La nueva propuesta de ley de Podemos contra las publicaciones en Internet que discriminen contra colectivos LGTB tiene buenas intenciones; pero las consecuencias serían desastrosas para la libertad de expresión.

Es muy triste decir que ya estamos acostumbrados a que los políticos intenten controlar Internet, pero es la verdad. He perdido la cantidad de ocasiones en las que el gobierno de turno se ha saltado a los jueces para imponer sus propios objetivos.

La manía de los políticos de quitar de Internet lo que no les gusta

En concreto, esto parece ser ya una tradición en España con cada nueva legislatura. Desde la Ley Sinde hasta la Ley Mordaza, pasando por la ley Wert. Todos estos textos, escritos con la única intención de hacer que un funcionario haga el trabajo de un juez; ignorando de paso aquel concepto tan bonito de la separación de poderes.

bandera gay

Lo peor es que esto parece ocurrir independientemente del espectro político, como acaba de demostrar el grupo Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea.

Inicialmente, la propuesta de ley presentada hoy está dirigida claramente a proteger al colectivo LGTB. Personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales siguen sufriendo día a día una discriminación injustificada que no sufren otros colectivos.

En qué consiste la ley de Podemos contra las publicaciones en Internet

La causa es justa; la manera en la que Podemos quiere cumplirla no lo es tanto. Lo que el partido propone es que la propia administración se encargue de perseguir y multar a las personas que cometan delitos de odio contra el colectivo LGTB.

De esta manera, los funcionarios podrían saltarse a los jueces y tomar la decisión de quién merece una multa y quién no. El texto recoge una serie de infracciones que, de convertirse en ley, podrían acarrear multas de entre 3000 y 45000 €.

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Las infracciones leves llegan a los 3000 €, e incluyen proferir expresiones ofensivas o vejatorias. Las infracciones graves llegan hasta los 20000 € e incluyen el caso que afecta más a los internautas:

“Difundir en Internet o en las redes cualquier tipo de expresiones, imágenes o contenidos que sean ofensivas o vejatorias por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género o características sexuales contra las personas LGTBI o sus familias”

En efecto, podríamos recibir una multa de hasta 20000 € si un funcionario decide que el tuit que hemos escrito resulta ofensivo contra el colectivo LGTB, o si compartimos un “meme” de mal gusto dirigido contra este colectivo.

Las infracciones muy graves, con multa de hasta 45000 €, se reservan a los casos de despido por orientación sexual, la humillación y el fomento de la violencia. Además de esas multas, el texto también permite sanciones accesorias como perder las ayudas públicas que estemos recibiendo.

El contenido publicado será retirado, y si la página web que lo ha publicado se centra exclusivamente en publicar este tipo de contenido, será cerrada.

Una ley potencialmente inconstitucional

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Independientemente de que estas multas sean correctas contra aquellos que discriminan al colectivo LGTB (a mi me parecen bien, desde luego), es imposible defender la ley tal y como está escrita.

Como apuntan en Bufet Almeida, el Poder Judicial es el que debería decidir qué es libertad de expresión y qué es un acto de odio. No podemos dejar este difícil y vital trabajo a un funcionario cualquiera, porque corremos el riesgo de vulnerar la Constitución Española.

De hecho, la propia Constitución recoge en el artículo 20 que las publicaciones sólo podrán ser “secuestradas” por orden judicial. Esta ley no solo sería dañina para la libertad de expresión, sino potencialmente inconstitucional.

Podemos pierde de vista a los que la pusieron donde está

De la misma manera que la ley Mordaza y la ley Sinde eran malas leyes por saltarse los jueces; lo mismo podemos decir de esta ley de Podemos.

Da la sensación de que, en su ansia de luchar contra el odio, se han olvidado de algo tan importante como la separación de poderes; en definitiva, cometiendo los mismos errores de siempre, que se suponía que Podemos no iba a cometer.

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Por el momento el texto es sólo una propuesta de ley. Pero ya ha servido para que muchos en redes sociales empiecen a renegar de la formación. Fue en Twitter, en Facebook y otras webs donde nacieron los movimientos sociales; que a su vez dieron lugar a Podemos.

Hoy Podemos es “otro partido más”, “otros políticos que hacen lo que les da la gana”. Hoy Podemos ha perdido, al menos un poquito, su razón de ser.