La nueva idea de Google es tal vez la más loca de las que ha presentado hasta ahora: un dispositivo en el ojo.

No, no me refiero a un aparato como las Google Glass que se colocan cerca del ojo. Me refiero a que estará dentro del ojo, y si de repente te has mareado sólo de pensarlo, será mejor que no sigas leyendo.

¿Estás ahí? Bien, vamos a aclarar algunas cosas. Para empezar, todo esto lo sabemos gracias a una patente registrada por Google, así que no es seguro que se vaya a hacer realidad. Como ocurre con la mayoría de las patentes registradas en EEUU, las compañías suelen registrar todo lo que diseñan para evitar robos de ideas.

Así funciona el dispositivo en el ojo de Google

Partiendo de la base de que es muy posible que nunca veamos un dispositivo semejante, tenemos que preguntarnos: ¿En qué estabas pensando, Google? Pues en mejorar nuestra vista.

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La instalación del dispositivo supondría inyectar un líquido en el ojo, que con el tiempo se solidificaría y se uniría con lo que se conoce como la cápsula del cristalino, una membrana transparente que rodea al cristalino en si.

Por lo tanto, realmente el dispositivo no estaría en el interior del ojo, sin embargo, esta inyección no sería sencilla, y supondría retirar parte de esa cápsula, con todos los riesgos que ello conlleva.

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En cuanto al dispositivo en sí, la patente afirma que estaría compuesto de sensores, lentes, unideades de almacenamiento, batería, y una radio para comunicarse con dispositivos externos, como nuestro smartphone o el ordenador de nuestro médico, que podría obtener esos datos para comprobar la evolución del paciente y realizar las modificaciones oportunas.

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De hecho, el propio dispositivo no parece tener una unidad de procesamiento, y en vez de eso depende del procesador unidad externa, como hacen algunos wearables.

¿Y todo para qué? Pues para que no tengamos que llevar gafas ni lentillas nunca más. El dispositivo sería capaz de redirigir los rayos de luz que impactan contra el cristalino, de tal manera que cuando la luz llegase a nuestra retina y fuese procesada por nuestro cerebro, veríamos una imagen perfecta.

Esta no es la primera vez que Google se ha interesado por nuestros ojos, con el desarrollo de lentillas inteligentes, pero esta es la primera vez que diseña un dispositivo que necesitaría de una operación quirúrgica.