Representación de las dos naves espaciales de la misión Proba-3

Representación de las dos naves espaciales de la misión Proba-3 ESA

Defensa y Espacio

Hito de Proba-3: la misión de satélites españoles consigue crear su primer "eclipse solar total artificial" en órbita

La Agencia Espacial Europea revela las primeras imágenes de este importante suceso, concretamente de la atmósfera exterior del Sol: la corona solar.

Más información: Una sonda espacial europea capta las primeras imágenes del polo sur del Sol, clave para conocer su comportamiento

Nacho C.
Publicada

El pasado 5 de diciembre, en la mañana de España, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó con éxito la misión Proba-3, en la que satélites españoles generarán eclipses. Algo que ya han conseguido, logrando un importante hito.

La ESA ha revelado las primeras imágenes de la atmósfera exterior del Sol, la corona solar. Los dos satélites de la misión, que son capaces de volar como una sola nave, han logrado crear su primer "eclipse solar total artificial" en órbita.

En un comunicado, la agencia señala que las imágenes coronales resultantes "demuestran el potencial de las tecnologías de vuelo en formación, al tiempo que proporcionan datos científicos de gran valor que mejorarán nuestra comprensión del Sol y su enigmática atmósfera".

Un eclipse artificial

La ESA explica que el pasado mes de marzo la misión Proba-3 logró lo que ninguna misión había conseguido antes. Sus dos naves espaciales —Coronograph y Occulter— volaron a 150 metros de distancia en perfecta formación durante varias horas sin ningún control desde tierra.

Y mientras están alineadas, las naves pueden mantener su posición relativa con "una precisión de un solo milímetro", lo que supone una "hazaña extraordinaria" que ha sido posible gracias a diversas tecnologías de navegación y posicionamiento.

Imagen del eclipse solar total artificial en órbita del Proba-3.

Imagen del "eclipse solar total artificial" en órbita del Proba-3. ESA Omicrono

Las dos naves usaron su tiempo de vuelo en formación para crear eclipses solares totales artificiales en órbita. Es decir, se alinean con el Sol de manera que el disco de 1,4 metros de diámetro que lleva Occulter cubre el Sol para la nave espacial Coronagraph.

Y así proyectan una sombra de 8 centímetros de diámetro sobre su instrumento óptico, ASPIICS. Un instrumento que fue desarrollado por la ESA y por un consorcio industrial liderado por el Centre Spatial de Liège, Bélgica.

Cuando su apertura de 5 centímetros queda cubierta por la sombra, el instrumento captura imágenes de la corona solar sin la interrupción de la luz del Sol. La ESA señala que la observación de la corona es fundamental para revelar el viento solar, el flujo continuo de materia desde el Sol hacia el espacio exterior.

Incluso es necesaria para comprender el funcionamiento de las eyecciones de masa coronal (CME), explosiones de partículas enviadas por el Sol casi a diario, especialmente durante los periodos de alta actividad.

Unos fenómenos que pueden crear impresionantes auroras en el cielo nocturno, pero también suponen una grave amenaza para las comunicaciones, la transmisión de energía y los sistemas de navegación en la Tierra, como ocurrió en mayo de 2024.

En las imágenes coronales compartidas por la ESA se ofrece una visión de "los valiosos datos que podemos esperar de esta misión de observación de eclipses", señala la Agencia Espacial Europea.

Un misterioso halo

La ESA explica que la corona solar alcanza temperaturas superiores al millón de grados centígrados, mucho más calientes que la superficie que hay debajo. Esta diferencia de temperatura ha sido durante mucho tiempo un tema de debate en la comunidad científica.

El ASPIICS del Proba-3 está abordando este misterio mediante el estudio de la corona muy cerca de la superficie solar y también puede ver más detalles y detectar características más tenues que los coronógrafos tradicionales.

Imagen del eclipse solar total artificial en órbita del Proba-3.

Imagen del "eclipse solar total artificial" en órbita del Proba-3. ESA Omicrono

Algo que consigue gracias a una reducción drástica de la cantidad de luz "parásita" que llega al detector, según explica la ESA. "Junto con las mediciones realizadas por otro instrumento a bordo, el DARA, el ASPIICS contribuirá a desentrañar cuestiones que llevan mucho tiempo sin respuesta sobre nuestra estrella", indica Joe Zender, científico de la misión.

Cabe señalar que el DARA o radiómetro absoluto digital medirá la irradiancia solar total, es decir, la cantidad exacta de energía que emite el Sol en un momento dado.

Mientras que un tercer instrumento del Proba-3, el espectrómetro de electrones energéticos 3D (3DEES), detectará los electrones en los cinturones de radiación de la Tierra, midiendo su dirección de origen y sus niveles de energía.

La ESA señala que las imágenes fueron procesadas por el Centro de Operaciones Científicas (SOC) del ASPIICS, con sede en el Real Observatorio de Bélgica, donde un equipo dedicado de científicos e ingenieros crea comandos operativos para el coronógrafo basándose en las solicitudes de la comunidad científica y comparte las observaciones resultantes.

"Cada imagen completa, que abarca el área desde el Sol oculto hasta el borde del campo de visión, se construye en realidad a partir de tres imágenes", indica en el comunicado Andrei Zhukov, investigador principal de ASPIICS en el Real Observatorio de Bélgica.

"La diferencia entre ellas es solo el tiempo de exposición, que determina cuánto tiempo está expuesta a la luz la apertura del coronógrafo. La combinación de las tres imágenes nos da una visión completa de la corona", continúa.

Zhukov asegura que las imágenes de la ESA son comparables a las tomadas durante un eclipse natural, "la diferencia es que podemos crear nuestro eclipse una vez cada 19,6 horas de órbita, mientras que los eclipses solares totales solo se producen de forma natural una vez al año, y muy raramente dos veces al año".

No sólo eso, sino que los eclipses naturales solamente duran unos minutos, "mientras que Proba-3 puede mantener su eclipse artificial hasta 6 horas". La ESA apunta que el vuelo de formación se ha realizado de forma autónoma, pero bajo supervisión del equipo de control en tierra.