Fotomontaje de Pamela Scheurer en una imagen de una mujer explicando unos códigos informáticos. IA
Una empresaria digital, sin rodeos ante la falta de mujeres ingenieras: "Nosotras mismas nos boicoteamos"
Esta ingeniera computacional achaca al síndrome de la impostora que las mujeres no se presenten a puestos tecnológicos, pero rechaza los cupos.
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Pamela Scheurer es una empresaria especializada en inteligencia artificial y Big Data que se ha convertido en un ejemplo para romper roles de género. Ella es una excepción porque, históricamente, las profesiones tecnológicas han sido desempeñadas por hombres.
En España, solamente el 23% de los profesionales en puestos de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son mujeres, según un estudio de la consultora de Recursos Humanos Michael Page.
La CEO y cofundadora de Nubimetrics, compañía de comercio electrónico, ha abordado en una conferencia en Argentina la subrepresentación de mujeres en equipos tecnológicos. ¿El motivo? "El síndrome de la impostora, nos boicoteamos nosotras mismas", asegura.
Las ingenieras, a atención al cliente
En su empresa actualmente solo hay "dos mujeres de 32 personas en el equipo de tecnología" y que el problema comienza durante el proceso de selección. Cuenta que en un puesto de ingeniero de IA "se presentaron 5 hombres y para un puesto de atención al cliente se postularon 37 ingenieras".
Durante su discurso explicó el motivo por el que cree que, a pesar de estar cualificadas, no se presentaron a la oferta de ingeniera. "Me decían que como no tenían tanta experiencia preferían meterse a atención al cliente para luego ir escalando y, si se ganan la oportunidad, presentarse".
La emprendedora argentina, por su parte, respondió de forma contundente: "El Himalaya se escala por aquí, no hay que darle dos vueltas a la manzana antes", en alusión a que el camino que debían coger era empoderarse y postularse al puesto de ingeniería.
Scheurer considera que esta mentalidad se debe a que las mujeres, en general, "no se sienten calificadas". Ella, en cambio, tuvo la capacidad para rebelarse ante el orden establecido y romper la barrera de género de las profesiones tecnológicas.
¿Cupos?
Estudió la carrera de ingeniería en computación en una carrera con 27 mujeres y solo 3 varones, en contraste con la tendencia habitual de que los hombres copen las plazas de estas licenciaturas. Por eso, "el camino natural para mí estaba claro: o fundo mi compañía o soy gerente de sistemas".
De este modo, al no haber vivido la complejidad para que las mujeres accedan a este tipo de profesiones, se dio de bruces con la realidad cuando se presentó como Directora de Tecnología de su compañía en Buenos Aires. "Me miraron raro", afirmó en el coloquio de IAE Business School.
Sin embargo, se muestra contraria a imponer a las empresas cupos de mujeres porque no vale "únicamente con ser chica", sino que se debe apostar por el "mejor candidato".
Al final de la charla, ha lanzado un mensaje motivacional a todas aquellas que quieran sembrar su grano de arena en el mundo tecnológico. "Lograrlo depende de nosotras 100%, animémonos, basta de síndrome del impostor y no hagamos caso a lo que nos dice alguien que tiene el síndrome", sentencia.