Por ejemplo, sigue existiendo la creencia de que llevar ropa apretada, los golpes o el estrés son factores de riesgo para padecer cáncer, o que la genética es más importante de lo que realmente es. Todos estos pensamientos, como digo, están alimentados tanto por el “me ha dicho un amigo que…”, y sobre todo por el cine o la televisión. Así que vamos a desmitificar un poco las cosas.

Principalmente, hay que dejar claro que muchos, muchísimos de los cánceres actuales, pueden prevenirse solo con un cambio de estilo de vida. Parece una tontería, pero la dieta, el ejercicio o evitar malos hábitos o ambientes pueden hacer bastante por nuestra salud.

Por otra parte están los mitos. Según un estudio dirigido por el especialista en oncologia Derek Power, de los Hospitales Universitarios de Mercy y Cork (Irlanda), con 748 participantes (incluidos 126 profesionales sanitarios), hay más mitos de los que se pensaba.

“Por ejemplo, muchas personas piensan erróneamente que un golpe en los senos, el estrés, o usar ropa interior apretada, la utilización de teléfonos móviles, alimentos genéticamente modificados y aerosoles, son factores de riesgo de cáncer importantes”

Además, hasta el 90% de los participantes, incluyendo al personal sanitario, creían que la genética es un factor muy importante en el cáncer, cuando resulta que solo entre el 5% y el 8% de los cánceres se deben a la herencia. Y no solo eso, sino que también había gente que creía que el riesgo de padecer esta enfermedad es fijo y que no puede modificarse, cuando realmente un cambio de hábitos evitaría muchos de estos cánceres.

Finalmente, esta el tema de las “dietas detox”, es decir, las dietas de desintoxicación, de las que tanto se oye hablar últimamente (por desgracia).

En este estudio, hasta el 27% de los encuestados creía que con este tipo de dietas se reduce el riesgo de cáncer, y un 64% pensaba que la comida orgánica protege del cáncer (esto varía entre opiniones, pues ahora sabemos que la dieta orgánica no es más saludable, pero muchos recuerdan el efecto nocivo de los pesticidas y demás sustancias usadas en los alimentos). Pero, al menos de momento, los estudios dicen que ninguno de ambos métodos es efectivo.
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Y aquí viene donde mi compañero Cristian mataría a alguien, y es que el 28% de los participantes no sabían que las verduras y frutas congeladas son igual de beneficiosas que las frescas. O que el 41% no sabía del riesgo de la carne roja para producir cáncer. Al menos el 85% de ellos si conocían el riesgo de producir cáncer de la carne procesada, y hasta un 46% tenía en cuenta el riesgo de comer sal.

Como decía al principio, realmente no es la genética o el ambiente el que más peligro tiene a la hora de producir cáncer, sino que lo más importante es el estilo de vida, y podemos variarlo y bajar nuestro propio riesgo simplemente comiendo bien. Si, muchas veces hay mala suerte y nos toca alguno de esos pocos hereditarios o ambientales, pero si hablamos de probabilidades, podemos hacer mucho por nosotros mismos en este caso. Tenedlo siempre en cuenta.

Vía: BBC