Si estás pensando en cambiar de línea, puede que te interese buscar la conexión a Internet más rápida del mercado; pero por mucho que busques, nunca podrás llegar a los niveles a los que han llegado unos investigadores australianos.

Con un pico de 44,2 terabits por segundo, se trata de la conexión más rápida jamás conseguida para la comunicación de datos por una red; equivaldría a una tasa de descarga de nada menos que 5,525 terabytes por segundo.

En efecto, eso significa que con una conexión semejante podrías llenar un disco duro de 5 TB en sólo un segundo, y aún te faltaría espacio. Claro, que conseguir eso sería imposible.

La conexión a Internet más rápida

Y es que las conexiones rápidas a Internet no sirven de mucho si los dispositivos que se  conectan no lo son; si intentases usar esta conexión con un ordenador convencional, primero tendrías el cuello de botella de la conexión Ethernet que viene en tu placa base. Incluso si usases una tarjeta específica, la placa base y el almacenamiento no estarían a la altura.

Por lo tanto, la investigación de las universidades de Monash, Swinburne, y RMIT en Australia representa algo que probablemente no disfrutaremos en mucho tiempo. Y es que aún no hemos hablado de la conexión en sí.

Un detalle importante es que la conexión se ha realizado con fibra óptica convencional ya instalada, a una distancia de 75 kilómetros; la única modificación necesaria sería el chip desarrollado por los investigadores, por lo que, al menos en teoría, no haría falta cambiar la red de fibra ya existente para disfrutar de esas velocidades.

Usando la fibra actual

El secreto de semejante velocidad está en la generación de 'micro-peines' ópticos, generados con resonadores instalados a lo largo de la fibra óptica. Dicho de manera más sencilla, se trata de una manera más eficiente de transmitir datos a través de una fibra óptica.

Los resonadores usados para mejorar la eficiencia de la conexión de fibra óptica A. Coillet Omicrono

Hay que tener en cuenta que los 44,2 Tbps se consiguieron con el envío de datos en bruto; así no es como funcionan las conexiones a Internet. En pruebas reales, la velocidad máxima obtenida fue de 39 Tbps, que tampoco está nada mal.

El hecho de que se puedan aprovechar las instalaciones de fibra existentes puede ayudar a la adopción de esta tecnología, aunque es evidente que por ahora no hay mucha demanda para una subida tan extraordinaria. Por el momento, los investigadores se están centrando en comprobar qué sería necesario exactamente para aplicar esta tecnología a la fibra actual, de cara a la futura producción de chips aceleradores.

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