Nunca os hubieseis imaginado que se pudiera salir de prisión con un email. Así lo consiguió este preso del Reino Unido.

Ni sacando el mejor argumento en una película de cine se podría igualar la hazaña realizada por este estafador del Reino Unido.

Imagínate la cara de los abogados del señor Neil Moore cuando se acercan a la prisión para visitarle y les notifican que su cliente hacía tres días que había salido de la prisión.

La cuestión es; ¿cómo consiguió escapar de la prisión Neil Moore?

El gran estafador, porque podemos catalogarlo como grande, consiguió un smartphone en el mercado negro de la prisión de Wandsworth y con él empezó el juego.

Una vez tuvo el smartphone, registró en Internet una página web con cierto parecido a los juzgados que le habían condenado. Con toda la plataforma creada, generó un correo con el mismo nombre del policía que le había mandado entre rejas.

Salir de prisión con un email y volver con una visita

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Gracias a todo esto, salir de prisión con un email fue mano de santo. Envío un correo donde avisaba a los encargados de la prisión que debían ponerlo en libertad. Con todo este movimiento y sin que Neil Moore hubiera salido de su celda había conseguido librarse de la cárcel y poner al sistema de la prisión en evidencia.

Una vez se descubrió su plan, Neil Moore fue detenido y encarcelado de nuevo. Ahora afronta ocho cargos por fraude y le tenemos que sumar esta historia de cine como fuga de una prisión. Sabremos el fin de la historia en el juicio que se realizará el próximo día 20 de abril.

Pero tranquilos, no sólo hay historias para hacer películas de intriga. Gracias a esta jugada maestra de Neil Moore nos encontramos en la red diferentes casos similares y más parecidos a Dos Tontos muy Tontos.

FAX_prision

En una prisión de la cuál no se ha hecho público el nombre, se les averió la impresora multifunción (con fax) y los mismos trabajadores la tiraron a la basura sin miramientos.

¿Qué sucedió? En la calle recogieron este material que para muchos sería oro y utilizaron el papel oficial de la prisión y el número de FAX para enviar formularios de liberación de varios presos. Ahora bien, después de tal despiste mejoraron el sistema que obligaba a realizar una llamada autorizada junto con la llegada del FAX.