Soldados estadounidenses manejando la bomba MOP

Soldados estadounidenses manejando la bomba MOP Base aérea de Whiteman / USAF

Defensa y Espacio

MOP, el arma secreta de EEUU para reventar búnkeres: una gigantesca bomba de 13 toneladas

La Fuerza Aérea emplea este tipo de bomba extremadamente compleja y diseñada para penetrar y destruir bases militares a gran profundidad.

10 mayo, 2023 03:16

Las necesidades tan complejas que tiene que cubrir una bomba diseñada para destruir un búnker subterráneo convierten a esta munición en uno de los secretos mejores guardados de las potencias militares mundiales. Si bien España no cuenta con ningún modelo de este tipo, Estados Unidos se ha aupado como el país más especializado liderando su arsenal su bomba MPO de más de 13 toneladas.

El desarrollo de las siglas MPO es Massive Ordnance Penetrator (Penetrador Masivo de Artillería) y es el arma destructora de búnkeres no nuclear más potente y de alcance más profundo de cuantas se conoce, según recoge The War Zone. En un movimiento inesperado, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha publicado algunas imágenes en Facebook —ya eliminadas— donde se puede ver una MPO modelo GBU-57/B en la base de Whiteman, junto a varios operarios descargándola de un camión.

Estas instantáneas son de tan buena calidad que se puede ver la composición que ocupa la ojiva alto explosivo a bordo de la GBU-57/B. El ingrediente principal, con 2.081 kilogramos, es el AFX-757 que desarrolló el propio Laboratorio de la Fuerza Aérea estadounidense como un explosivo plástico creado para la producción de energía en la explosión. El segundo ingrediente son otros 341 kilogramos de PBXN-114, un compuesto similar.

B-2 Spirit desplegando una bomba MOP

B-2 Spirit desplegando una bomba MOP USAF

La base aérea de Whiteman es el centro de operaciones de parte de la flota de los bombarderos furtivos B-2 Spirit que actualmente son los únicos que pueden desplegar hasta dos unidades de este tipo de armamento antibúnker. También está previsto que el B-21 Raider pueda cargar en su bodega una sola unidad.

Explota búnkeres

El comienzo del estudio de esta bomba surgió tras la invasión estadounidense de Irak y la necesidad de contar con un arma capaz de destruir las instalaciones militares subterráneas más profundas. Hasta entonces, las fuerzas armadas de Washington D.C. contaban con otros sistemas que habían demostrado su eficacia, aunque con un poder de penetración que no aseguraba llegar a los búnkeres más profundos.

Bomba antibúnker MOP GBU-57

Bomba antibúnker MOP GBU-57 Boeing

El contratista de defensa Boeing se hizo finalmente con el programa de desarrollo de las MOP y en 2004 comenzaron las pruebas del arma. Los primeros test de vuelo se realizaron entre 2008 y 2010, al mismo tiempo que la compañía completaba la integración de la bomba con la aeronave B-2 Spirit.

Los últimos datos que aporta la Fuerza Aérea de Estados Unidos son en noviembre de 2015, cuando se habían comprado un total de 20 unidades de bombas antibúnker del mismo modelo. Sin embargo, Boeing ha ido creando diferentes versiones de la misma arma con unas diferencias que se mantienen en secreto.

"El MOP es un sistema de armas diseñado para [...] acabar con las armas de destrucción masiva de nuestros adversarios ubicadas en instalaciones bien protegidas", según las describen en la Fuerza Aérea. Más que en la propia carga explosiva, que representa aproximadamente un quinto de su masa total, el secreto de la bomba GBU-57 radica en su propia estructura.

Con una longitud de 6,2 metros de largo y 80 centímetros de diámetro, la gran densidad y resistencia del acero —denominado Eglin— con el que se fabrica la bomba es un factor determinante a la hora de penetrar hacia las instalaciones subterráneas. Al carecer de sistema de propulsión, la única energía cinética que recibe el arma proviene del despliegue en altura desde aeronaves y se combina con un sistema de guiado por GPS y alerones que dirige el ataque hacia el objetivo.

B-2 Spirit lanzando una bomba GBU-57

Esas casi 14 toneladas en caída libre son capaces de atravesar los primeros metros de superficie terrestre y, en el momento preciso, la espoleta acciona el explosivo de la ojiva. Los datos sobre las capacidades reales de la bomba son muy escasos, tan solo en una ocasión la Fuerza Aérea acotó el poder de penetración a unos 60 metros de profundidad antes de explotar. Los resultados de la explosión son desconocidos.

Los anteriores datos corresponden a una publicación de la Fuerza Aérea en 2007, cuando se estaban ejecutando las primeras pruebas. Por lo que esas decenas de metros de alcance subterráneo seguramente se hayan incrementado de forma notable en los últimos años.

La integración de la última versión desarrollada —la cuarta— data del año 2018, cuando Boeing completó la actualización del inventario existente, según Bloomberg. La modificación "ha mejorado el rendimiento contra objetivos duros y profundamente enterrados". Con esas palabras tan parcas de detalle explicó las nuevas capacidades Emily Grabowki, portavoz de la Fuerza Aérea. Actualmente se encuentran trabajando en la integración de una espoleta inteligente.

Bases subterráneas

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos han revelado en diferentes ocasiones la existencia de grandes bases subterráneas y túneles con fines militares en países como Irán, Rusia, China o Corea del Norte. En ellas, suelen guardarse y acondicionarse los arsenales e incluso pueden suponer bases de lanzamiento de misiles a través de silos excavados en la tierra.

Centro de mandos de NORAD en el búnker de la montaña Cheyenne

Centro de mandos de NORAD en el búnker de la montaña Cheyenne NORAD

Las propias fuerzas armadas estadounidenses cuentan con infraestructuras subterráneas desde hace décadas, siendo una de las más famosas la que sirve como centro de mandos del Comando de Defensa Aeroespacial de Estados Unidos y Canadá (NORAD) en la montaña Cheyenne (Colorado). Allí, desde la Guerra Fría, se encuentra un complejo excavado bajo unos 600 metros de granito con una extensión de 20.000 metros cuadrados.

El NORAD tiene el objetivo de monitorizar el espacio aéreo y coordinar todos los componentes para dar respuestas a incursiones no autorizadas, bien de aeronaves —militares y civiles— o incluso de OVNIS, como fue el caso de los objetos de origen chino que mantuvieron en vilo al país hace unos meses. También bajo el suelo se encuentran los misiles balísticos intercontinentales que el Pentágono tiene desplegados por diferentes puntos de la geografía.

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