El WASD se ha convertido en el método natural de manejar nuestro personaje en los videojuegos, ¿pero cómo hemos llegado hasta ahí?

Cuando nos ponemos a jugar al ordenador, y una de nuestras manos está fija en el ratón, automáticamente nuestra otra mano pasa a estar en el lado izquierdo del ratón para poner nuestros dedos sobre el WASD. Esas cuatro teclas se han convertido en el método por defecto para controlar un personaje en un videojuego, por ejemplo, además de que ayuda su cercanía a otras teclas como el Shift o el Control.

Sin embargo, aunque sea algo que tienen más que interiorizado los que están acostumbrados a jugar con un teclado, no siempre ha sido así: hubo una época en la que los jugadores no tenían ese “estándar”, y probaban todo tipo de combinaciones que hoy consideraríamos como una locura.

¿De donde surgió el WASD?

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Ubicar el origen del WASD es complicado, aunque muchos lo sitúan en la época de Doom, según podemos leer en PCGamer. Por aquella época sólo se usaba el teclado para jugar, la introducción del ratón como modo de controlar la visión fue toda una revolución para los jugadores, y cada jugador trataba de crear su propia configuración de teclas para conseguir ventaja. Esto hacía que nos encontrásemos combinaciones como EDSF, ZXC, ASDX o incluso ZXCV.

Dennis ‘Thresh’ Fong hizo historia en 1997 cuando se llevó el Ferrari 328 de John Carmack, al ser el ganador del torneo de Quake llamado ‘Red Annihilation’. Fong no inventó el WASD, pero fue uno de los jugadores que lo hizo popular y que, en cierta parte, contribuyó en convertirlo en un estándar. Después de eso, juegos como Half-Life lo empezaron a introducir por defecto y el WASD empezó a ser un “conocimiento estándar” entre los jugadores de videojuegos.

¿Qué alternativas existen al WASD?

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El principal ‘rival’ del WASD, defendido por personalidades como Gabe Newell (cofundador de Valve), es el ESDF; sigue siendo una T invertida como el WASD, sólo que se sitúa más cerca del centro del teclado que al borde izquierdo. Gabe Newell defiende que esta configuración se acerca más a las teclas que se suelen teclear, mientras que el ‘clásico’ WASD aleja la mano de estas teclas típicas.

Tampoco tenemos que salir de Valve para encontrar otros métodos de control; Dario Casali, desarrollador de Half-Life, afirma que prefiere ASXC porque le resulta más natural, aunque admite que su configuración resulta chocante a primera vista. Además, existen otros modos de configurar el teclado, como recurrir al IJKL o al DCAS.

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En cualquier caso, la gran mayoría de juegos nos permiten configurar las teclas que queremos usar para cada movimiento, por lo que siempre podremos adaptar un juego a nuestro modo favorito de control; no tenemos por qué quedarnos con el estándar y podemos incluso experimentar. ¿Cuál es vuestro método de control favorito?

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