Shahab 3

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Aviación y Espacio

Del programa nuclear secreto a los misiles balísticos Khaliber: las grandes amenazas de Irán que Israel quiere suprimir

El contundente ataque israelí pretende desmantelar por completo la capacidad de Teherán de desarrollar bombas y misiles nucleares.

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La operación "El león que se alza" lanzada por Israel en la noche de ayer contra Irán ha sido el mayor ataque contra Teherán desde la guerra que ambos países mantuvieron en los años 80.

Con la participación de al menos 200 cazas de combate, el ejército israelí asegura haber eliminado a la cúpula militar iraní y a varios científicos del programa nuclear, ha dañado la central de Natanz y destruido fábricas de misiles balísticos, además de inutilizar sus principales defensas antiaéreas y radares gracias a una operación de infiltración llevada a cabo por el Mossad.

La respuesta inicial del régimen del ayatolá Alí Jamenei ha sido lanzar más de un centenar de drones Shahed, que han sido detectados e interceptados por los escudos y cazas israelíes e incluso por los sistemas defensivos de Jordania antes de llegar a sus objetivos.

"Con este crimen, el régimen sionista se encamina hacia un destino amargo y doloroso, y sin duda lo recibirá", ha asegurado el propio Jamenei en un comunicado publicado en su página web. Mientras, el portavoz de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Abolfazl Shekarchi, ha asegurado que Israel y Estados Unidos "recibirán una contundente bofetada".

Por su parte Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor de las FDI israelíes, ha sido aún más categórico: "pasamos a la ofensiva porque ha llegado el momento, hemos alcanzado el punto de no retorno. No debemos esperar a otro momento para actuar, no tenemos otra opción".

La retórica bélica ya está a pleno rendimiento, mientras ambos países se preparan para un conflicto que puede ser mucho más largo y agresivo que las escaramuzas y los ataques de alcance limitado de los últimos años. Detrás de esta ofensiva sin precedentes de Israel están las dos mayores amenazas del arsenal iraní para el país hebreo: su programa nuclear y los misiles balísticos con alcance suficiente como para llegar a suelo israelí.

El Plan Kavir

El desarrollo del programa nuclear de Irán lleva siendo objeto de estudio y análisis internacional desde finales de la década de los años 50 del siglo pasado, cuando fue impulsado con ayuda de EEUU, por paradójico que pueda parecer visto desde la actualidad.

La iniciativa se amplió en la década de 1970 con planes para fabricar los primeros reactores de potencia, pero se interrumpió abruptamente tras la Revolución Islámica. Sin embargo, el régimen de los ayatolás vio en la disuasión nuclear una oportunidad para plantar cara a sus potenciales enemigos en la región.

Durante la guerra entre Irán e Irak, el programa para el desarrollo de armas nucleares iraní se reanudó en secreto, y Teherán fue avanzando en la tecnología para conseguir un ciclo completo de uranio enriquecido gracias a centrifugadoras obtenidas a través de supuestos vínculos con Pakistán y Corea del Norte.

Imagen de satélite del complejo nuclear de Natanz antes de ser atacado.

Imagen de satélite del complejo nuclear de Natanz antes de ser atacado. Reuters / Maxar Technologies

Fue en 2002 cuando se descubrieron por primera vez las instalaciones de Natanz y Arak, que el régimen había desarrollado y mantenido a espaldas de la comunidad internacional. Poco después, en 2009, salió a la luz otro elemento potencialmente desestabilizador: Fordow, una instalación subterránea de enriquecimiento de combustible.

En 2015, Teherán aprobó la medida de eliminar sus reservas de uranio enriquecido dando una pausa a un programa nuclear que llevaba décadas cocinándose a fuego lento. Este pacto tuvo su final en 2018, durante el primer mandato de Donald Trump, cuando el presidente estadounidense lo rompió para establecer el máximo nivel de restricciones contra el régimen de Jamenei.

Desde entonces, la actividad nuclear iraní comenzó a incrementarse. Tal y como recogía The Washington Post hace apenas un año, los inspectores internacionales que han visitado las instalaciones nucleares de Irán más recientemente se han encontrado con una "actividad frenética". Equipos recién instalados, producción de uranio enriquecido a cada vez mayor velocidad y una expansión en marcha que pronto podría duplicar o triplicar sus capacidades.

Hasta hace poco, de forma oficial Irán aseguraba que no tenía planes de fabricar armas nucleares. Sin embargo, según las autoridades estadounidenses e israelíes ya dispone de una fuente estable de uranio altamente enriquecido que podría convertirse —de forma sencilla— en combustible apto para armas nucleares.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó hace apenas unos días de que Irán había incumplido el tratado de no proliferación, aumentado considerablemente sus reservas de uranio enriquecido al 60%, justo por debajo del grado de armamento, alcanzando más de 408 kilogramos, un aumento de casi el 50% desde febrero de este mismo año, suficiente para al menos 15 ojivas nucleares.

Por su parte, el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (NCRI), principal opositor al régimen de Jamenei, ha desvelado también en los últimos días los detalles del Plan Kavir, el programa clandestino de armamento nuclear que Teherán estaría llevando a cabo desde finales de 2009 y que sustituiría al hasta ahora conocido como Plan AMAD.

Según los últimos informes del NCRI, Irán habría desarrollado seis nuevos emplazamientos en la provincia de Semnan para trabajar en cabezas nucleares y misiles con un alcance superior a los 3.000 km, 'disfrazados' bajo la tapadera de reforzar la seguridad en el desierto de Kavir y fabricar cohetes para lanzar satélites.

Misiles balísticos

Los misiles se han erigido como una de las especialidades de la industria armamentística de Irán, que dispone de un amplio número de modelos diferentes y con capacidad para alcanzar territorio israelí. Conforman los dos pilares fundamentales de su estrategia de proyección de capacidad militar junto con los drones.

Del arsenal iraní, Israel parece haberse centrado en eliminar los misiles balísticos. Uno de los más avanzados es el Kheibar —también denominado Khorramshahr-4— que se puso en servicio el pasado año 2023. El primer ensayo lo ejecutaron en mayo de 2023 y cuenta con un rango operativo de 2.000 kilómetros y una cabeza de guerra de 1.500 kilogramos, situándose como la plataforma que tiene más capacidad de todo el arsenal iraní.

El desarrollo de un misil desde cero implica un coste elevadísimo tanto en el periodo de diseño como de construcción, de ahí que Irán haya aprovechado la plataforma de Shahab-3 para crear algunas variantes y versiones más o menos diferenciadas. Este modelo es uno de los más veteranos de cuantos tiene en su arsenal y comenzó su vida operativa en 2003.

Lanzamiento de misil Khorramshahr en 2023

Lanzamiento de misil Khorramshahr en 2023 Ministerio de Defensa de Irán

El Shahab-3 cuenta con un rango operativo de 1.300 kilómetros, suficiente para cubrir la distancia desde la frontera más occidental de Irán con Irak y llegar a Israel. Sin embargo, la autonomía se plantea algo ajustada y de ahí que las nuevas versiones se posicionen mejor para este tipo de operación.

Los ingenieros iraníes llevaron a cabo algunas modificaciones importantes de la plataforma, como la sustitución del acero por el aluminio —metal más ligero—, el alargamiento del fuselaje o el reemplazo del sistema de navegación y guiado por otro más moderno. De esta forma se crearon los modelos de misiles Ghadr-1 y Emad; además de otros con cambios menores que recibieron la denominación de Shahab-3A, 3B, 3D y 3M.

El misil Ghadr-1 se mostró al mundo por primera vez en el año 2007 y no fue hasta el 2015 cuando Irán lo probó por primera vez, según el medio militar Jane. Cuenta con un rango de 1.950 kilómetros, un peso de 19 toneladas en el momento del lanzamiento y puede integrar una cabeza de guerra de hasta 750 kilogramos.

En cuanto al Emad, desde CSIS indican que Irán lo anunció en octubre del 2015 como un arma de "largo alcance". El análisis del misil señala que en realidad no se trata de un programa totalmente nuevo, sino más bien de un vehículo de reentrada preparado para poder ser acoplado encima de un cohete Ghadr.

Lanzamiento de dos misiles balísticos de Irán

Lanzamiento de dos misiles balísticos de Irán Reuters

Según lo describió el por entonces ministro de Defensa, se trata del primer misil iraní que puede ser controlado y guiado hasta alcanzar su objetivo. En enero de 2021 y tomando referencia información de Teherán, consiguieron impactar contra una embarcación en el océano Índico en mitad de una maniobras. Sin embargo, algunos analistas son más escépticos con el hecho de que Irán tenga esta capacidad de poder impactar contra objetivos móviles, lo que arrojaría un nivel de precisión de unos pocos metros.

Donde sí que coinciden los diversos informes es que el Emad cuenta con un rango operativo de entre 1.700 y 1.800 kilómetros que se une a la capacidad de llevar una ojiva de 750 kilogramos. La diferencia respecto el Ghadr-1 sería, de poder confirmarse y probarse, la posibilidad de ir ajustando la trayectoria hacia el objetivo.

Entre las últimas incorporaciones de este tipo de misiles se encuentra el Hajj Qassem. Denominado así por el oficial militar asesinado por Estados Unidos empleando un dron, se vio por primera vez en agosto de 2020 en una maniobra de lanzamiento. Según Irán, dispone de 1.400 kilómetros de autonomía, 500 kilogramos de cabeza de guerra y emplea un motor de combustible sólido junto a un sistema avanzado de guiado.