La década de 1980 y los primeros años de la de los 90 fueron años vibrantes para la informática. Estos fueron los años de la “edad de oro” de los ordenadores. En esta época aparecieron máquinas de todo tipo, compitiendo entre sí, con trayectorias desiguales.

Una de las máquinas que intentaron ganarse el corazón de los usuarios fueron los ordenadores Amiga. A pesar de contar con características revolucionarias para su tiempo, sucumbieron a los compatibles. En este artículo repasaremos su historia como sentido homenaje.

Atari y la prehistoria de Amiga

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Los años de mayor gloria de Atari vieron nacer nuevos e interesantes proyectos. Allí trabajaba un ingeniero llamado Jay Miner, que había ayudado a diseñar algunos de sus grandes éxitos. Como por ejemplo, fue el creador del Atari 800, uno de sus primeros ordenadores personales.

En 1982 Miner tenía una visión: crear una consola de videojuegos con disquetes y un procesador de 16 bits. La idea era algo utópica para la época. Se pretendía que la propia consola sirviese como su propia estación de desarrollo. Quería que fuese asequible a la mayoría de bolsillos, y que abaratase la programación de videojuegos.

atari 2600 juegos

Sin embargo, la empresa no estaba dispuesta a producir un producto que creían que afectaría a las ventas de sus consolas de 8 bits. Además, tampoco estaban dispuestos a renunciar a la venta de licencias de sus cartuchos ROM; no querían que las ventas de su sistema de desarrollo de videojuegos se viese comprometida. Así que la idea se aparcó.

Los planteamientos de Jay Miner encontraron un receptor perfecto en Larry Kaplan, un antiguo empleado de Atari que ese mismo año contactó con el ingeniero. Kaplan se enamoró de la idea de Miner, y quería comenzar una empresa de videojuegos. Sería una marca totalmente nueva, y conseguiría ingresos vendiendo sus licencias a Atari.

El Atari 800 como inspiración

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De la asociación de Miner y Kaplan nació una empresa conocida como Hi-Toro. Para fundarla consiguieron 7 millones de dólares de un grupo de inversores. La idea era contar con dos divisiones: una centrada en juegos y periféricos para la Atari 2600; y otra para la nueva consola de 16 bits (que tenía como referencia el Atari 800).

Lo primero que se creo fue el chipset de la máquina. Inicialmente tuvo el nombre en clave “Lorraine”, para esquivar el espionaje industrial. Jay Miner lideraba el equipo e ideó un ambicioso rango de características, que la convertirían en la más potente de su época. Otro de los objetivos era abaratar el desarrollo.

procesador motorola 68000

Como procesador se adoptó la CPU Motorola 68000 a 7 MHz, que entonces se usaba en estaciones de trabajo. A pesar de estas limitaciones, Lorraine tenía unas impresionantes capacidades gráficas y de audio. Usaba blitters, unos chips especiales que eran capaces de “saltarse” la CPU, con los que se podían ver hasta 4096 colores en pantalla. En 1983 esto era algo inaudito.

Conforme Lorraine estaba a punto de entrar en desarrollo, Miner y Kaplan supieron de una empresa japonesa que usaba el nombre de Hi-Toro. Dave Morse, ingeniero de la compañía, eligió el nombre Amiga. Y el resto, como se suele decir, es historia.

La gran crisis del videojuego, una era de peligro

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En 1983 la industria del videojuego se cayó. Atari llevaba sin actualizar sus consolas desde finales de la década de 1970; muchos usuarios perdieron el interés en Atari y en sus productos. La serie de malos lanzamientos que culminaron con el videojuego de ET tampoco ayudó.

Amiga se vio inevitablemente arrastrada. La empresa se vio obligada a buscar nuevos inversores, conforme su línea de productos para Atari perdía fuelle. Para ello organizaron una demostración de Lorraine en el CES de 1984, que se iba a celebrar en Chicago. No había mucho margen de maniobra, pero no quedaba otro remedio.

La máquina también tuvo que cambiar. De la consola de videojuegos que iba a ser originalmente, pasó a ser un ordenador personal. La culpa puede atribuirse a la gran crisis del videojuego; si le sumamos el aparente desinterés de los usuarios, la empresa tuvo que reinventarse.

Para cumplir con los plazos, el equipo se dividió en dos. Uno estaba lidearado por Jay Miner y se encargaba del hardware. El otro, con Dale Luck a la cabeza, sería el encargado de diseñar un sistema operativo. Los plazos del diseño de la parte física se cumplieron, pero el software era un reto mayor.

Como Luck y su equipo vieron que no iban a llegar a tiempo, lo que hiceron fue crear demos técnicas que mostrarían las capacidades de Lorraine. La más popular de ellas fue Boing Ball Demo:

Esta pelota a cuadros rojos y blancos acabaría por convertirse en un icono de Amiga. A día de hoy permanece como la imagen de su sistema operativo.

Atari vuelve a la carga

ataribox 1

Amiga estaba preparada para mostrar a Lorraine en el CES de 1984, pero no había nada sólido. El prototipo no había salido como inicialmente se diseñó, y era tan frágil que hasta se le compró un asiento para el vuelo a Chicago. No obstante, las demos fueron un éxito y el público quedó gratamente impresionado.

Sin embargo, seguían sin aparecer inversores que impulsasen el proyecto. Con lo que no contaban en Amiga era con la presencia de Atari en aquel CES. Habían visto la demo técnica, y también habían quedado impresionados. Pero en lugar de invertir en el proyecto para llevarlo a buen puerto, ofrecieron algo rayano en la usura.

De acuerdo con Jay Miner, Atari les haría un préstamo de 500.000 dólares que debía devolverse en el plazo de un mes. A cambio Amiga debía entregar los diseños de la placa base de su revolucionario sistema. Si la empresa no era capaz de devolver el préstamo en el plazo acordado, entonces todo el proyecto Lorraine pasaría a manos de Atari.

A nadie le gustó el plan, pero no había más opciones. Se vieron obligados a aceptar. Todos sabían más que de sobra que el préstamo era impagable, con lo que muchos se vieron trabajando para Atari o en la calle. La placa base de Lorraine serviría para que Atari compitiese con Commodore y su ordenador doméstico con base Unix que pretendía lanzar. Y hablando del diablo…

Commodore al rescate

commodore-amiga-4000

Para explicar cómo Amiga llegó a formar parte de Commodore, es necesario aclarar algunas cosas primero. Empecemos por un golpe corporativo que llevó a Jack Tramiel, fundador de Commodore, a salir por la puerta. Con él se fue gran parte del personal de ingeniería y compraron Atari a Time Warner, su propietaria de entonces.

Con Atari en poder de Tramiel, se usó como argumento el trato del préstamo a Amiga para atacar a su anterior compañía. Esto sirvió para que Commodore se interesase por Lorraine, así que compraron Amiga en 1984 y pagaron el préstamo de 500.000 dólares por ellos.

De paso, el proyecto cambió de nombre. Lorraine perdería esa denominación, y pasaría a llamarse Amiga, como la compañía. También impusieron un plazo: el ordenador debía salir a la venta en un año.

commodore-64

Commodore no tenía experiencia en el mercado de las consolas, pero sí sabía algo de ordenadores gracias al gran éxito del Commodore 64 en la era de los 8 bits. El hardware se completó en poco tiempo, pero el sistema operativo seguía necesitando atención. La solución que adoptaron fue la de adoptar un sistema operativo existente.

El elegido fue TRIPOS (TRivial Portable Operating System). No era tan avanzado como querían desde Amiga, pero sí estaba muy por delante del Mac OS de entonces y de MS-DOS.

Este sistema operativo había sido implementado por primera vez en 1978. Se trataba de un proyecto de la universidad de Cambridge. El proyecto se continuó en la universidad de Bath en 1981, donde lo adaptaron para funcionar en

procesadores Motorola 68000.

ordenador maquina pdp

TRIPOS fue desarrollado con la idea de tener un sistema operativo multitarea en entornos de laboratorio. En aquella época se ejecutaba en enormes máquinas PDP, para después pasar a los microordenadores que han dado lugar a los que

conocemos hoy.

Lo siguiente fue crear una interfaz de usuario para el sistema. Se adoptó la filosofía de un banco de trabajo, en el que los archivos eran “proyectos” y los directorios “cajones”. De hecho, la interfaz se llamaba Workbench. Junto con el sistema

operativo crearon la primera versión de AmigaOS.

Además de la interfaz gráfica, los ingenieros incluyeron un intérprete de comandos, intentando apelar a los usuarios avanzados. Para la interfaz, se incluyó un tema visual de alto contraste en naranja y azul. La idea era facilitar el visionado de la pantalla en televisores.

El Amiga 1000 llegó a las tiendas el 23 de julio de 1985.  Por desgracia para los responsables de Commodore, el ordenador no llegó solo.

Atari ST,la competencia de Amiga

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Jack Tramiel, por su parte, estaba muy lejos de rendirse. Con un asiento como presidente de Atari recién conseguido, e impulsado por todo el rencor hacia Commodore; no iba a permitir que el mercado de los ordenadores de 16 bits se le escapase de las manos. Había que contrataatacar a Amiga, y pronto.

La respuesta fue crear un producto de características similares y precio menor: el Atari ST, que salió al mercado en junio de 1985. Se adelantaron un mes a Commodore, y para colmo de males costaban menos de la mitad que un Amiga. Ambas máquinas tenían características muy similares, aunque el Atari ST tenía una mayor librería de software inicialmente.

Por otra parte, ni el ST ni los Amiga contaban con mucha credibilidad. El público los consideraba como poco más que “ordenadores baratos para jugar y tirar”. Había modelos más potentes, como los Macintosh o los PCs de IBM. Además ni Amiga, ni Atari contaban con el apoyo de grandes desarrolladores como Lotus o Microsoft.

Para terminar de empeorar las cosas, los expertos de la época veían que el mercado era demasiado pequeño para albergar a dos competidores. Uno u otro sobrevivirían, pero no los dos.

Dos Amiga, dos intentos de apelar a los usuarios

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Los comienzos no fueron fáciles, pero muchos desarrolladores estaban entusiasmados con las características de las que hacía gala el Amiga. Grandes estudios de videojuegos, como Electronic Arts o Activision, pronto prometieron a Amiga que tendrían títulos listos para ellos.

Iba a hacer falta mucho más que eso para darle la vuelta a la situación. La publicidad del Amiga 1000 tampoco ayudaba. Commodore insistía en que sus ordenadores eran estaciones de trabajo; pero la enorme paleta gráfica de la que tanto se hablaba hacía que los consumidores no lo viesen claro.

amiga 500

En 1986, como medida desesperada, dividieron la serie en dos para intentar atraer más usuarios. 1987 vería llegar los dos nuevos modelos, con el Commodore Amiga 500 a la cabeza. En su fabricación se redujeron costes, lo que abarató muchísimo su precio. Costaba menos incluso que un Atari ST, con lo que pronto los superarían.

La otra nueva unidad era el Commodore Amiga 2000. Esta máquina se producía en Alemania, a manos de un equipo independiente. Era compatible con las tecnologías de IBM y estaba más enfocada a los entornos profesionales. Fueron los primeros ordenadores multimedia, debido a su soporte nativo al vídeo NTSC y al programa Video Toaster:

El A2000 no gustó a muchos miembros del equipo original, no lo percibían como suyo. Tampoco les gustaba cómo Commodore manejaba su división, por lo que casi todos ellos acabaron dejando la empresa.

Los años de máxima popularidad

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En 1988 los Atari ST empezaban a dar muestras de agotamiento. Su software no se había actualizado apenas, y estaba muy por detrás de los Mac y los Amiga en cuanto a características. Además, abandonaron el mercado estadounidense e intentaron centrar sus últimos esfuerzos en Europa.

Mientras tanto, Commodore y el Amiga 500 subían como la espuma. El sorpasso se hizo realidad, la empresa de Jack Tramiel no pudo volver a colocarse por delante de Amiga. Desde su lanzamiento hasta 1990, Commodore asaltó todas las gamas de precios. Desde los ordenadores asequibles, a las máquinas de gama alta como los Amiga 3000.

A pesar de que había muchos Amiga 500 en los hogares y de que Europa se había rendido a sus pies, Commodore no estaba exenta de críticas. Se hablaba de maltrato a Amiga, y de su pobre servicio de atención al cliente. Tampoco podían seguir el ritmo de los PCs por culpa de su base de usuarios más reducida.

Por otra parte, los Amiga 3000 han sido considerados por muchos como las mejores máquinas de la empresa. En total se llegaron a vender casi un millón de unidades entre 1990 y 1991, lo que equivale a un tercio de todos los Amiga vendidos hasta entonces.

Amiga en el salón, el principio del fin

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Commodore incluso empezó a diseñar planes para llevar Amiga a las salas de estar de las casas. A pesar de las críticas, la empresa siempre intentó que la marca se asociase con algo más que con “máquinas para jugar”. No pasaría mucho tiempo hasta que llegasen los primeros experimentos.

El primero de ellos salió en 1990, casi a la par que el Amiga 3000. Este dispositivo era el Commodore CDTV. La compañía no lo vendió como un dispositivo Amiga, intentando diferenciar su propia marca de la de informática de consumo.

El CDTV (acrónimo de Commodore Dynamic Total Vision) podría considerarse como un antecesor del CD-i de Philips. Se trataba de un sistema multimedia doméstico, que se podía usar como ordenador personal o consola de videojuegos. Como base tomaba el Amiga 500, alrededor del que se construía todo lo demás.

El producto permitía ver películas en CD con formato MPEG-1, repartidas en varios discos, y escuchar CDs de audio. Sin embargo no cosechó el éxito deseado, siendo el primer fracaso sonado de la historia de Amiga. Tampoco sería la última vez que Commodore intentaría meter la cabeza del mercado de las videoconsolas.

Los años de la decadencia

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Commodore pasó 1992 presentando cuatro nuevos modelos:

  • Amiga 500+: se trataba de una versión ligeramente actualizada del A500 tradicional. Fue recibido como un sistema de videojuegos, y muy criticado por no poder ejecutar alguno de los títulos del modelo original más populares de su época.
  • Amiga 600: después de la debacle del A500+, con el A600 intentaron “deshacer todos los entuertos”. Al mismo tiempo que se anunció este modelo, se habló de dos ordenadores de gama superior. Los usuarios decidieron esperar a que dichas máquinas saliesen a la venta. Fue otro desastre.
  • Amiga 1200: una de las máquinas de gama superior anunciada junto con el A600. En esencia, venía a reemplazar a los sistemas Amiga domésticos que se iban quedando obsoletos. El ordenador se vendió bien durante su primer año de vida.
  • Amiga 4000: con esta unidad se pretendía actualizar el Amiga 3000. Incorporaba mejoras en el apartado gráfico y cambios de arquitectura a nivel interno, que también ayudaban a abaratar costes. Tuvo una buena recepción, a pesar de no ser tan buena como la del A3000. Antes de declararse en bancarrota, Commodore lanzaría una versión más barata de esta máquina, el Amiga 4000T.

Por esta época Commodore empezaba a tener problemas de liquidez. Su incapacidad para competir con los PCs y los Mac, así como sus malas decisiones publicitarias, estaban comenzando a pasarles factura. Sin embargo, aún quedaba un último cartucho que quemar.

Amiga CD32, el segundo intento con las consolas

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Esta consola formada por Commodore es la primera consola de 32 bits, lanzada en 1993. Estaba basada en el nuevo sistema gráfico introducido con el Amiga 4000, y funcionaba con CD-ROMs. Como todos los productos de la firma, era posible añadir un teclado y un ratón a la consola y convertirla en un Amiga 1200.

A pesar de todo esto, la consola no atrajo a desarrolladores. Se publicó más software para el MegaCD de Sega, que para la CD32. Apenas existían títulos desarrollados en exclusiva, con lo que los juegos en CD-ROM para Amiga fueron su catálogo real.

Desde un punto de vista técnico, esta premisa no funcionaba. Los títulos en CD-ROM estaban optimizados para un monitor de ordenador, mientras que la CD32 había sido creada con la idea de que sería usada con un televisor. Hubo usuarios que se quejaron de que los juegos “no se veían bien”.

Como es casi ya costumbre en esta parte de la historia de Amiga, la CD32 fue otro enorme desastre. Poco tiempo después de su lanzamiento las consolas con CD-ROM se convirtieron en un estándar. La competencia usó mejor sus armas, y esta unidad pronto cayó en el olvido.

El declive de Amiga y el auge de los PCs

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Hacia 1994 Commodore estaba agotada. Los PCs con Windows eran las herramientas informáticas más avanzadas. Programas como Video Toaster, revolucionarios hacía no mucho, en los PCs de los 90 ya no eran una absoluta novedad.

Con la aparición de las tarjetas VGA, las Sound Blaster y Windows 3.1, Amiga no tenía mucho que ofrecer. Commodore sufrió del mismo mal que Atari: no actualizó su línea de productos, e incluso durante un tiempo los precios de un A500 y de un PC clónico con Windows 3.1 se equipararon. Para esta época los A500 ya eran máquinas con especificaciones limitadas, era una locura.

Como ya hemos visto, para cuando se lanzaron al mercado unidades que sí eran comparables a los PCs ya era tarde. A ojos del público Amiga era una empresa de ordenadores de gama baja, esa percepción nunca cambió. En 1994 Commodore se declaró en bancarrota, con Amiga dando tumbos de un propietario a otro durante años. Actualmente la marca es propiedad de Amiga Inc.

Aún existe una pequeña, pero muy dedicada, comunidad de usuarios. Pese a la desaparción de Commodore han intentado que el sistema y las máquinas sigan adelante. Incluso existen publicaciones internacionales que tratan el tema regularmente. El espíritu de Amiga sigue vivo, aunque sea residualmente.

Créditos imagen principal: Blake Patterson

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