Primeras imágenes de los restos del sumergible Titan.

Primeras imágenes de los restos del sumergible Titan. Guardia costera de EEUU

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La investigación sobre la implosión del submarino Titan es clara: "El proceso de ingeniería era inadecuado"

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha publicado un duro informe que critica los problemas de durabilidad del batiscafo.

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No son pocos en España los que recuerdan el catastrófico accidente del submarino Titan de OceanGate, incluso años después de que sucediera. Un nuevo informe confirma lo que ya se sabía; el submarino presentaba problemas graves de durabilidad.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), por sus siglas en inglés es el organismo encargado de la investigación de los accidentes relacionados con el transporte. Ya ha lanzado el suyo propio en torno a la implosión del Titan.

La entidad ha publicado un demoledor informe en el que relata cómo el submarino sufrió daños graves en inmersiones pasadas, que deterioraron el chasis del dispositivo y llevaron a una falla local por pandeo que provocó la implosión final.

El Titan tenía fallos graves, según el NTSB

El informe publicado en su página web, con identificador DCA23FM036 expone varios factores que llevaron a la implosión final del submarino, causando que los cinco tripulantes del navío (incluyendo el CEO de OceanGate) murieran en el acto.

En concreto, exponen como puntos críticos una serie de procesos de ingeniería inadecuados. Esto resultó, dice la NTSB, en "la construcción de un recipiente a presión de compuesto de fibra de carbono que presentaba múltiples anomalías".

Momento en el que Rush muestra el Logitech F710 usado para controlar el Titan.

No solo eso; el Titan no cumplía ni con los requisitos de durabilidad ni resistencia exigidos por los organismos pertinentes. Recordemos que el propio CEO de la firma, Stockton Rush, se jactó en varias ocasiones de haber "roto algunas reglas" para desarrollar el submarino.

Al no establecer las pruebas pertinentes sobre el Titan, la NTSB expone cómo OceanGate realmente desconocía los parámetros de durabilidad y resistencia reales, "que probablemente eran muy inferiores a su objetivo", detalla la entidad.

Por si fuera poco, la NTSB también apostilla que los análisis de la empresa realizados en tiempo real sobre el batiscafo no eran del todo correcto. "La empresa desconocía que el Titan estuviera dañado, y debía ser retirado del servicio inmediatamente".

El punto de inflexión se establece sobre dos inmersiones pasadas; la 80 y la 82. En la primera, la presión a la que fue sometido el Titan causó daños al submarino a la hora de emerger del agua, "en forma de una o más delaminaciones, lo que lo debilitó".

Restos del Titan.

Luego está la inmersión 82, que aportó todavía más daños adicionales totalmente desconocidos. "Las delaminaciones existentes y los daños adicionales que deterioraron el Titan entre la inmersión 82 y la inmersión 88 (la del accidente) fueron la clave para la implosión.

La NTSB denuncia que si OceanGate no hubiera omitido las directrices de la Circular de Navegación e Inspección de Buques (NVIC) 05-93 sobre planes de respuesta a emergencias, habría tenido personal preparado para ello.

Por último, pero no menos importante, la entidad establece claramente que la causa de la falla del casco del Titan, que consecuentemente causó la fatídica implosión, fue fruto de los "inadecuados" procesos de ingeniería de OceanGate.

La firma "no logró determinar la resistencia y durabilidad reales del recipiente a presión Titan, lo que resultó en que la compañía operase un recipiente de compuesto de fibra de carbono que sufrió daños por delaminación".

Imagen de un buzo de apoyo del TITAN recibiendo instrucciones escritas desde el interior del TITAN durante una inmersión que tuvo que ser abortada posteriormente debido a un mal funcionamiento. La inmersión se denominó Inmersión 87, la inmersión anterior a la que provocó la implosión del TITAN.

Imagen de un buzo de apoyo del TITAN recibiendo instrucciones escritas desde el interior del TITAN durante una inmersión que tuvo que ser abortada posteriormente debido a un mal funcionamiento. La inmersión se denominó Inmersión 87, la inmersión anterior a la que provocó la implosión del TITAN. USCG Omicrono

En este sentido, también jugaron un papel clave los análisis defectuosos de los datos obtenidos con los sistemas de monitoreo en tiempo real, "lo que llevó a que [el submarino] continuara operando dañado", sentencia la NTSB en su informe.