
Caza J-50 de China
Así es el J-50, el avanzado caza chino para humillar al F-47 de Donald Trump: atraviesa líneas enemigas sin ser detectado
Nuevas imágenes del próximo caza de sexta generación de China, un gigante aéreo de sexta generación con una capacidad de ser invisible a los radares.
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Con la presentación oficial del F-47 por parte de Estados Unidos, la competición por contar con un caza de sexta generación está servida entre las potencias militares del planeta. Mientras en España se avanza en el desarrollo de su programa FCAS junto con Alemania y Francia, desde China se comienzan a compartir algunos detalles sobre el J-XDS o J-50 —todavía se desconoce el nombre oficial— como punta de lanza de su estrategia aérea del futuro más inmediato.
Como suele ser habitual, las filtraciones provenientes de China están especialmente centradas en imágenes que aparecen en las redes sociales del país oriental. Se trata del segundo caza de sexta generación que aparece en redes sociales tras la filtración del J-36 a finales del pasado 2024.
Dada la carencia de información por parte del fabricante o de las instituciones chinas, en las últimas fotografías compartidas se puede apreciar perfectamente una vista más detallada del perfil aerodinámico del J-50. Cuenta con una configuración de ala delta sin estabilizador vertical con el objetivo de maximizar la eficiencia aerodinámica y sus capacidades furtivas.
As it seems, we finally have a quite decent side shot of SAC's J-XDS from its flight today and also for the first time a clearer proof it has indeed a canopy. pic.twitter.com/i0IEmLebYH
— @Rupprecht_A (@RupprechtDeino) April 16, 2025
Esta última capacidad es ya una de las señas de identidad de los cazas de quinta generación y se ve acrecentada en la próxima sexta. Prescindir del estabilizador vertical proporciona algunas ventajas importantes como una menor huella en el radar que puede aprovecharse para realizar operaciones sin ser detectado. Sin embargo, también puede verse reducida la maniobrabilidad si los alerones horizontales o el empuje vectorial no consiguen paliar su ausencia en vuelo.
En esas mismas imágenes también se puede ver que la aeronave cuenta con un par de motores junto a entradas de aire diseñadas para rendir a velocidades supersónicas. En cuanto a las toberas, parece que tendrán capacidad de dirigir la salida de gases, lo que se conoce como vectorización, aunque queda por ver esta capacidad.
Próximo caza chino
Hasta ahora, se había hablado y escrito mucho sobre si el J-50 o J-XDS era realmente un dron que podía volar sin tripulación, una tecnología que China parece dominar dados sus últimas aeronaves mostradas. Sin embargo, en las últimas imágenes se puede ver la cabina de mandos cerrada con una cúpula de cristal, lo que indicaría que realmente lleva a un piloto a bordo.
Algunos analistas de defensa, tal y como recoge The Aviationist, han apuntado a que es posible un uso dual o que la misma plataforma cuente con configuraciones tripuladas y no tripuladas, algo a lo que apuntan algunos desarrollos pertenecientes a esta sexta generación.

Caza J-50 de China
Del desarrollo y fabricación de la aeronave está encargada la Shenyang Aircraft Corporation, más conocida por sus iniciales SAC. Las primeras noticias sobre la plataforma se publicaron en 2018, cuando la compañía comenzó a trabajar en varios prototipos para alinearse con los esfuerzos de EEUU, que por entonces ya se encontraba oficialmente en la carrera por la sexta generación de cazas.
El planteamiento de este tipo de aeronaves es de ser un sistema de sistemas, donde el caza es sólo uno de los elementos que conforman todo el despliegue. Se trata de un esquema en el que ya trabaja Estados Unidos y los diferentes países europeos con programas de sexta generación donde se incorpora a la ecuación otras aeronaves como drones y nubes de guerra para compartir los datos de la misión entre todos los elementos.
J-XX/Shengad may have flown again today pic.twitter.com/s3zUx9MFJj
— 東風 (@eastwind6699) April 16, 2025
Otros de los detalles que no han pasado desapercibidos por los analistas es que las puntas de las alas pueden tener cierto movimiento para realizar funciones de superficies de control de vuelo principales. Gracias a esto, el avión podría contar con una mayor maniobrabilidad en el alabeo y cabeceo, y compensar la ausencia de timón de cola.
Las especificaciones del caza son tan desconocidas como lo avanzado de su desarrollo. De hecho, el J-50 comenzó a verse sólo unas semanas después de que Trump ganara las elecciones en Estados Unidos y, desde entonces, ha protagonizado algunas apariciones en las redes sociales chinas.
El compañero furtivo
Casi al mismo tiempo que el J-50, China también mostró al mundo el J-36, un segundo caza que también se integra dentro de la sexta generación de aeronaves que la Fuerza Aérea de Pekín tendrá próximamente.
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención es el tamaño del nuevo avión de China. Las cotas estimadas lo sitúan a medio camino entre un caza al uso y un bombardero de tamaño pequeño, lo que podría dar pistas sobre el potencial uso que dará Pekín a esta plataforma que podría inaugurar una nueva categoría de avión de guerra.
Otro de los puntos más relevantes es su planta y la configuración aerodinámica sin un estabilizador vertical tradicional. Exactamente el mismo planteamiento que el J-50 anterior y con propósito similar de pasar desapercibido a los radares enemigos.
El otro pilar sobre el que se sostiene la misteriosa aeronave es la motorización. En las imágenes se pueden apreciar 3 toberas de salida de gases que corresponderían con el mismo número de propulsores a bordo. Esta configuración es la que más ha llamado la atención de los expertos por razones muy dispares.

Captura de pantalla del vídeo. Omicrono
Una de las más extendidas es que China no haya sido capaz de desarrollar, por el momento, una planta motriz lo suficientemente potente como para integrar dos motores. De hecho, el diseño y fabricación de los propulsores para los aviones militares en general y de los cazas en particular son dos tareas pendientes y urgentes para Pekín.
Una de las posibilidades que manejan los analistas con este tercer propulsor es que realmente sea un scramjet. También llamado estratorreactor, este tipo de motor está diseñado para proporcionar empuje a velocidades muy altas en torno a la ventana de lo transhipersónico, unas tres veces la velocidad del sonido (4.000 km/h).