En el proceso de creación de una compañía, suele ser mas importante cómo la presentas que los servicios que ofreces. Puede que todo empiece con una idea para ofrecer a los usuarios algo nuevo, útil o divertido, pero donde dedicarás una buena parte de tu presupuesto y de tu tiempo es en elegir un nombre y unos colores adecuados. Por eso Twitter es tan reconocible como marca; todo el mundo asocia el famoso logo del pájaro azul con la red social, y su propio nombre es llamativo pero al mismo tiempo fácil de pronunciar. Pero, ¿y si se hubiese llamado Smssy?

Al menos eso es lo que apuntan unos correos intercambiados durante las primeras semanas de la compañía. Tanto el logotipo como el nombre de un servicio tienen que expresar cuál es su función y cómo la ejecuta, de ahí que las vocales no se usasen en algunos de los nombres considerados, para representar que se trata de un servicio de mensajes cortos. “Twttr” fue otro de los nombres propuestos por la misma razón.

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Los logotipos por su parte hacían hincapié en la comunicación, normalmente con globos de texto en los que estaba incrustado el nombre. En algunos de ellos aparece “An Odeo thingy”, “una cosa de Odeo” en referencia al hecho de que en un principio Twitter iba a ser un producto relacionado con ese servicio de podcasts en Internet, antes de que sus creadores la comprasen y la hiciesen una compañía independiente.

Los que tal vez destacan mas sean uno que mostraba el nombre del servicio en unas letras que parecían pegajosas, líquidas y gordas. Una sensación no muy agradable pero que según su creador representaba que el servicio rompía con lo viejo y apostaba por lo nuevo, que apelaba a la juventud y que era “visceral”. Ni que decir tiene que este diseño se perdió en la papelera de alguno de los presentes.

En cambio, otros apostaban por un toque mas retro y “geek”, con un estilo de letra que recordaba a los juegos de Atari. Al final, el logo de Twitter eliminó esas influencias y apostó por crear la suya propia, quedándose con el concepto de los pájaros piando y apostando por la simplicidad y los colores planos. Una decisión que podemos calificar como acertada.

Fuente | Nick Bilton