
Caza F-4 lanzando un misil
El rompedor método para poner satélites en órbita sin usar cohetes: cazas supersónicos que los lanzan a gran altitud
Una compañía estadounidense se encuentra en proceso de adquisición de los cazas para comenzar a realizar pruebas desde el Centro Espacial Kennedy.
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En un momento en el que la demanda de poner cualquier tipo de carga en órbita excede, por mucho, la disponibilidad de lanzadores como el Miura de PLD Space en España, nuevos métodos alternativos aparecen para ofrecer esta capacidad de la forma más rápida y flexible posible.
Uno de los métodos más inmediatos pasa por emplear aeronaves convencionales, un concepto que ya ha sido explorado, sin mucho éxito, por compañías como Virgin Orbit hace pocos años, con el fin de recorrer los primeros kilómetros de la atmósfera en lugar de emplear un cohete convencional desde la superficie.
Con un planteamiento similar a la clausurada compañía Virgin del magnate Richard Branson, Starfighters International se encuentra tramitando la incorporación de cazas F-4 para la puesta en órbita de pequeños satélites, según TWZ.

Dos F-4 de la Fuerza Aérea de Corea del Sur
Uno de los aspectos que recibió más críticas de Virgin Orbit fue la utilización de un gigante como el Boeing 747-400. Además de ser uno de los aviones más grandes del mundo, la plataforma tuvo que adaptarse incorporando un pilón bajo una de sus alas para acoplar el lanzador de la carga que tenía que rumbo a órbita.
Además, al ser un avión comercial especialmente diseñado para viajes de muy largo radio, tampoco destacaba por su agilidad, lastrando la flexibilidad de la plataforma e incrementando los costes operativos al tener que alimentar cuatro reactores para ganar la suficiente altitud y que el lanzador prosiga su viaje en solitario hacia el espacio.
Cazas como cohetes
Starfighters International se fundó hace tres décadas como una empresa para realizar espectáculos aéreos en Estados Unidos. Partiendo de esa base, más tarde comenzó a utilizar su flota de 7 cazas F-104 como plataformas de ensayo de sistemas que deben probarse en el aire a gran velocidad.
Ya en 2007, la compañía se trasladó al Centro Espacial Kennedy (Florida, EEUU) para poder hacer uso de la pista donde operaba el Transbordador espacial, una de las más largas del mundo. En la actualidad, se encuentran construyendo unas nuevas instalaciones en Texas desde donde darán soporte a esta nueva singladura espacial.

Caza F-4
Los F-104 actuales son cazas igualmente supersónicos y que pueden alcanzar grandes altitudes, pero no están diseñados para poder llevar consigo grandes cargas. Algo que pretenden solventar con los F-4.
De hecho, Starfighters International ya tiene identificados a sus próximos cazas. Según un documento publicado el pasado abril, la compañía ya se encuentra en proceso de adquirir una docena de F-4 que antes prestaban servicio en la Fuerza Aérea de Corea del Sur.
Sin embargo, el proceso de adquisición no está siendo demasiado fácil para los estadounidenses. Al estricto Reglamento Internacional de Tráfico de Armas, más conocido por sus siglas en inglés ITAR, se une una situación política muy compleja en Corea del Sur, especialmente desde que su anterior presidente declarara la ley marcial a finales de 2024.
También complicadas son este tipo de transacciones por la propia naturaleza militar de la aeronave cuyo destino es un operador privado, ya que hay equipos críticos de a bordo que deben retirarse y, según el caso, sustituirse por otros habilitados para la rama civil.

Perfil de vuelo para poner satélites en órbita desde cazas
Por si el contrato con Corea del Sur no termina de cerrarse, Starfighters International puede acudir a otras fuerzas aéreas que se encuentran en plena retirada de los F-4. Uno de los ejemplos más inmediatos es Grecia, que anunció la adquisición de 20 F-35 de Lockheed Martin hace ahora un año, y pretende retirar el mencionado modelo.
El funcionamiento de este tipo de tecnología contempla la creación de un microlanzador con un espacio de carga que se acopla posteriormente debajo del ala de la aeronave. El caza entonces asciende empleando sus propios medios hasta una altura estimada.
En el preciso momento, el piloto realiza una maniobra específica para colocar el caza en una posición casi vertical respecto a la superficie y despliega el microlanzador. Este último enciende su propio sistema de propulsión y emprende el viaje en solitario.
A partir de ese momento, es el microlanzador el que se encarga de desplegar el satélite de pequeñas dimensiones en la posición orbital necesaria.

Boeing 747 de Virgin Orbit. Omicrono
El empleo de cazas para esta tarea consigue reducir la necesidad de disponer de lanzadores desde la superficie de la tierra, un mercado limitadísimo y costoso hoy por hoy, al tiempo que se reducen costes al ser estas aeronaves plataformas reutilizables.
Los contras están representados fundamentalmente por ser una tecnología poco demostrada en un escenario real, más allá de que funcione en la teoría. Tampoco ayuda el pequeño tamaño que deben tener los satélites si quieren poder integrarse dentro de un cohete que, a su vez, está limitado por el caza.
El caso de Virgin Orbit
El 30 de junio del 2021, hace prácticamente 4 años, Virgin Orbit logró poner en órbita un total de 7 satélites empleando su Boeing 747. Lo consiguió empleando el Launcher One, una especie de cohete acoplado bajo el ala izquierda de la aeronave.
El Launcher One se desacopló del Cosmic Girl (como bautizaron al Boeing 747) a eso de las 16:48 horas de España. El cohete siguió el plan establecido y tan solo 4 minutos después ya se encontraba a 80 kilómetros de altitud.

LauncherOne en el 747 de Virgin Orbit Omicrono
Dentro del espacio de carga útil del cohete viajaban un total de 7 satélites de diferentes clientes. Los primeros 4 provenientes del Departamento de Defensa de Estados Unidos y 2 cubesats de una compañía polaca.
A pesar del éxito de este y otros cuantos lanzamientos posteriores, la aventura duró muy poco. En abril de 2023 Virgin Orbit se declaró en bancarrota tras fracasar en un lanzamiento en enero de ese mismo año, en el que perdieron 9 satélites.