal, y me dé la solución para arreglarlo.

En ese sentido, me atrevería a decir que Linus Torvalds es la perfecta definición de informático. Porque puede que no nos guste su estilo, pero lo que no podemos negar es que al final, los problemas que aparecen en la mirilla de Torvalds acaban siendo destruidos. Y esa predominancia del fondo sobre las formas es algo que es cada día mas necesario en esta sociedad.