Cubierta de amianto

Cubierta de amianto Enrico Pargaetzi vía Wikimedia

Defensa y Espacio

Así se detecta el amianto desde el espacio: imágenes satélite con inteligencia artificial para erradicarlo

La legislación obliga a los ayuntamientos a catalogar todos los edificios con amianto con el fin de retirar y procesar el material de forma segura.

20 junio, 2023 04:04

A la prohibición de construcción con amianto que se implantó en España en 2002, le sigue ahora un plan para erradicarlo por completo de ciudades y pueblos. La inhalación de las fibras que componen este asbesto se ha demostrado nefasto para la salud, produciendo enfermedades muy graves como un tipo específico de cáncer de pulmón —denominado mesotelioma— o la conocida asbestosis pulmonar.

Según la Ley 7/2022, en abril de 2023 todos los ayuntamientos deberían haber creado un "censo de instalaciones y emplazamientos con amianto" junto con un calendario de retirada. Algo que, en muchas de estas instituciones públicas, todavía no se ha ejecutado.

Uno de los métodos más rápidos y efectivos para crear ese censo del amianto en las poblaciones es el que emplea satélites para su detección. "Podemos saber si hay amianto en una cubierta con un 99,9% de éxito", según ha contado a EL ESPAÑOL - Omicrono Abraham Olivares Larrea, gerente de ventas de Telespazio Ibérica.

Worldview 3, satélite que se emplea para la detección del amianto

Worldview 3, satélite que se emplea para la detección del amianto Maxar

Este tipo de compañías trabajan mano a mano con los operadores de satélites para obtener imágenes de la superficie prácticamente a la carta. Empleando los diferentes sensores a bordo se puede analizar la presencia de ese compuesto tan nocivo y ajustarla a las necesidades de cada ayuntamiento.

La firma del amianto

Analizar la presencia de amianto desde el espacio requiere una serie de especificaciones muy concretas. Una de ellas es la resolución —el tamaño de píxel— que se necesita para obtener un análisis lo suficientemente preciso como para ser de utilidad. Algo que también ocurre con las diferentes zonas del espectro electromagnético que son capaces de capturar.

"Nosotros estamos proponiendo una imagen de 30 centímetros de resolución con ocho bandas", prosigue Olivares. Una combinación que, según explica, es la más razonable para obtener el máximo rendimiento. Existen otras posibilidades que pueden alcanzar una mayor resolución en el tamaño del píxel, pero el análisis posterior sería más complejo y alargado en el tiempo como consecuencia de incrementar el tamaño de las imágenes.

En cuanto a las bandas del espectro electromagnético, Olivares indica que la combinación de las 3 del visible —el clásico RGB— con la de infrarrojos cercano no es suficiente. "Podríamos diferenciar teja cerámica o cubiertas con bituminosos, pero difícilmente se podría distinguir entre chapas grecadas de galvanizado y placas de amianto". Lo que resultaría en una gran cantidad de falsos positivos y negativos.

Mapa con presencia de cubiertas de amianto (en rojo)

Mapa con presencia de cubiertas de amianto (en rojo) Telespazio Ibérica

En consecuencia, "abogamos porque la imagen sea de 8 bandas" que van desde los 450 a los 800 nanómetros de longitud de onda. "Hemos identificado como características las bandas 3 y 7 de ese espectro". Cuando el amianto está presente en alguna cubierta, los sensores del satélite identifican un pico en esas dos zonas del espectro facilitando notablemente el trabajo de análisis.

Esta firma espectral tan característica del amianto se convierte entonces en la mejor aliada de los equipos de análisis en tierra firme. En el caso de Telespazio, este trabajo lo realizan desde las instalaciones que tienen repartidas entre Madrid, Barcelona y Vigo.

Un mapa detallado

Tras obtener las imágenes directamente desde los satélites, el siguiente paso está protagonizado por la inteligencia artificial. Telespazio en España ha desarrollado una serie de algoritmos capaces de analizar las instantáneas fijándose en las firmas espectrales y así detectar la presencia del amianto en las cubiertas.

Este proceso tan solo dura unas horas y los ordenadores las ejecutan de forma totalmente autónoma. El resultado de este trabajo algoritmo es un mapa detallado donde el amianto se destaca en color rojo.

Detalle de cubierta con amianto

Detalle de cubierta con amianto Telespazio Ibérica

El siguiente paso consiste en realizar un "cruce con el catastro para verificar el tema de la fecha de construcción". Según indica Olivares, no tiene sentido que salga como positivo en amianto un edificio construido hace 3 años cuando este material ya estaba prohibido. "Siempre sale algún pequeño falso positivo" que a su vez sirve al equipo técnico para retroalimentar el algoritmo y hacerlo cada vez más preciso.

El resultado final que se emite a la entidad pública tarda aproximadamente un par de semanas. Más allá de la obtención y análisis de imágenes satelitales "el mayor tiempo se va en la realización de los informes".

Las instituciones asignadas de cada comunidad autónoma deberán inspeccionar para verificar que se han retirado y enviado a un gestor autorizado. "Esa retirada priorizará las instalaciones y emplazamientos atendiendo a su grado de peligrosidad y exposición a la población más vulnerable", reza la Ley. "En todo caso, las instalaciones o emplazamientos de carácter público con mayor riesgo deberán estar gestionadas antes de 2028".

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