Aunque en tu día a día Internet sea una cosa tan normal casi como el respirar, se necesita una estructura repleta de recursos para que este servicio siga funcionando. Especialmente sabiendo que miles de millones de usuarios harán uso de él en sus hogares. Ahora le ha tocado a Google recordar esta idea.

Pero, ¿por qué? Urs Hölzle es el vicepresidente senior de infraestructura técnica de Google, y nos ha deleitado con una historia que llama mucho la atención. Urs destaca cómo anoche Google notó "interrupciones frecuentes" 'flaps' en una ruta de fibra de varios terabits que atravesaba Oregón, Estados Unidos.

Esta parte de la red aprovecha los cables de fibra conectados a las líneas de tensión que se sitúan en el aire. Estos se cayeron por motivos aún desconocidos posteriormente. Y no, este hecho no fue el causante de dichos 'flaps': fueron las vacas.

Las vacas provocaron cortes

Según cuenta el propio Urs en su cuenta de Google, lo que provocó dichos flaps no fue el hecho de que se cayesen los cables, sino lo que pasó a continuación. Hablamos de una zona rural por la que pasan un montón de ganaderos, y Google descubrió que esta infraestructura de "escala planetaria" se enfrentaba a interrupciones momentáneas porque unas vacas pastando pisaban los cables.

La fibra siguió funcionando, y no parece haber ido a más, ya que no se determinó que este fue el problema hasta que no mandaron a unba persona a comprobar qué ocurría. Sorprendentemente, la fibra no se rompió pese al pastar de las vacas y al estar en el suelo. La anécdota quedó en la restauración de los cables.

Imprevistos en la red

Vacas pastando.

Urs bromea asegurando que si bien esta infraestructura es enorme, los cables que la conforman se enfrentan a montones de problemas al estar en la intemperie. Los enlaces de fibra aérea suspendidos tienden a ser menos confiables "porque las tormentas, los árboles, el hielo y un cazador ocasional pueden dañarlos".

Ninguno de los tweets explican si el problema de las vacas provocó más problemas, o si fue lo suficientemente grave como para haber contribuido a cualquier interrupción que afectase a los usuarios. En tal caso, se deberían investigar las consecuencias de dichos cortes.

Las infraestructuras de esta clase son bastante sensibles, y cualquier fallo en ellas puede provocar estragos a muchos niveles. Una divertida historia que nos recuerda que tener Internet en casa depende de algo más que el router que tenemos en nuestro salón.

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