Dos helicópteros rusos Mi-8MTPR-1

Dos helicópteros rusos Mi-8MTPR-1 Ministerio de Defensa de Rusia Omicrono

Defensa y Espacio

Así es el helicóptero ruso que escapa a los radares e inutiliza las defensas antiaéreas ucranianas

El helicóptero de guerra electrónica Mi-8MTPR-1 está jugando un papel clave en la estrategia rusa para eludir los sistemas defensivos de Ucrania.

15 octubre, 2022 01:34

El ataque contra el puente de Kerch y la subsiguiente 'lluvia de misiles' sobre ciudades ucranianas como Kiev han llevado el conflicto entre Rusia y Ucrania a un nuevo nivel. Tanto es así que Zelenski ha solicitado a EEUU el envío de NASAMS, el potente escudo antimisiles que Ucrania necesita para ganar la guerra del que también dispone España, porque la superioridad aérea de Rusia y su gran variedad de misiles y drones kamikaze (como los iraníes Shahed-136) están causando estragos en las defensas del país invadido por Putin.

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Uno de los elementos menos conocidos de los utilizados por Rusia para evitar la detección de sus aeronaves y misiles por parte de las defensas antiaéreas ucranianas son los helicópteros de guerra electrónica Mi-8MTPR-1. Estos incorporan una estación de interferencia Rychag-AV, que 'ciega' completamente los radares y sistemas de defensa enemigos en un radio de 150 kilómetros, por lo que pueden operar incluso desde el espacio aéreo ruso sin correr el riesgo de ser derribados.

Desde hace meses circulaban en redes sociales algunas imágenes y vídeos de esta aeronave sobrevolando el frente ucraniano, pero su participación en la guerra ha sido confirmada definitivamente por una foto publicada por el Ministerio de Defensa ruso. La instantánea en cuestión, en la que se ve a un piloto y el helicóptero, fue publicada en el canal de Telegram llamado 'Cazabombarderos', operado por el propio ministerio, el pasado 3 de octubre.

Sin defensas

El Mi-8MTPR-1 es una modificación del helicóptero de transporte de combate estándar Mi-8MTV-5-1, fabricado en Kazán. Es uno de los últimos modelos derivados de la familia Mil Mi-8, que lleva evolucionando desde los años 60 hasta la actualidad cumpliendo todo tipo de papeles, tanto civiles como militares. 

Los primeros helicópteros Mi-8 con el sistema Rychag-AV comenzaron a plantearse en torno a 2010 hasta que, en marzo de 2015, tres de ellos entraron en servicio en una unidad operativa del ejército ruso. Actualmente, Rusia dispone de entre 20 y 30 helicópteros Mi-8MTPR-1, distribuidos entre varias brigadas de aviación de las Fuerzas Aeroespaciales rusas (VKS), según informa The War Zone.

Fotografía de un piloto delante de un helicóptero Mi-8MTPR-1

Fotografía de un piloto delante de un helicóptero Mi-8MTPR-1 Ministerio de Defensa de Rusia Omicrono

Lo más interesante de esta aeronave es sin duda su sistema Rychag-AV, equipado con una completa base de datos que almacena información sobre el equipamiento militar de buena parte de los ejércitos del mundo. Así, la estación detecta los sistemas electromagnéticos en un radio de 400 kilómetros y selecciona la interferencia más eficaz para cada objetivo, pudiendo 'cegar' hasta 8 radares de manera simultánea siempre que se encuentren en su radio de alcance de transmisión, que llega a los 150 km.

Una vez lanzada la interferencia, los sistemas de defensa aérea del enemigo, incluidos los radares de control de fuego de los sistemas de misiles tierra-aire (SAM), se ven privados de la capacidad de detectar objetivos y dirigir misiles contra ellos. La potencia de radiación del Rychag es tan alta que la cabina del helicóptero está protegida con una rejilla especial para que esta no afecte a los pilotos.

En un vídeo publicado en junio, un piloto ruso explica que el sistema Rychag se utiliza "para suprimir las capacidades de defensa aérea, de todas las variantes, que se encuentran en el territorio vecino, tanto los sistemas occidentales como los antiguos sistemas soviéticos". 

Cómo funciona

En este modelo de helicóptero de guerra electrónica, la bodega de carga se divide en dos partes. En la parte trasera, más grande, se sitúa el enorme hardware asociado al sistema Rychag-AV, mientras el operador ocupa la parte delantera. Para realizar su tarea, el sistema cuenta con cuatro potentes antenas, situadas a ambos lados del fuselaje.

Bodega de un Mi-8MTPR-1 con el sistema Rychag-AV

Bodega de un Mi-8MTPR-1 con el sistema Rychag-AV KNIRTI Omicrono

El Rychag puede funcionar de forma totalmente autónoma, sin necesidad de la participación del operador, pero también cuenta con un modo semiautomático y un modo manual, para que el propio operador sea quien evalúe la situación y seleccione los objetivos a interferir.

Las dos antenas más próximas a la cabina son receptores, que se encargan de detectar los radares enemigos en funcionamiento y determinan su tipo y ubicación exacta. Las otras dos antenas, localizadas en la parte trasera, son las que emiten radiación para 'cegar' los radares detectados.

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El Rychag no sólo es efectivo contra plataformas de tierra, ya que también puede inutilizar los radares de las aeronaves enemigas, ofreciendo protección no sólo a los cazas, helicópteros y drones, sino también a las tropas terrestres que, de otro modo, podrían sufrir un ataque aéreo.

El helicóptero también cuenta con contramedidas, como lanzadores de bengalas montados en las ventanas traseras a ambos lados del fuselaje. En caso de que el sistema detecte la proximidad de misiles antiaéreos guiados por infrarrojos, lanza las bengalas para que sirvan como señuelo.

El helicóptero ruso Mi-8MTPR-1

El helicóptero ruso Mi-8MTPR-1 Ministerio de Defensa de Rusia Omicrono

A una distancia de hasta 150 kilómetros, la potencia radiada es de 105 kW contra cada objetivo, más que suficiente para inutilizar algunas de las plataformas antiaéreas de las que dispone Ucrania. El sistema tiene un peso total superior a los 1.200 kg, y el helicóptero totalmente equipado puede permanecer en el aire durante 2 horas y media.

La guerra electrónica

Desde los tiempos de la Unión Soviética, Rusia se ha especializado en el diseño y desarrollo de sistemas de guerra electrónica, hasta el punto de ser la principal potencia mundial en este campo. Desde 2015, según el Ministerio de Defensa ruso, más de 700 sistemas EW (electronic warfare, por sus siglas en inglés) de última generación han entrado en servicio.

Así, el país gobernado con puño de hierro por Vladímir Putin ha incrementado el tipo y el número de sistemas enemigos que pueden verse afectados por acciones de guerra electrónica, mientras su alcance ha aumentado casi 4 veces.

Probada su eficacia en conflictos como el de Siria o en las acciones en apoyo de las regiones prorrusas de Ucrania desde 2014, algunas de sus plataformas han sido noticia en los últimos meses. Es el caso del Krasukha, uno de sus sistemas más avanzados para 'cegar' aviones, drones y satélites espías, que cayó en manos de tropas ucranianas el pasado marzo.

Krasukha-4

Krasukha-4 Ministerio de Defensa de Rusia

El también conocido como 1RL257, se compone en su versión completa de un par de vehículos basados en camiones todoterreno Kamaz. Al igual que el Mi-8MTPR-1, basa su eficacia en emitir radiación electromagnética a través de sus antenas para cegar los sensores enemigos. Así, el Krasukha puede detectar y bloquear radares de vigilancia, sensores electroópticos aerotransportados, buscadores de radar activos y los altímetros que se instalan en los misiles.

Asimismo, la cobertura del sistema de guerra electrónica ruso puede interferir en satélites espías situados en la órbita baja de la Tierra, impidiendo que tomen datos o imágenes del área en la que está actuando, para evitar la localización de bases secretas o silos de misiles, por ejemplo. Algunos reportes también señalan su capacidad de dañar permanentemente algunos equipos de guerra electrónica y de comunicaciones.

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