Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

Análisis y Pruebas

Análisis de Ninja CRISPi, la freidora de aire modular con la que llevarte la comida recién hecha al trabajo fácilmente

Este dispositivo ofrece versatilidad extrema para los usuarios que no tienen tiempo como para prepararse la comida de forma convencional.

Más información: Adiós al horno: he probado la freidora de aire que cambia el juego con su cesta de 10 litros para cocinar dos recetas a la vez

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Si hay un dispositivo que realmente haya explotado en popularidad en España, son sin duda las freidoras de aire. Casi cualquier casa ya tiene una, y estas últimas semanas la mía no ha sido la excepción, disfrutando de la nueva Ninja CRISPi.

Es más que probable que conozcan los dispositivos de Ninja a nada que hayan estado navegando por Internet. A su viral máquina de helados tuvimos que sumarle una brutal freidora de aire capaz de cocinar hasta cuatro platos al mismo tiempo.

En mi caso, he podido cocinar todos mis platos con el combo Ninja CRISPi, que promete ser la máquina viral del momento gracias a su idea central: poder cocinar en cualquier lugar y llevarnos la comida prácticamente hecha en formato tupper.

La Ninja CRISPi: modular y práctica

Solo con ver esta Ninja CRISPi nos damos rápidamente cuenta de que efectivamente, este no es un producto convencional. Nada más lejos de la realidad, ya que no solo vemos recipientes transparentes, sino varios módulos y piezas sueltas.

Una freidora de aire convencional dispone de los elementos para generar calor unidos a un ventilador en un único cuerpo cerrado, que no permite ver lo que estamos cocinando. Todo está empacado en una misma unidad, a la cual solo se le puede retirar el cestillo.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

La Ninja CRISPi cambia por completo esta fórmula. La propuesta de Ninja es separar todos estos elementos en unidades independientes, y que la freidora de aire como tal se pueda retirar y acoplar en los recipientes.

Básicamente, la Ninja CRISPi viene incluida con varios recipientes, dependiendo del pack que hayamos escogido. Nosotros hemos probado la variante con dos recipientes, de 1,4 y 3,8 litros.

Estos recipientes son a efectos prácticos los cestillos de la freidora de aire. La diferencia es que en lugar de tener que retirar los cestillos, nosotros debemos posicionar la freidora de aire sobre los recipientes y calentar sus alimentos.

Un ejemplo práctico. En una freidora de aire normal, ponemos los alimentos (unas patatas, por ejemplo) en la cesta, la introducimos e introducimos los valores. En la Ninja CRISPi, debemos poner los ingredientes en el recipiente y poner la freidora encima.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

El sistema reconocerá que está posicionado sobre uno de estos recipientes. Sin clics, sin enganches. Simplemente ponemos la CRISPi sobre el recipiente, elegimos el modo y el tiempo, y la comida se calentará.

En este sentido, el factor modular juega un papel clave. El tamaño de la CRISPi está adaptado al recipiente de 1,4 litros para que simplemente pongamos la freidora encima suya. Si queremos adaptarla al recipiente de 3,8, tendremos que usar un utensilio muy sencillo de acoplar.

¿Por qué toda esta parafernalia? La genialidad de este concepto no es solo la cuestión modular, sino que los recipientes también sirven como tuppers de comida. El objetivo no es otro que poder transportar todo lo que cocinemos prácticamente al momento.

Todos los recipientes incluidos están confeccionados en cristal, de alta calidad y resistentes al calor y a los cambios de temperatura. En la caja se incluyen tanto las bandejas para cocinar los ingredientes como tapas especiales para el transporte.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

Por si fuera poco, los recipientes son totalmente aptos para el lavavajillas, e integran un diseño que es todavía más ingenioso si cabe. Como veremos a continuación, la filosofía de uso de esta CRISPi es magistral.

Imaginemos que queremos usar el recipiente de 1,4 litros para hacer una comida rápida que llevarnos al trabajo. Ponemos los ingredientes en su interior, situamos la CRISPi sobre el recipiente, sin tapa, para ponernos a cocinar.

Elegimos el modo (que a efectos prácticos, hace las veces de temperatura) y el tiempo. De nuevo, no hay nada de clics en este proceso; solo tendremos que poner la CRISPi sobre el recipiente y que haga su magia.

Cuando la comida está cocinada, en lugar de tener que transportarla a un recipiente, simplemente tendremos que esperar a que se atempere un poco y ponerle la tapa correspondiente al mismo recipiente en el que hemos cocinado la comida. O comerla directamente en dicho recipiente.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

Y listo. El propio recipiente cuenta no solo con una bandeja que filtra la grasa de los alimentos, sino un pequeño conjunto de pestañas y patitas que facilitan enormemente el proceso de comer directamente desde él.

Dado que tenemos que poner la freidora de aire sobre el recipiente, podemos cocinar en prácticamente cualquier lugar de la casa. Incluso si queremos, podemos poner el recipiente en la nevera con la comida dentro y su tapa puesta.

A efectos prácticos, disponemos de una freidora de aire portátil, con una potencia similar a la de una máquina convencional. Pero los ingenios en el diseño no se limitan ahí, ya que casi todos los detalles están bien pensados.

Los detalles marcan la diferencia

¿Qué ocurre si queremos usar el recipiente de 3,8 litros? Obviamente, la CRISPi está adaptada en diseño al recipiente más pequeño. Para ello, solo tenemos que usar un anillo adaptador que se acopla con un simple gesto.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

No tiene pérdida. Acoplamos el anillo adaptador y de repente, el tamaño está totalmente adaptado al recipiente mayor. En esencia, con una misma máquina podemos usar cualquier recipiente en apenas segundos.

El funcionamiento es básicamente el mismo, pero con más espacio para introducir más ingredientes. Las mismas propiedades de resistencia, los mismos elementos de transporte, etcétera.

Ninja ha tenido en cuenta todos los peros de este diseño modular y los ha solucionado. Ante la perspectiva de tener que levantar y posicionar la CRISPi sobre los recipientes, el usuario solo tiene que dejar la freidora encima de cualquier superficie.

La freidora tiene un pequeño set de patitas que elevan el elemento calefactor por encima de una superficie. Esto cumple dos funciones. La primera, evitar que la resistencia pueda dañar la madera de una mesa o la porcelana de una encimera.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

La segunda, nos evita tener que poner la freidora siempre en un lugar especial. Nada más usarla, podremos dejarla sin riesgo alguno sobre estas superficies, sin preocuparnos. Aquí entra en juego la ventaja de no tener acoples o clics de ningún tipo.

Si nos olvidamos del anillo adaptador, nos encontraremos con que el proceso de acople de la CRISPi sobre los recipientes es absurdamente sencillo. Levantar, posicionar, establecer el tiempo y la temperatura, esperar y levantar. Así de fácil.

Debido a que agarramos la CRISPi en el módulo de controles, es fácil orientarla para posicionarla correctamente. Debido a la forma de la freidora y sobre todo la de los recipientes, es imposible equivocarse en la posición.

Un punto importante es que la freidora no permite expresamente cambiar la temperatura a la que freímos los alimentos, basándose en un conjunto de modos dedicados para cada situación. El tiempo sí lo podemos controlar.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

En total, tendremos acceso a cuatro modos que nos otorgarán un rango de temperaturas entre los 70 y los 200 grados. El primero, el más bajo, permitirá mantener los alimentos calientes en todo momento.

El segundo modo, Recrisp, permite recalentar restos pero con un calor más suave, pensado para vegetales y platos precocinados. Le sigue el modo Roast, para carnes y cortes especiales para acabar en el el modo Air Fry más convencional.

Como ya se podrá imaginar, el sistema de ajuste de la CRISPi es ridículamente fácil de establecer. Se sitúa la freidora, se elige el tiempo de cocción y el modo, y se pulsa sobre el botón START. Si pulsamos otra vez sobre él, podremos pausar la cocción.

No faltan los clásicos avisos sonoros de comienzo y de final de cocinado que nos avisan a la hora de utilizar la Ninja CRISPi. Y es que no, no es un dispositivo inteligente o conectado de ningún tipo.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

En términos de rendimiento, debemos decir que la Ninja CRISPi funciona bastante bien. Si bien es cierto que no contamos con un gran rango de temperaturas en esta freidora de aire, se desenvuelve bien con casi todos los alimentos.

Afortunadamente, Ninja ha incluido en la caja una start guide que también hace las veces de recetario, perfecto para comenzar a utilizar la freidora de aire con una serie de guías tremendamente útiles.

¿Me la compro?

La Ninja CRISPi es un dispositivo único, que en su versión más básica se puede encontrar por 179 euros. Actualmente, se pueden encontrar ofertas que incluyen más recipientes de distintos tamaños.

Cabe aclarar que todos los modelos que elijamos serán exactamente iguales, con la diferencia de que podremos optar a comprar más recipientes. Solo en dos tamaños, ojo, de 1,4 y 3,8 litros respectivamente.

La Ninja CRISPi no solo aspira a convertirse en el próximo dispositivo viral del momento, sino en una solución perfecta para aquellos sin tiempo físico en su día a día. Que quieren llevarse la comida aún caliente casi después de haberla cocinado.

Ninja CRISPi.

Ninja CRISPi. Manuel Fernández Omicrono

Si usted es un usuario que realmente necesita esta facilidad de uso en su día a día y desea llevarse la comida ya hecha de su casa en un factor de forma fácil de transportar, entonces no lo dude. La Ninja CRISPi es su máquina, sin lugar a dudas.