Esta semana hemos celebrado el aniversario de BitTorrent, el protocolo que cambió completamente el panorama de las descargas en Internet.

Pongamos que quiero compartir un archivo contigo por Internet. Esto es más difícil de lo que podría parecer, sobre todo hace 20 años cuando no teníamos muchas de las tecnologías que ahora disfrutamos.

Básicamente teníamos que ir “a lo bruto”, y conectar los dos ordenadores directamente usando alguno de los protocolos disponibles; pero ¿y si queríamos compartir el archivo con más gente? Normalmente no teníamos más remedio que montar un servidor (de FTP, por ejemplo), con todos los costes y gasto de tiempo que ello conlleva. Al final, era más sencillo grabar el archivo en disquetes o CDs y entregarlos físicamente a la persona en cuestión.

Cómo nació BitTorrent

En la década de los 90 nacieron varios proyectos que intentaron resolver esta cuestión, ya que cada vez había más empresas que no podían depender de las entregas físicas para todo lo que hacían. No podemos olvidar la piratería; aunque siempre ha existido, fue en esta época con la popularización de Internet, que la piratería empezó a proliferar mucho más de lo que estábamos acostumbrados.

emule

Así nació Napster, que nos permitía descargar cualquier canción que nos interesase, y aparecieron los primeros proyectos P2P que partían del concepto de que teníamos que compartir además de descargar. eDonkey, eMule, Kazaa, son programas que pertenecen a esta generación, y que en su momento eran la referencia absoluta para compartir archivos.

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Cohen había trabajado anteriormente en desarrollar MojoNation, un programa diseñado para distribuir archivos demasiado grandes para las conexiones de aquel momento. El programa se encargaba de dividir el archivo en trozos más pequeños y cifrados, de tal manera que para conseguir el original tenías que obtener todas las piezas, que estaban repartidas entre distintos ordenadores o servidores.

Este método de distribución era muy útil porque así no teníamos que estar conectados a un sólo ordenador durante toda la duración de la descarga, sino que podíamos conectarnos con varios ordenadores al mismo tiempo, mejorando la velocidad.

Para Cohen, esta idea tenía mucho más potencial del que tenía en MojoNation, y decidió dejar su trabajo para aplicarla a los programas P2P. Por aquel entonces, la mayoría de programas P2P dependía de una sola fuente, o “peer”, cada vez que queríamos descargar un archivo.

modem

Así que dependíamos de que la persona que tenía el archivo tuviese el ordenador encendido y que tuviese una buena conexión a Internet. El resultado era una experiencia muy variable; si poníamos un archivo a descargar lo podíamos tener en minutos o en días e incluso semanas, y teniendo en cuenta que por aquel entonces aún usábamos módems, no era precisamente perfecto.

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En cambio, BitTorrent, no depende de una sola fuente para conseguir el archivo, sino que lo obtiene juntando distintas partes, cada una de fuentes diferentes, hasta que forma el archivo completo. Si usas un programa de descarga de torrents, es posible que tenga una función semejante a esta de qBittorrent (uno de los mejores programas de descarga de torrents que puedes usar):

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En la parte de “Progreso”, podemos ver las partes del archivo o archivos que se han descargado (azul), las partes que se están descargando (verde), y las partes que aún no se han descargado (blanco). En la parte de “disponibilidad”, podemos ver qué partes tienen los pares (“peers”) a los que estamos conectados, es decir, los usuarios que están compartiendo este archivo. En este caso, está completamente en azul, lo que significa que el archivo completo está disponible, pero si por cualquier razón faltase una parte, se mostraría en blanco.

Así es como funciona el protocolo BitTorrent, y por eso su popularidad es tan grande; al no depender de una única fuente, podemos descargar partes de varias fuentes al mismo tiempo. Si una fuente no se conecta, no pasa nada, podemos conseguir las fuentes de otra, y así hasta que completemos el archivo. Y lo mejor es que no tenemos que esperar a que termine la descarga del archivo para compartirlo, en cuanto nos descargamos una parte, empezamos a compartirla con otros usuarios.

Con todo esto, no debería extrañarnos que el protocolo BitTorrent sea tan usado para piratear archivos, aunque Cohen asegura que inicialmente lo creó para compartir distribuciones Linux, y que nunca ha usado su propio programa para violar derechos de autor.

BitTorrent, ¿es sólo para piratear?

Es un punto de vista que Cohen ha reiterado constantemente, desde que fundó la empresa BitTorrent Inc. y se centró en ofrecer programas basados en el protocolo que hacen mucho más que descargar y compartir archivos; desde mensajería instantánea a streaming en directo, la versatilidad de BitTorrent está fuera de toda duda, aunque ninguno de estos programas ha llegado a triunfar como lo han hecho BitTorrent y uTorrent, los programas de descarga de torrents de la compañía.

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No es como si BitTorrent no se haya enfrentado a sus propios desafíos, claro, aunque poco a poco va saliendo adelante. Por ejemplo, una de las grandes críticas que ha recibido el protocolo es la necesidad de descargar un archivo .torrent de una web con la información del archivo que queremos descargar; los enlaces magnet fueron la respuesta, cadenas de caracteres que incluyen esos datos sin necesidad de descargar un archivo.

La necesidad de usar un “tracker”, un servidor central que sigue quién está descargando y compartiendo archivos, también ha sido criticada por ser el talón de Aquiles del protocolo.

El aniversario de BitTorrent, una buena oportunidad para mirar a su futuro

Pero sin duda, el mayor peligro para BitTorrent está fuera de la red, en las leyes y acciones de las compañías propietarias de derechos de autor, que ignoran completamente que BitTorrent es un protocolo que puede ser usado (y es usado) para mucho más que piratear.

desbloqueo candado

Es especialmente preocupante que las últimas reglas de neutralidad de la red propuestas por la Unión Europea dejen fuera un aspecto tan polémico como el bloqueo o la regulación de tráfico BitTorrent, lo que daría vía libre a las operadoras para limitar la cantidad de datos que podemos descargar por BitTorrent, por ejemplo, o incluso bloquearlo completamente.

El futuro de BitTorrent es, por lo tanto, dudoso. Pero si hasta ahora el protocolo ha conseguido evolucionar y cambiar lo suficiente como para sobrevivir, no hay motivos para pensar que no podrá hacerlo cuando reciba el próximo golpe.