Aunque los jugadores estamos esperando noticias de Volta, la nueva plataforma de procesadores gráficos de Nvidia, el equipo verde tenía otra sorpresa preparada para hoy.

Y es que no podemos olvidar que Nvidia es mucho más que un fabricante de gráficas para jugar. Sus productos también se usan en entornos empresariales, y cada vez más los desarrollos en Inteligencia Artificial están cobrando protagonismo.

Volta se deja ver en las nuevas Quadro

Por eso la presentación de la Quadro GV100 no debería ser una decepción, sino un adelanto de lo que está por llegar. Se trata de una gráfica basada en la nueva arquitectura Volta, pero adaptada a la gama Quadro dedicada a estaciones de trabajo.

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Estamos ante la Quadro más potente hasta ahora, con 5120 nucleos CUDA y alcanzando los 1450 MHz, a lo que se le suma un bus de memoria de 4096 bits asociado con una memoria HBM2 de 1,7 Gbps.

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Así que es rápida. Muy rápida. En cálculos de simple precisión estamos hablando de un rendimiento de 14,8 TFLOPS. La cosa pinta muy bien para las gráficas GeForce basadas en Volta.

Pero el verdadero monstruo de la gala fue el DGX-2, un superordenador que Nvidia califica como “la GPU más grande del mundo”. Es un concepto que puede sonar algo raro, pero que tiene sentido una vez que vemos en qué consiste.

La GPU más grande del mundo es un superordenador de infarto

Se mire como se mire, el DGX-2 es un ordenador monstruoso. Posee dos procesadores Intel Xeon Platinum, para un total de  núcleos. Incluye nada menos que 1,5 TB de memoria RAM, y no te faltará el almacenamiento con los 30 TB en formato SSD NVMe. Es el ordenador más brutal que se te podría imaginar.

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Y sin embargo, es una GPU. Porque en realidad, todo ese hardware sólo está ahí para controlar a las verdaderas estrellas, las 16 gráficas Volta incluidas.

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La clave es que estas gráficas no están instaladas en una placa base, por una conexión PCI-Express. Eso es demasiado lento para lo que Nvidia tiene en mente, así que ha creado un nuevo tipo de conexión llamado NVSwitch. Con esta nueva tecnología, todas las GPUs está conectadas entre sí, y cada una de ellas puede comunicarse directamente con otra sin necesidad de pasar por intermediarios, con una tasa de 300 GB/s. Por eso Nvidia considera al DGX-2 como una GPU gigantesca.

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De esta forma el rendimiento es, en una palabra, espectacular. Con sus 81.920 núcleos CUDA y sus 14,4 TB/s de ancho de banda agregado, el DGX-2 alcanza los 2 PFLOPS (petaflops) en aprendizaje automático, que será una de las tareas principales en las que este producto se dedicará.

Claro, que tiene un precio. Y no hablo de los 10.000 W que necesita para funcionar, ni de los 158 kilogramos que pesa. Hablo de los 399.000 dólares que costará. Y la verdad es que puede ser barato, si tenemos en cuenta la cantidad de gráficas que tendríamos que comprar para conseguir ese rendimiento.