Drones Vampire ensamblados en Ucrania.

Drones Vampire ensamblados en Ucrania. 24United Media Omicrono

Defensa y Espacio

Así funciona una fábrica secreta de drones militares en Ucrania: ensamblan una unidad cada 23 segundos, 4.000 al día

En esta factoría de ubicación secreta se imprimen todas las piezas gracias a nada menos que 350 impresoras 3D a un ritmo endiablado.

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Es un hecho que los drones están copando de forma alarmante los conflictos modernos, ocupando titulares en España sobre su excesiva presencia en los combates. Potencias como Rusia o Ucrania se han vuelto tan dependientes de estos dispositivos que ya hay incluso drones con escopetas para acabar con otros drones, persiguiendo secretos militares que pueden cargar todo tipo de armamento, incluyendo bombas, para causar estragos. El medio United24Media ha desvelado cómo se fabrican estos drones, desvelando números impresionantes.

En un escueto reportaje de poco más de cinco minutos, el portal revela que Ucrania no solo tiene factorías secretas para construir algunos de los drones más innovadores de sus fuerzas armadas, sino que su ritmo de construcción y producción es endiabladamente rápido. Una de estas fábricas, situada cerca de Kiev, construye nada menos que un dron 'Vampire' cada 23 segundos. Esto equivale a una friolera de 4.000 drones de este estilo al día.

Para ello, los ucranianos se valen de 350 impresoras 3D que generan un ritmo de producción de varios millones de drones al año, un signo claro de la absoluta dependencia de las fuerzas armadas ucranianas sobre estos dispositivos aéreos. Todo ello, además, en un contexto de guerra abierta que obliga a los de Zelensky a ocultar estas fábricas a expensas de posibles ataques rusos.

Millones de drones al año

Si bien es cierto que se desconocen algunos detalles de esta factoría como su posición exacta, esta se encarga de producir a escala industrial tanto los drones FPV Vampires como los Shrike. La compañía a cargo de esta tarea es Skyfall, oriunda del país y que sirve como importante apoyo bélico para las fuerzas armadas ucranianas. Esta fábrica en concreto desarrolla y construye los drones Vampire, apodados por los rusos como 'Baba Yaga'.

Los Vampire son drones capaces de transportar hasta 15 kilos de material explosivo, y se postulan como la punta de lanza de las medidas ofensivas ucranianas contra los escudos aéreos rusos. Básicamente, son hexacópteros, que pueden llegar a alcanzar alturas de 400 metros y que cuentan con alcances de alrededor de 10 kilómetros. Fueron desarrollados en el contexto de la guerra de Ucrania contra Rusia, y se han convertido en los drones más temidos por las unidades rusas.

Factoría de fabricación de drones por dentro.

Se suelen usar en la noche, debido a que pueden operar sin que los sistemas de detección de drones rusos puedan avistarlos. Además, al ser drones de gran tamaño, los Vampire pueden servir para transportar suministros médicos o agua. A todo esto hemos de sumarle que son drones relativamente baratos y fáciles de modificar, lo que ayuda a que estos no supongan un esfuerzo en las arcas bélicas ucranianas.

Los operarios hablan de miles de drones bombarderos al mes, y en el caso de los drones FPV (First Person View), se pueden alcanzar cuotas de cientos de miles mensuales. Lejos de hacer una simple cadena de producción básica, los trabajadores de las factorías los ensamblan, los prueban y verifican su funcionamiento antes de ir directamente al campo de batalla. También comprueban que los drones puedan superar algunos problemas climáticos, como lluvias o vientos de altas velocidades.

Para muestra, un botón. Los Vampire pueden liberar hasta cuatro cargas explosivas al mismo tiempo. Evidentemente, no se pueden probar explosivos en esta fábrica, por lo que los trabajadores cargan paquetes falsos en los drones y prueban que estos se puedan liberar. No solo eso; desarrollan toda la tecnología en torno al propio dron, como sus sistemas para sobrepasar los sistemas electrónicos de detección e interceptación de vehículos aéreos rusos.

Hasta prueban la resistencia a ciertos elementos de estos drones, como la capacidad de los mismos de resistir el agua y de salir de entornos acuáticos en los que sus sistemas de propulsión queden completamente empapados. Todas las piezas de estos drones están impresas en 3D gracias a estas 350 impresoras 3D; son los trabajadores los que ensamblan los drones para llevarlos al campo de batalla.

En total, se estima que algunas de estas fábricas pueden fabricar hasta cinco millones de drones al año, bajo la idea de saturar al máximo posible a los enemigos con estos vehículos voladores de bajo costo y altas capacidades. Un signo inequívoco de cómo la guerra moderna se ha transformado, llevando a que los humanos lleguen a estar en un segundo y distópico segundo plano.