La gastronomía de China se trata de una de las más variadas y ricas gracias a su antigua tradición culinaria. De hecho, su cocina milenaria cuenta con varios centenares de platos diferentes. Sin embargo, los platos y comida que encontramos en los restaurantes chinos de España dista mucho de toda esta tradición gastronómica. Tan es así que la mayoría de platos típicos de un restaurante chino no se cocinan en China. Es el caso del arroz tres delicias, los rollitos de primavera o el cerdo agridulce entre otros, que proceden de los inmigrantes Orientales en Estados Unidos.

Generalmente los restaurantes chinos ofrecen una variada cantidad de platos pero hay ciertos alimentos predominantes como son el arroz, la pasta, las verduras, el pescado y algunas carnes. Cómo veis a simple vista no parece ni mucho menos una mala alimentación, el problema es que, a diferencia de la cocina china tradicional donde suelen utilizarse técnicas culinarias saludables como al vapor o el salteado, en los restaurantes chinos abundan los fritos y la adición de salsas que enmascaran el verdadero sabor de estos alimentos además de sumar una gran cantidad de grasas y sodio.

La salsa agridulce, la salsa de soja, la salsa blanca para ensaladas, la salsa de ostras…son algunos ejemplos de condimentos con los que suelen acompañarse los platos y que nos aportan una notable cantidad de sodio, azúcares y en algunos casos también de grasas. Además de estas salsas, cabe destacar el amplio uso que hacen estos restaurantes del glutamato monosódico. Este compuesto es un aditivo clasificado como “potenciador del sabor” que también nos aporta sodio. El verdadero problema es que se emplea de forma abusiva, de hecho, como curiosidad contaros que compran este potenciador del sabor en sacos de más de 10kg y no en bolsas de 1 ó 2 kg como, por ejemplo, compramos la sal.

Como conclusiones, pues, podemos decir que la cocina china tradicional puede ser muy interesante nutricionalmente. Especialmente si elegimos alimentos como verduras y vegetales, pescados, carnes magras y arroz o pasta utilizando preparaciones típicas como al vapor, hervido o salteados. No obstante, en el otro lado, la comida de un restaurante chino desvirtúa este cultura gastronómica, nos ofrece unos platos que poco tienen que ver con los tradicionales y nos aportan una alta cantidad de grasas (prácticamente todos los alimentos son fritos), un exagerado aporte de sodio (procedente de la adición de sal, de las salsas y del glutamato monosódico) y unas raciones generalmente generosas.

Lo cierto es que si queremos disfrutar de la auténtica comida china, debemos ir a restaurantes chinos “de verdad”. Es decir, restaurantes de chinos que cocinan comida china para otros chinos. Este tipo de restaurantes podemos encontrarlos en barrios con una amplia concentración de esta comunidad nativa (como los barrios chinos). Si os interesa el tema os recomiendo este artículo de El Comidista que señala las 9 diferencias entre un restaurante chino y uno chino chino. Otra opción saludable puede ser preparar nosotros mismos platos chinos como esta receta que nos aporta el blog de Cocinillas de pescado con Pak Choi o esta otra de fideos chinos con verduras y ternera.

Imagen| deperu/ umami-madrid