Yo siempre digo que la tecnología nunca dejará de sorprendernos, y mucho menos podemos pensar que ya está todo inventado. Prueba de ello es que la capacidad inventiva de la gente no tiene limite, y precisamente el uso de internet y todo el cacharreo digital existente hacen posible maravillas como el Drone. Un aparato cuyo origen es militar, es un pequeño dispositivo volador que hace las funciones de espía. No hace mucho Parrot sacó a la venta su particular versión de Drone, el AR.DRONE, que ya hace las delicias de aerotrastornados y gente aficionada al cacharreo puro y duro.  Hoy os vamos a mostrar algo sorprendente, maravilloso, aprovechando el diseño de la más precisa de las diseñadoras, la madre naturaleza. Hablamos del Samarai.

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 Quien más y quien menos ha visto alguna vez lo maravilloso e hipnótico de la caída de una semilla de arce.  Como gira y gira y va descenciendo poco a poco hasta llegar al suelo.  ¿Y no es posible que igual que  desciende pueda volar y mantenerse en el aire?. Pues esa misma pregunta se la debió hacer 

Mirándolo a simple vista, no parece que el Samarai sea capaz de volar. Pero como podréis ver en el  vídeo  que adjuntamos, lo hace, y muy bien. Y como vuela girando sobre sí mismo, no hay ninguna norma  en la  forma clásica de volar que funcione. Osea que su funcionamiento es todo un reto, pero aún así, es  digno de ver como vuela y se mueve.

El diseño se ha trabajado en el laboratorio de Lookheed y se buscaba crear una unidad de rastreo que fuera tan fácil de desplegar como lanzarlo al aire y que se pusiera en marcha. El diseño es fácilmente replicable con lo que no podríamos descartar su fabricación en serie o su comercialización más allá de lo puramente militar.

Lo que está claro es que es una maravilla, y que es hipnótico observar su forma de volar y moverse.