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Hardware

Lenovo Yoga 920 análisis: bisagras flexibles que transforman el portátil como queramos

Analizamos el Lenovo Yoga 920: un portátil con un diseño especial y capaz de doblarse como si fuera una tablet. ¿Tiene lo suficiente para convencer?

3 abril, 2018 21:14

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Es bastante complicado innovar en el terreno de los portátiles. Tenemos una pantalla, tenemos una base con el teclado, y deja de contar. Podemos elegir ciertos puertos, podemos elegir especificaciones, pero todos parecen cortados de la misma manera. Algo que los fabricantes saben, e intentan solventar de ciertas formas.

Lenovo, uno de los mayores fabricantes de portátiles, parece ser consciente. Y su respuesta es la gama Yoga: dispositivos con bisagras flexibles, que podemos doblar como queramos. La idea viene del concepto 2-en-1, el portátil que se puede convertir en tableta. Y el mayor exponente de la gama en estos momentos es el Lenovo Yoga 920. ¿Pero es capaz de estar a la altura de las expectativas?

Lenovo Yoga 920: especificaciones y hoja técnica

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  • Pantalla táctil de 13.9 pulgadas UHD (3840 x 2160) o FHD (1920 x 1080)
  • Procesador Intel Core i7 U de octava generación
  • Gráficos integrados Intel HD
  • Memoria RAM de 8/12/16 GB DDR4
  • Almacenamiento SSD PCIe de 256/512/1024 GB
  • Dos altavoces JBL y Dolby Atmos
  • WiFi, Bluetooth 4.1 y lector de huella dactilar (Windows Hello)
  • Dos puertos USB tipo C (uno de carga), un puerto USB 3.0 y jack de 3.5mm
  • 323 x 223.5 x 13.95 mm, 1.37 kg
  • Colores platino, bronce y cobre

Diseño y construcción: material especial para edición especial

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Uno de los aspectos distinguidos del Lenovo Yoga 920 es el diseño. Y no sólo por la bisagra, de la que hablaremos a continuación. El portátil es fino y ligero, ideal para llevarlo con nosotros. No tanto como un MacBook Air, sino más como un MacBook Pro. En color plateado es bonito, destacando más en colores dorados.

Además. su construcción da lugar a varios detalles interesantes. Para empezar, y en el reposamuñecas, nos encontramos una pequeña hendidura. Es el lector de huella dactilar, que función a través de Windows Hello en Windows 10. El teclado es retroiluminado para poder ver las teclas en la oscuridad.

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La edición del Yoga 920 cedida por Lenovo es una edición especial: además de incluir el lápiz, la carcasa de la pantalla es de cristal y no de metal. Además, debajo del cristal hay un diseño creado para el portátil por un estudiante del IED Milan. Es un fondo azul con ondas de diferentes colores, manteniendo el resto del cuerpo en un color plateado.

Este cristal hace que el peso del conjunto suba un poco, pero aporta mayor calidad en comparación. El resto se mantiene idéntico respecto a ediciones, por lo que no nos perderemos mucho en caso de no recurrir a esta edición. Si no te importa el peso adicional y quieres ese extra en diseño, puede ser una buena oferta.

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Por supuesto, la bisagra es el aspecto que más destaca en el conjunto. Se tratan de varias piezas de metal circulares que forman una unión flexible. Estas barras metálicas son del mismo color que el resto del portátil. Y un cable plano, forrado en el mismo material, une la pantalla con la base.

Lo bueno de este sistema es que nos permite plegar el portátil como queramos. Además, le da un toque de distinción respecto a las bisagras convencionales. Lo malo es que no tiene demasiada fuerza. La suficiente para mantener el portátil mientras escribimos u otros usos similares. Pero si puede ser algo débil en ocasiones.

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Y esta debilidad también genera una pregunta, a largo plazo. ¿Esa bisagra tan especial será capaz de resistir el paso del tiempo, de no romperse después de un año o dos de uso constante? Parece resistente al estar construida en metal, pero su aparente debilidad con ciertos pesos hace dudar. Quizás el peso del cristal añadido en la edición especial se nota en este sentido.

Esa bisagra, según Lenovo, también tiene dos funciones inesperadas: integra la antena WiFi y sirve como conducto para la ventilación. Esto último se llega a notar un poco si, usándolo en el modo tablet, los ventiladores quedan mirando hacia nosotros. No es molesto, pero notaremos el calor si estamos haciendo alguna tarea intensiva.

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Aunque también hay un problema con el stylus, el complemento de este Lenovo Yoga 920. A diferencia de modelos como las Surface, donde el stylus se pega a un lado con imanes, Lenovo incluye una pieza de plástico que se conecta al puerto USB. La idea es que puedes enganchar el lápiz a esa pieza mientras esté conectada al ordenador. Incómodo, inutiliza e incluso es peligroso para el único puerto USB-A que tiene.

Por el resto, la bisagra es un añadido curioso y diferencial para la gama Yoga. No llega a la altura de soluciones como Surface, que ofrecen más libertad con la peana y el teclado extraíble, pero a cambio nos ofrece pantalla de mayor tamaño y un diseño más fino. No deja de ser una cuestión de preferencias.

Sistema y rendimiento: Windows 10 le queda como un guante

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Todo esto viene de la mano de Windows 10, un sistema que toma especial relevancia en este contexto. El Yoga 920 es un portátil que se puede convertir en tablet cuando queramos. Así que tiene todo el sentido del mundo la existencia del modo tableta, para facilitar el uso y para bloquear el uso del teclado cuando no lo estamos usando.

También es importante de Windows la función de Windows Ink, que nos permite utilizar el bolígrafo de Lenovo de manera nativa. Una vez lo conectamos por Bluetooth (algo obligatorio para que funcione el botón), podemos usar el stylus como acceso directo. Detecta la sensibilidad que aplicamos, aunque no es tan certero para eliminar nuestra mano si la apoyamos, algo que hace mucho mejor Surface.

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El rendimiento del ordenador, acorde a las especificaciones, es el esperado. Un portátil que vuela para hacer cualquier tarea que necesitemos hacer, tanto en ocio como en trabajo. Programas como Adobe Photoshop o mantener muchas pestañas de Chrome no suponen una gran carga. Además, la pantalla táctil alternada con el trackpad es un gran complemento, funciona muy bien junto a Windows.

Además, y aunque no es un portátil pensado para jugar, puede con algunos videojuegos ligeros. FTL: Faster Than Light o Hitchhiker son buenos ejemplos de juegos con los que el Intel Core i7-U y su gráfica integrada pueden. No esperéis ejecutar un Battlefield 1 o un Forza Horizon 3 a resoluciones 4K con los gráficos en Ultra, claro está.

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Tanto el trackpad como el teclado están en la media, aunque las teclas serían mucho más cómodas si ocupasen un poco más de espacio. El trackpad se comporta aunque es mejorable, no es una experiencia tan fluida como la de un MacBook. Y estaría bien poder desactivar la opción de hacer click sin hacer click, no es difícil hacer un doble click accidental.

El resto de piezas con las que interactuamos funcionan bien. El lector de huella dactilar desbloquea el portátil en poco tiempo, aunque tiene cierto retardo. Los dos puertos USB-C se agradecen de cara al futuro, pero ahora mismo sólo un USB convencional se hace corto en muchas situaciones. Un puerto más hubiera sido un complemento interesante.

Pantalla: la resolución 4K se nota

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La versión cedida por Lenovo para este análisis cuenta con una pantalla 4K, con una resolución de 3840 x 2160 píxeles. Muy por encima de las resoluciones Full HD, y ofreciendo un nivel de detalle destacable. Los colores se muestran bien en la pantalla. Quizás los colores vivos son un poco más apagados en comparación a un MacBook, aunque no deja de ser anecdótico.

El brillo es correcto, flaqueando en condiciones de mucha luz, pero su gestión automática deja mucho que desear. El modo predeterminado deja la pantalla con poco brillo, y la versión mínima de brillo oscurece tanto la pantalla que no se ve nada. Es preferible usar las teclas de control, disponibles en la parte superior del teclado, en vez de usar el control del centro de notificaciones de Windows.

Y Windows podría hacer mucho mejor trabajo a la hora de trabajar con pantallas de alta resolución. Algunos programas aparecen con tamaños diferentes respecto a otros, y en casos como el de Telegram la interfaz es tan pequeña que es absurdo. Es algo en lo que no tiene que trabajar Lenovo, sino Microsoft. Estamos en 2018, el 4K ya comienza a ser lo habitual, Windows debería estar a la altura.

Batería: en la media y sin florituras

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La batería es un aspecto que se comporta bien en el dispositivo, pero que tampoco destaca en exceso. Alternando el uso de Google Chrome con programas como Photoshop durante una jornada de trabajo es capaz de aguantar, llegando a las 8 horas sin problemas. Se queda algo corto si queremos llegar a más, posiblemente por el uso de una pantalla Quad HD. El uso de una pantalla Full HD mejorará estos datos.

Algo a destacar de la carga, por otra parte, es que el portátil se calienta considerablemente mientras se carga. No llega a niveles preocupantes ni tampoco nos quema la mano, aunque sí se percibe con tocar la parte inferior del dispositivo. Quizás es cosa de la carga rápida, como ocurre con los teléfonos que tienen la misma tecnología.

Sonido: unos altavoces mejorables

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El sonido, además del jack de 3.5 milímetros, viene de dos pequeños altavoces colocados en la parte inferior del portátil. Son de unos centímetros apenas, y están firmados por la marca de sonido JBL. Suenan alto, así que el volumen no es un problema, pero sí que tienen un leve problema de diseño: dependen mucho de lo que tengan debajo.

Es una solución inteligente, siempre que tengamos al portátil en una mesa, claro está. Si estamos usando el portátil plano, en el aire o como una tablet, estos altavoces no rebotan contra algo. Esto hace que se note mucho la diferencia entre estar apoyados en algo y no estarlo. Y la pérdida en volumen y calidad se nota cuando no lo están. Por no hablar cuando estén sobre tela, o material que absorba el sonido.

Lenovo, en cualquier caso, se ha aliado con Dolby para ofrecer Dolby Atmos en el Yoga 920. Este sistema está disponible cuando conectamos unos auriculares al equipo, no a través de los altavoces. Y se puede configurar a través de un programa de Dolby preinstalado en el dispositivo.

Conclusiones: un buen 2-en-1 con un precio demasiado alto

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El Lenovo Yoga 920 es un buen portátil, tanto si lo usamos como portátil como si lo utilizamos como tablet. Tiene algunos fallos en apartados como el diseño, pero son fallos menores que no suponen grandes problemas. Y que, en caso de que Lenovo quiera, se resuelven fácilmente con una nueva generación de portátil.

Este Yoga 920 es una buena elección para perfiles como diseñadores, dibujantes o estudiantes con su stylus. Eso sí, en este campo se encuentra de frente con las Surface de Microsoft. No es fácil decantarse entre uno u otro, aunque detalles como el teclado siempre presente pueden decantar la balanza hacia un lado u otro.

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Y no ayuda a Lenovo que su precio en España es bastante alto. En la web de Lenovo podemos encontrar la versión más básica por 1.599€. El precio puede aumentar hasta los 1.800€ si incluimos mejores especificaciones. Se trata de un precio alto en comparación al Surface Pro, aunque similar si acudimos a gamas más altas como Surface Book.

Con una bajada de precio podría ser un producto muy atractivo, pero ahora es caro respecto a su competencia más directa. Aun así, no deja de ser una buena opción para aquellos que quieren un 2-en-1 con stylus integrado. Si estás dispuesto a aceptar ese sobreprecio que tiene en nuestro país, claro está.