El uso de Linux en los gobiernos ha sufrido dos duros golpes en una sola semana.

¿Deberían los gobiernos pagar millones de euros por licencias de código privativo?. Mucha gente cree que no, sobre todo cuando existen alternativas abiertas.

La ciudad alemana de Múnich y el gobierno de Brasil eran dos referencias de lo que se podía hacer adoptando el software libre; sin embargo, eso parece que está a punto de terminar.

Múnich, la ciudad linuxera que está tentando el cambio a Windows

Primero fue en Alemania, donde el ayuntamiento de Múnich lleva más de diez años usando Linux en sus ordenadores; llegó a crear su propia distro, llamada LiMux.

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Según un informe oficial, ahora existe la posibilidad de cambiar los 20.000 ordenadores del gobierno local a Windows 10 y Microsoft Office. La decisión afectaría a 15.000 funcionarios que ya han aprendido a usar Linux y LibreOffice.

El motivo es que existen algunos departamentos con necesidades más avanzadas para las que no existe alternativa open source y tienen que seguir usando Windows.

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Otro gran problema es la productividad; el departamento de recursos humanos ha sido el más crítico con LiMux, asegurando que han perdido productividad por culpa de la falta de desarrollo del sistema. LiMux aún está basado en Ubuntu 12.04 y no en las versiones más recientes.

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Sin embargo, hay voces en el ayuntamiento que apuntan que el informe ha sido creado por Accenture; es una compañía aliada de Microsoft y experta en implementación de equipos Windows en empresas y gobiernos.

Por lo tanto, tenemos que coger las conclusiones con escepticismo. Y no es la primera vez que Múnich se plantea el abandono de Linux.

Linux en los gobiernos locales de Brasil está en peligro

Más seria parece ser la situación en Brasil, donde desde 2003 el gobierno de Lula da Silva fomentaba el uso de software libre.

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Después del cambio repentino de gobierno por la suspensión de la presidenta Roussef, los nuevos mandamases están planeando la mayor compra de licencias de Microsoft hasta la fecha.

El gobierno federal ha comunicado a los órganos gubernamentales que tienen hasta hoy 11 de noviembre para declarar los productos de Microsoft que quieren.

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El objetivo es llegar a un acuerdo con Microsoft para que en los próximos 12 meses estos órganos puedan comprar licencias a un precio fijo; así no tendrían que iniciar de nuevo todo el proceso burocrático cada vez que quieran algo. Los productos con más demanda serán Windows 10, Windows Server y Office.

Aunque la “lista de la compra” aún no está terminada, se espera una migración masiva una vez se finalice el trato. La falta de profesionales especialistas en Linux y de proveedores son los dos motivos presentados para hacer el cambio.

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Linux no parece estar en una buena posición después del lanzamiento de Windows 10; sin embargo, hay que recordar que aún existen muchos proyectos para usar Linux en los gobiernos.