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Hardware

¿Cuánto tiempo dura un SSD?

Los SSD son una maravilla en rendimiento, aunque uno de sus puntos negativos es la vida útil: ¿cuánto tiempo puede durar un SSD y sus datos?

12 junio, 2016 22:34

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Las unidades de estado sólido, más conocidas como SSD entre los usuarios de a pie de calle, han traído una revolución a los usuarios en términos de rendimiento. Ahora nuestros ordenadores van mucho más rápidos gracias a esta evolución, pero, como siempre ocurre con las nuevas tecnologías, surgen mitos y planteamientos incorrectos.

Uno de esos grandes mitos que nos encontramos son los relacionados con el tiempo de vida de un SSD: cada chip de memoria flash tiene un límite de veces que podemos escribir en ella. Esto ha llevado a incontables guías y consejos para minimizar el número de veces que escribimos en la unidad de estado sólido con la excusa de aumentar la vida útil de nuestro SSD. Y quizás fuera cierto al principio del auge de los SSD, pero ahora mismo es algo en lo que ni siquiera tendríamos que pensar.

¿Cuánto puede aguantar un SSD actual?

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Geoff Gasior de The Tech Report, un medio inglés especializado en el hardware de PC, comenzó en agosto de 2013 un particular experimento: someter a una serie de SSDs a una prueba de estrés extrema, escribiendo en ellos datos sin parar hasta que dijeran adiós. El experimento ha durado casi 2 años, finalizando en marzo de 2015 cuando fallaron todos, es decir, cuando era físicamente imposible escribir nada más en ellos.

Las expectativas no eran demasiadas porque los fabricantes no se pillan los dedos, sólo nos prometen una vida útil de ente 2 y 3 años con su garantía, escribiendo unos 20-30 GB de datos al día. Esto son unos 22TB de datos en total de media, lo cual no es muy esperanzador, y de ahí que fuera interesante probar hasta dónde podían llegar. Y sí, los datos de los fabricantes sí son conservadores porque todos los SSD superaron los cientos de terabytes sin problemas.

Intel 335 Series (240GB)

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El disco duro de Intel fue el primero del experimento en decir basta, pero tiene una explicación lógica. El fabricante conocido por sus procesadores programa sus discos para que aprieten el gatillo ellos mismos antes de que todo se vaya a pique. Después de llegar a los 700 TB escritos el controlador detectó que el disco duro estaba llegando a su muerte, aunque sólo se tratase de un sector defectuoso, e hizo que el disco se quedase en modo de ‘solo lectura’ para mantener la integridad de los datos existentes. Cuando el disco se quedó sin energía en un reinicio, dijo adiós.

Kingston HyperX 3K (240GB) (datos SIN compresión)

El siguiente en fallar fue el Kingston HyperX 3K, disco que llegó hasta los 600 TB sin ningún problema. A partir de ahí trató de relocalizar sectores y lanzar errores hasta llegar a los 728 TB, momento en el que también se quedó en modo de ‘sólo lectura’ con los datos accesibles, y después de un reinicio el disco no volvió a la vida. Kingston confirmó a Geoff que el controlador no enciende el SSD si detecta que ha llegado al final de su vida útil.

Samsung 840 Series (250GB)

Para ser justos, el disco duro de Samsung es el único que tiene NAND de tipo TLC, por lo que se esperaba que fuera el primero en fallar. Y así fue, a partir de los 200 TB escritos el SSD comenzó a reubicar sectores, comenzando con los fallos a partir de los 300 TB. A pesar de todo esto, el Samsung 840 Series llegó a escribir hasta los 900 TB, hasta que falló sin previo aviso sin dar la opción de recuperar los datos. Una cifra impresionante, colocándolo en una posición destacada.

Corsair Neutron GTX (240GB)

La medalla de bronce en este análisis es responsabilidad de Corsair, dado que su SSD llegó hasta los 1.1 PB (PetaBytes, sí) sin mostrar signos de errores. Los siguientes 100 TB marcaron la muerte del disco: empezó a relocalizar sectores y mostrar alarmas como un loco, pudiendo llegar hasta los 1.2 PB con una relativa normalidad, pero después de un reinicio no fue posible ni arrancarlo ni recuperar los datos.

Kingston HyperX 3K (240GB) (datos CON compresión)

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Como podéis percibir, el disco de Kingston ya ha aparecido en la comparación, quedando el segundo empezando por el final. Sin embargo, los resultados de ese disco eran sin una tecnología del fabricante, llamada SandForce, que usa compresión de escritura para reducir la huella que deja la escritura de datos en el disco. Para evitar que los datos estuviesen adulterados han empleado dos SSD idénticos, uno con la compresión y otro sin ella.

El disco duro con SandForce activado tuvo su efecto, porque el disco duro escribió otro petabyte más (2.1 PB en total) antes de irse a dormir para siempre. Los errores comenzaron a aparecer después de alcanzar 1 PB de datos escritos, pero consiguió doblar a su hermano sin compresión de datos sin demasiados problemas.

Samsung 840 Pro (256GB)

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El ganador en este particular experimento ha sido Samsung con la gama Pro de sus 840, alcanzando los 2.4 PB antes de decir basta. El Samsung 840 Pro comenzó a relocalizar sectores al llegar a los 600 TB de escritura, y los datos sugieren que podría haber llegado más allá, pero no consiguió continuar a causa de varios errores. En otras palabras, el SSD del fabricante coreano ha sido el ganador en esta prueba de laboratorio.

Entonces, ¿es necesario ‘optimizar’ un SSD?

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Un usuario común no va a llegar a esos consumos desorbitados, sólo sucederán en usuarios muy concretos o con el paso de muchos años: How-To Geek destaca que necesitaríamos 19 años a 100GB por día para acabar con el SSD de Intel (700TB), mientras que llegar al límite del Samsung 840 Pro (2.4PB) en las mismas condiciones nos llevaría 54 años.

Dejando a un lado que los SSD necesitan copias de seguridad, como cualquier otro soporte de almacenamiento de datos, la optimización que ya realizan los fabricantes y los sistemas operativos actuales son suficiente para alcanzar esas cifras sin más dolores de cabeza. Windows, por ejemplo, ya realiza diferentes ajustes automáticamente para optimizar el funcionamiento de los discos. Y, como habéis podido ver antes, los propios controladores de los discos duros también son responsables de que duren tanto tiempo.